CAPÍTULO 23 // PARTE 2. Spectrum.

8.5K 907 99
                                    

Mis lágrimas caen porque nunca había sentido un dolor tan profundo y cruel, nunca creí que pudiese doler tanto algo que creía que no me importaba lo suficiente o que no me importaba tanto como mi padre, eso duele aún más.

Tuve que ver como caía al suelo con sus ojitos dulces y tiernos mirándome aún, con una última lágrima resbalando por el caballete de su cariz hasta caer, solitaria, al oscuro asfalto. Es un momento que, ahora en la pequeña cápsula, sigo viviendo a cámara lenta desde que él cayó al suelo: Su cuerpo interponiéndose entre el mío y tres balas; Canna Monroe y el joven guardia, Henry,tirando de mí para meterme dentro y huir hacia Spectrum; el presidente corriendo hacia mí con su pistola nuevamente apuntándome y un ejército de agentes de la C.R.E dispuestos a detenernos. Dispuestos a detener a tres humanos que estaban dispuestos a subir a una cápsula apta únicamente para dos personas; Una bala impactando contra mi hombro y otra impactando contra la cara externa del muslo de Henry que, valientemente, alzaba una metralleta negra que contrarrestaba con su uniforme blanco y apretaba el gatillo, disparando hacia los del uniforme negro; Hendrickson y el presidente refugiándose en una alcantarilla mientras muchos de sus hombres morían; las balas de la metralleta acabándose y los tres, al fin, dentro de la nave.

Sigo sin creer en aquel Christian que quiso acabar conmigo; en aquel que me hizo daño tantas veces; en aquel que traicionó a los suyos por un grupo de delincuentes humanos y fugitivos extraterrestres; en aquel que cayó muerto ante mí porque sacrificó su vida por la mía.

Thieraux apoya su cabeza en mi hombro sano mientras Canna me cura el hombro herido.

En la nave hace calor y es casi imposible respirar. Horas antes, Christian y Henry habían equipado la cápsula para que un niño extraterrestre y tres humanos tamaño adulto pudieran viajar.

-¡Hay problemas! -Grita Henry. Empiezan las turbulencias y uno de los motores estalla-. ¡A cubierto! -Esas fueron las dos últimas palabras que escucho antes de que mis ojos se cerraran involuntariamente.

Spectrum ©Where stories live. Discover now