Capítulo 24.

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RECUERDOS Y TAMARA

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RECUERDOS Y TAMARA

NARRA ERIC:

Me siento en la cama, agarro mi celular para ver la hora... cinco de la mañana.

Dejo el celular a un lado, un suspiro se sale de mis labios. Apoyo mis codos en mis piernas y mi cabeza entre mis manos.

Esta situación hasta me quita el sueño, es tan frustrante tener que callarse y aceptar las cosas por el hecho de que si me pongo a discutir o hacer lo que en realidad quiero hacer la relación que tengo con Mahia se puede desbordar totalmente. Sé que es un riesgo grande, pero quiero tomar este riesgo, no me siento culpable o algo por el estilo, esta situación solo se estaba aplazando, y estoy harto de tener que limitarme, sé que es mi sobrina, que soy mayor y toda esa estupidez, pero quiero estar con ella sin tener que limitarme.

Si tengo que ser condenado toda mi vida por eso, lo aceptaré a mucho honor, no me quita el sueño en tener sentimientos por mi sobrina. Sin embargo, el saber que existen otras personas que también están dispuestas a tenerla a su lado y luchar por ella, sí que lo hace.

Miro hacia atrás, Bett sigue durmiendo, me levanto con cuidado para no despertarla y salgo de la habitación.

Bajo las escaleras y caminó directamente hacia la cocina.

-Buen día - saludo a mi mamá.

-Buen día, Eric - saluda, la miro por el trato tan seco, ella toma un trago de la taza de café que tiene en su mano.

Camino hacia la encimera, tomo una taza y me sirvo un poco de café en ella, camino hacia el comedor y me siento frente a ella.

-Puedes evitar toda esta situación - me dice. Tomó un trago de café y luego sonrió.

-¿Crees que conseguirás evitarlo de nuevo?

Ella coloca su tasa hacia un lado y se acomoda para mirarme fijo.

-Si te estoy diciendo que la puedes evitar, lo puedes hacer, Eric. Soy tu madre, tengo que decirte que hagas lo correcto.

-Y ya yo estoy grande, Susan. Sé que decisiones debo y no debo tomar, sé que tengo que hacerme responsables de ellas, y está bien por mí, si tiene que haber un culpable, soy yo.

-Estaba esperando el momento de poder hablar contigo, pero le has estado dedicando tanto tiempo a las actividades diarias de Mahia y no he querido hablar de esto delante de ella, pero...

-Lo que sea que hayas visto y te hayas dado cuenta... - corto y tomo aire - es exactamente lo que te estás imaginando.

-Eric, no puedes simplemente...

-¡Si puedo! - exclamó, mis manos golpean la mesa y mamá se coloca erguida de la impresión - sí que puedo, mamá. Y tú más que nadie eres consciente de que esto en algún momento iba a pasar.

AMOR PROHIBIDO © (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora