Capítulo 7.

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LA DELGADA LÍNEA DEL PECADO

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LA DELGADA LÍNEA DEL PECADO

Dejo el celular a un lado de la cama mientras un bostezo sale de mi boca.

¡Me resigno! he estado mirando todas las fotos que tiene mamá en sus redes sociales para ver si consigo una en la que salga con Alex, pero nada. Vi varias de Alex pequeño, no ha cambiado nada, pero yo no salgo con él en ninguna, mis hermanos sí, pero yo no.

Me paso las manos por la cara, estoy agotada, necesito dormir ya, pero muero de hambre.

Habíamos venido tarde de la plaza, tan tarde que si no fue porque papá nos llamó para indagar en dónde estábamos no nos hubiéramos dado cuenta que se había hecho tarde, aunque el cielo nos indicaba, pero estábamos todos tan entretenidos hablando de todo, que ni el mismo Eric se había percatado.

El interactuar más con Alex me ha dejado muy intrigada. Es un chico muy misterioso y guapo. ¿Cómo me pude haber olvidado de esos ojos azules?

Me levanto de la cama y me quejo cuando siento lo helado que esta el piso. Camino de puntillas hacia la puerta y salgo de la habitación. Bajo las escaleras tan rápido que cuando llegó al primer piso tengo que tomar un descanso antes de comenzar a caminar hacia la cocina, cuando entro se me acelera el corazón del susto, que me obligo a tomar asiento.

-¿Qué haces despierta? - pregunta el tío Eric.

-Tengo hambre - digo llevando mi mano al pecho. Siento lo fuerte que son mis latidos debido al susto que me he dado.

-¿Te asustaste? - pregunta divertido mientras se lleva el vaso lleno de leche a los labios.

Puedo ver como este lame sus labios después de tomar un trago, la luz de la luna hace gran combinación con su cabello y ojos oscuros. Cuando realiza el movimiento para deja el vaso dentro del lavadero, la poca luz me permite darme cuenta que no lleva camisa puesta.

Trago saliva, si ya de por si mi corazón late rápido, verlo así me hace sentir como si este se me fuera a salir del pecho.

Él camina hacia mí, una corriente recorre cada parte de mi cuerpo. Agarra una silla y se sienta frente a mí.

-No respondiste - me dice.

-¿Qué cosa? – le pregunto. Estoy desubicada y el hecho de que ahora esté más cerca, no ayuda en lo más mínimo.

-ya olvídalo - dice y se pega al respaldo de la silla, su torso está perfectamente a la vista.

Se nota el ejercicio que hace, se nota perfectamente, tiene todo sumamente marcado, puedo contar los ocho cuadros que se le formaban en el abdomen. Es fascinante.

-¿Qué tal se sintió volver a ver a Alex? - me pregunta, reaccionó y olvido por un instante su perfecto abdomen.

-Nada, no sabía que le conocía de antes, no me acuerdo de él - le confieso.

AMOR PROHIBIDO © (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora