Capítulo 52

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¡¡Farah!!

Apenas soy capaz de dar crédito a lo que escucho. Había olvidado por completo la habilidad que Farah tiene. El poder de proyectar su voz dentro de mi mente y viceversa. Justo como ocurrió la primera vez que lo vi en el bosque, cuando intentaba regresar a Jericó y fui atacada por impuros. Fue algo desconcertante y que me tomó por sorpresa. Aunque había escuchado hablar sobre ello, nunca había podido escuchar las charlas de Armen con los demás.

Lo primero que cruza mi mente ante la emoción que me invade, es decirle a Irina, no solo lo que he visto en el sueño, sino también que acabo de escuchar a Farah y que eso podría ser una salida, pero como si ella adivinara lo que pienso hacer, niega y retrocede un poco, separándose de mí.

―Es mejor que no me digas nada ―dice en voz baja, mientras su cabeza se sacude ligeramente a los lados―. No puedo mantener mis pensamientos fuera de su alcance. No me digas nada, Gema. Por favor. ―Hay dolor e impotencia en su pálido rostro.

A pesar de que sus heridas han desaparecido por completo, parece débil y desesperada, nada comparado con la Irina alegre y optimista que conozco. Odio verla de esta manera. Ni siquiera sé si se ha alimentado mientras duermo o si se ha quedado todo el tiempo conmigo. ¡Maldito Darius!

Asiento y de nuevo me concentro en la voz de Farah. Un atisbo de esperanza emerge dentro de mí, al escucharlo. Ahora puedo advertirle, contarle lo que he visto y así evitar que ocurra.

"Gema...", comienza a decir, pero me anticipo. Tengo que hacerle saber.

"Farah escúchame. Todo es una trampa. No deben venir...".

"¿Qué?".

"Lo que he dicho. No deben venir", repito alterada. No puedo permitir que mueran, ni tampoco Armen. Pero, sobre todo, que Darius se salga con la suya. No solo busca venganza, quiere su sangre.

"Espera un segundo, Gema...".

"Por favor, no lo hagan", repito llevándome la mano a la boca. Jamás creí que diría esto, pero es lo mejor. "¡No vengan! No deben venir". No quiero que nadie muera, mucho menos por mi culpa. No de nuevo.

Un par de lágrimas silenciosas resbalan inevitablemente por mis mejillas, al saber que ellos han llegado aquí y que las imágenes que el sueño me reveló podrían hacerse realidad de un momento a otro. ¡No, no puede ocurrir!

"Gema, mantén la calma", pide intentando parecer tranquilo, pero me es imposible. Vi morir a mi hermano y tuve que matar a mi propia madre por no hacer las cosas a tiempo. No quiero que se repita. "Claro que sabemos que es una trampa".

Por supuesto, Uriel y Anisa son demasiado astutos y ni decir de Armen, pero él no dudaría en venir. Lo conozco y es justo por eso que Darius ha hecho esto. Para atraerlo y matarlo.

"Eso no supondrá ninguna diferencia. No deben venir".

Observo a Irina, quien permanece inmóvil, mirándome con preocupación, pero aun con la negativa escrita en su cara. Ella tiene razón, es mejor mantenerla al margen y de esa manera evitar que Darius se dé cuenta de lo que ocurre. No puede entrar en mis pensamientos, al menos no por ahora.

Intento aparentar normalidad, inspiro con fuerza y cierro los ojos apoyando la cabeza en la pared fingiéndome agotada. Aunque el hecho de no poder dormir y la zozobra de saber lo que viene comienza a mermar mis fuerzas.

La donante (#1 ) *Resubida*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora