Capítulo 9

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¿Por qué lo he hecho?

Me llevo las manos al rostro, reviviendo de nuevo lo ocurrido anoche. Armen no dijo nada después de apartarse de mí, como si le hubiera quemado, simplemente se marchó, dejándome tan desconcertada y avergonzada. No entiendo porque lo hice, aunque lo que sentía mi cuerpo no me abandonó hasta mucho tiempo después.

Es casi de mañana, aunque quizás debería tratar de dormir un poco.

De todas formas, ni siquiera sé lo que siento. Si lo pienso con detenimiento, quizás solo fue cosa del momento, de lo que sentí cuando su lengua recorrió mi piel, del efecto de sus palabras, de la forma en la que me miró. En todo caso, sería su culpa. ¿Por qué no usó simplemente mi muñeca como había dicho? ¿Por qué tiene que mirarme de ese modo?

Apoyo la cabeza en la almohada esperando que el sueño me atrape y darle un descanso a mi cabeza. Lo que ha pasado no tiene por qué cambiar las cosas.

Estoy en un extenso valle, justo al pie de unas montañas. El viento helado golpea con violencia mi cuerpo. Tiemblo abrazándome a mí misma. Miro el cielo, que está cubierto por enormes nubes negras. Parece que caerá una gran tormenta en cualquier momento. Debería regresar, odio las tormentas. Me doy la vuelta intentando alejarme, pero solo consigo dar un par de pasos, antes de que mis pies se hundan en el lodo. Bajo la mirada hacia el suelo y descubro lo que cubre mis pies. «¡Sangre! ¡Es sangre!». Retrocedo intentando apartarme, pero resbalo y caigo sobre el líquido rojizo. Mis ojos buscan instintivamente con lo que he tropezado y el corazón se me detiene. «¡Dios mío! ¡Un cuerpo!». Me levanto de inmediato, solo para descubrir que hay más cuerpos, de pronto todo está cubierto por cadáveres. Están por todas partes y su sangre forma un enorme charco alrededor de mí. ¿Qué es esto?

―Esto eres tú ―susurra una voz escalofriante―. La muerte. ¡Muerte!

Abro los ojos de golpe, jadeando ruidosamente. Miro alrededor, encontrándome con la claridad de la habitación. ¡Otra pesadilla! Respiro varias veces intentando tranquilizarme y recordándome que es solo un sueño. Esto no es normal, pero se ha sentido tan real, tan vívido. Sorprendida, compruebo que es casi medio día. Salgo de la cama, notando como las manos me tiemblan y el corazón me late a toda prisa. Entro al baño y tomo una toalla. Me limpio el rostro que está bañado en sudor, bajo por mi cuello, mi mano se detiene justo sobre su marca. ¿Por qué he tenido otro sueño? No vi nada esta vez cuando lo hizo, ni la anterior, pero esta pesadilla ha sido como la primera vez. Cuando vi esas imágenes que luego se mezclaron en aquel extraño sueño. ¿Qué significan? Estoy segura de que no son mis sueños, nunca he visto esos lugares, ni sentido algo igual. En ellos hay tantos sentimientos mezclados. Miedo, desesperación, dolor, impotencia, odio.

¿Recuerdos? Ahora que lo pienso... ¿Así fue convertido? No le había dado importancia antes, pero eso tendría sentido. La sensación de tener el cuerpo roto, el miedo que sentí al ver la sombra y escuchar esa voz, se parece a lo que Irina describió. Si es así, ¿por qué pude verlo y por qué ahora tengo estos sueños? Todo es extraño, debería preguntarle, pero ni siquiera sé si continuaré aquí después de lo que ha ocurrido esta noche.

¡Ay Gema! ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué?

Enciendo la ducha, desnudándome mientras el agua se templa.

―Pensé que nunca despertarías ―dice Irina al verme aparecer en la cocina.

―Lo siento.

―No era un reproche, es solo que sueles madrugar. ¿Todo bien?

No estoy segura si debería contarle, me siento lo suficientemente estúpida como para que alguien más me lo haga saber. La expresión de Armen ha hecho que me arda el rostro. En mis casi dieciocho años, nunca he tenido ningún contacto de ese tipo con hombres, mis prioridades siempre han sido mi familia. Sé poco o nada de relaciones, pero... lo que sentí, fue...

La donante (#1 ) *Resubida*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora