Capítulo 9: Anna

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—¡La mataste! — fueron las únicas palabras que escuchó la castaña en ese momento, todo se tornó perturbador después de eso, uno de los vecinos llamó a la policía por el escándalo, sin mencionar la locura en la corriente eléctrica. Las cosas para la menor no pudieron salirse más de control.

Cerró los ojos y al abrirlos nada había cambiado, los forenses llevaban el cuerpo de aquella desconocida, sus amigas lloraban junto a la camilla tapada con una franela blanca, mientras su novio indicaba la salida para el resto de los invitados Anna permanecía inmóvil, su única compañía era Steven quien no se despegó ni un tan solo segundo de ella.

El oficial Amílcar como anunciaba su placa se acercó hasta la interpelada con una libreta de apuntes, observa su rostro tenso. Aunque por dentro sentía que el mundo se la venía encima por todo lo que había ocurrido, no quería demostrar ningún sentimiento a sus espectadores, sobre todo porque la mayoría murmuraba que ella había sido la causante de aquella muerte.

—Señorita Martin, tiene que responderme unas preguntas. — expone el oficial.

—¿Qué quiere saber? — suspira ella, y busca a David, necesitaba apoyo en este punto. Al ver que este no aparecía su cuerpo comenzó a vibrar. <<Estoy sola>>

¿En qué estado encontró a la señorita Reyes? soltó el apellido de la susodicha, él oficial tenía el ceño fruncido, y quería ser más duro de lo que realmente aparentaba. ¡Muerta! Gritaba su interior, pero las palabras "alguien a morir" de Steven taladraban la cabeza, necesitaba controlarse. Varios jóvenes mencionaban que ella corrió hasta este lugar, como si ella iba hacer algo malo, lo cual la colocaba como la mayor sospechosa del lugar.

La respiración de Anna se entrecorta como las posibles mentiras a decir, su corazón como una máquina de costurar descompuesta la delataba, ¿Que iba a decir? sabía muy bien que ella estaba por morir, No.

Pasa sus dedos entre su cuero cabelludo, ¿Cómo se complicó todo? Ella no quería que todo esto pasará, solo quería distraerse, y ahora el escenario no lució nada tentador. Sobre todo, cuando mencionen que no había ningún adulto responsable en la casa.

—¿Señorita? — duda el oficial.

Vas a decir exactamente lo que te diga...— presenta Steven, se coloca junto a ella. Sus dedos se entrelazan con los de la menor, aunque no hubo contacto alguno, ella podía sentir la seguridad que este le consagraba. —Baje a revisar la energía eléctrica.

—Baje corriendo a revisar la energía eléctrica, estaba fallando. — repite lo que el sujeto le decía, cuadro sus hombros y mostró seguridad por encima del oficial.

—Ella la mató. — regresa una de las jóvenes para señalar a Anna. El oficial abre los ojos y queda perplejo ante la afirmación de la menor.

—Nunca las invitaste a la fiesta, dile que no las conoces. — sonríen triunfante el moreno reflejando sus dientes desnudos.

—Ni siquiera son mis invitadas, no te conozco. — muerde su labio inferior para tragar la risa que se le escapaba entre los caninos. — No sé qué hacías en mi casa.

—¡Lárgate de la casa! — le grita Steven a la susodicha, y aunque no lo pudiera ver hace exactamente lo que él dijo.

Señorita Martin, fueron las palabras que salieron del oficial, que imponía educación para decir; sabe muy bien que está en problemas... seguido de; aunque yo quisiera ayudarla no puedo.

"Estaré bien." Pensaba y se encoge de hombros llevando su mirada al suelo, quería verificar; si la mano del espíritu aún estaba cerca de la suya. Su compañero miraba al policía con el ceño fruncido.

Ángel  &quot;Un beso silencioso&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora