No era que no conociera al chico en cuestión. Habíamos platicado algunas veces antes y acerca de él sabía que tenía una relación larga con alguna linda chica que también había topado algunas veces, por lo tanto pasó desapercibido entre los pocos amigos que había seleccionado de sugerencias. Técnicamente - Y en mi defensa - fué al azar, puesto que solo dí a agregar a uno tras otro después de la primera sugerencia.

Patético ¿no? Muchos de juerga, festejando y ahí estaba yo, creando mi perfil falso para ver qué sucedía. Me puse los audífonos, cerré los ojos y dejé que la música brotara. El sueño comenzaba a tentarme a olvidar mi experimento. Meneé mi cabeza al sonido de la música y suspiré, pensando en parar el estúpido experimento que estaba llevando a cabo. Debí de haberlo hecho, si hubiera querido no meterme en tantos problemas.
Sonó una notificación, seguida de un pequeño "pop" anunciando un nuevo chat. "Él" aceptó mi solicitud de amistad, y un simple "Hola" había aparecido en la esquina de mi pantalla.

Aún lo recordaba. Estaba saliendo con esa pequeña chica con cabello rizado. Ella era linda, pocas veces la había visto socializar realmente con alguien que no fuera de su reducido grupo.
- Hola. Respondí.
- ¿Qué haces despierta tan temprano? - En seguida apareció su respuesta.
- Tan tarde, querrás decir... Pues pregunto lo mismo, perdona si te desperté o algo.
- Yo pregunté primero. Pero, por si te interesa, acabo de salir de mi trabajo, y curioseaba en fb antes de dormir.
- Yo solo pierdo mi tiempo.
- Oh... ¿Fb nuevo?
- Si, algo así. Me borré el anterior que tenía y me deshice de lo que ya no quería en mi vida.
Comencé a pensar una historia "creíble" por si acaso trataba de indagar un poco más.
- Interesante... ¿A qué te dedicas? ¿Cuántos años tienes? unos 16, 17 a lo mucho.
- ¿Qué es esto, un interrogatorio? - Bien, había sonado algo paranóica, pero tantas preguntas me ponían nerviosa.
- No, sólo estoy haciendo conversación...
- Ok, lo siento. Es simplemente que hoy en día uno no sabe lo que puede encontrarse en la red. No se sabe si trata con estafadores, asesinos en serie, ¡O cuentas fake! (Vaya, ironía en su estado más puro).
- No, compendo tu punto. Soy un maleducado, déjame presentarme. Mi nombre es Mark, y... La última vez que revisé, no era nada de lo que me acusas.
- Oh, mucho gusto Mark. Está bien, confiaré en tí. Mi nombre es Scarlett, tengo 22 años. Y sinceramente sólo soy yo: una chica común y corriente que estudia criminología.
- Pues común o corriente, se ve que no lo eres, y disculpa que te lo diga, pero eres muy bella.
- Gracias, lo sé.
- No esperaba esa respuesta, jajaja.
- Lo sé también.

Jugueteé un poco con mi lado perra. Quería actuar como yo, sin sentir remordimientos o preocupaciones sobre la manera en que pudieran juzgarme. No quise volver a conventirme en la falsa señorita sonrisas y amabilidad. Lentamente mi personaje tomaba forma e imagen en mi mente. Iba a ser interesante averiguar en qué terminaba todo esto.

- Jajaja, de acuerdo. Mira, si dejo de contestarte es porque me quedé dormido. El día de hoy ha sido ultra ocupado. Así que me disculpo de antemano.
- Ok, entiendo.
- Y bien Scarlett, ¿Qué tipo de música te agrada?
- A mi me gusta mucho el pop, y el rock. Algunas bandas indie... nada en específico, no me gusta encasillarme, simplemente amo la música, ¿Y tú?
- Woo, que bien. A mi me agrada el rock clásico, algo de rock pesado, metal, pero también algo de indie y pop... Oye, ¿podría pedirte tu número? me agrada un poco más platicar que escribir.
- ¿Mi número? Apenas te conozco.
- Vamos, hazlo. Será divertido.
- No es por ser mala, simplemente soy muy desconfiada.
- No te preocupes, todo el mundo lo hace. sabía que no serías la excepción. Con el pasar del tiempo tal vez lo hagas. Sólo para que conste, y aunque tal vez mis palabras sean vacías para tí, jamás te haría daño.
- Está bien.
- Entonces, ¿Me darás tu teléfono?
- No, claro que no. - Casi lo imaginaba dándose de topes con el teclado - ¿Para qué lo quieres?
- Para platicar, para conocernos...
- ¿Y no se molestará tu novia?
- Uhhh, ya checaste mi perfil. Pues no, no tiene porqué, sólo serían conversaciones normales de gente que se conoce. A no ser que tú tengas otras intenciones conmigo...
- Jajaja, buen intento. No eres mi tipo.

El chico comenzaba a hacerme sentir incómoda y por alguna razón me estaba portando amable, debía deshacerme de él de alguna manera.
Escribiendo... Escribiendo... Escribiendo.

- ¿De dónde eres?
- De la cuidad vecina.
- Oh, yo vivo cerca de ahí. Vienes alguna vez a mi ciudad?
- Si, pero depende de muchos factores. De si mi madre me deja, de si tengo el dinero suficiente para ir por allá. Además por lo mismo de que soy reservada, prefiero quedarme en casa viendo Netflix, que saliendo por ahí, al menos últimamente.
- Pues yo también. digo, entre mi trabajo por las tardes, mis tareas la escuela...
- Tu NOVIA...
- Jajaja, mi novia... Bueno, no es un problema. Si algún día pasas a la ciudad, sería genial salir, podría invitarte a escuchar música, o a dar un paseo.

Pudiera llenar páginas y páginas sobre las cosas que platicamos esa noche, sin embargo, no tendría fin cercano.
Toda la madrugada hablamos sobre cosas triviales. Nuestros gustos, nuestras metas a corto plazo, en realidad como que me estaba aburriendo, pero la conversación parecía no tener fin. Se notaba que era un chico muy dulce y hasta donde dejaba ver, era decente, entonces ¿Porqué coqueteaba discretamente a espaldas de su novia?. No me entraba en la cabeza.

No noté que eran las 7:00 am, hasta que vi el sol entrar por la cortina. Cada vez mis mensajes eran mas pausados y tardaba un poco en responder. Hacía unas horas que me había cambiado a usar el celular para más comodidad. No recordaba la última vez que había hecho algo como esto.

- Pues no es por nada, pero llevo 26 horas despierto.
- Deberías de dormir, me siento mal por robarte tus horas de sueño.
- Descuida, estoy acostumbrado, en realidad casi nunca duermo más de unas 5 horas, así que estaré bien.
- Si yo fuera tu madre, estaría preocupada de que mi hijo se desveláse tanto.
- Si fueras mi madre, créeme que no te quitaría el sueño una nimiedad como esa.
- De cualquier manera, deberías dormir.
- No te preocupes, en unas tres horas debo de salir de nuevo y de nada me serviría dormir. Sería mejor seguir despierto, para mí es más fácil.

No sabía como quitármelo de encima, yo sí que tenia sueño.

- No importa si es una hora, deberías de dormir.
- En serio estoy bien, me ha agradado tu platica. Lo que me recuerda... ¿Ahora sí me darás tu número de teléfono?

No quería que supiera cosas de mí, mi identidad, ni que me llamara cuando no lo deseaba. Después de todo, yo tenía mi vida propia, debía de inventarme alguna escusa o algo. No, debía de dejar de darle vueltas al asunto, iba a ser directa.

- No quieras hacerme cambiar de opinión, realmente no te conozco, y no tengo la más mínima intención de dártelo. En cuanto a ti, en serio me estás dando nervios, deberías de dormir un poco más.

- Ok, de acuerdo, tranquila. Entonces si al menos la pasaste la mitad de bien de lo que me la pasé hablando contigo, ¿te puedo invitar a salir?

¡Vaya!, eso me sorprendía de último momento. Supongo que lo había juzgado mal. Al parecer no tenía reparos en coquetear a espaldas de su chica... Menudo cabrón. Ella no merecía a alguien así. Cualquier chico con esas intenciones, merecía quedarse solo por zorro. Oh, no. Aquí venía otra idea...

- Jmmm no lo sé, lo voy a pensar.
- Bien, al menos es algo.
- Pero ya duerme, en serio, no sé cómo vives así.
- No, déjame acompañarte en tu día.
- Apaga tu celular, y descansa al menos un poco.
- Son mis horas de sueño, y puedo hacer con ellas lo que me plazca. Es mi decisión.
- Bien, de acuerdo. ¿Quieres aplicar el libre albedrío? Son las 7:10. Tienes un minuto para desconectarte y dormir, o de lo contrario te bloquearé.
- Pero....
- Si discutes, es más fácil para mí hacerlo.
- ¿Qué ganaría con eso?, ¿Tu confianza?
- No.
- Entonces, ¿Porqué hacerlo?
- Es tu decisión. Fué lindo conocerte, Mark.

Era un movimiento que sonaba algo desesperado. De cualquier manera, yo ganaba. Si se desconectaba, me dejaba dormir y si no le importaba que lo hiciera, podría cumplir mi amenaza y de igual manera ponerme a dormir. Era fin de semana, pero el sueño es el sueño.
Tardó en escribir su respuesta lo que pareció una eternidad.

- Muy bien, tu ganas.
- Así me gusta. Hasta luego, un placer conocerte. Es hora de dormir.
- El placer fué mío, Scarlett. Piensa sobre lo que te dije. Va en serio.
- Si, sí. Lo pensaré.

Se desconectó.

¿Qué había sido esa descarga de adrenalina que había sentido?, ¿Porqué me incomodaba que el tipo soso no durmiera bien y se matara tanto? Mi corazón por alguna razón latía como si hubiera corrido tres maratones. Miré su foto de perfil. De alguna manera pensé: El chico no está tan mal... ¿y si acepto su invitación?

Oh, es cierto. No soy quien él cree que soy.

Confesiones de una catfishΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα