XXVI

6.5K 808 57
                                    

Parte II

"¿Cómo que a mi padre le encantó la idea?"

"No sabría decirte por qué.

Pero, al principio, parecía que me tenía aprecio. Me trataba como a un hijo. Me hablaba de negocios, de la vida en general. Creo que me veía como un posible heredero de Tártaro.

Yo le odiaba. Por todo lo que le había hecho a mi familia. Por obligarme a hacer cosas horribles. Ese odio me consumía por dentro, me hizo cambiar radicalmente. Mi versión de aquel entonces es una que me da vergüenza recordar.

Pero tenía que fingir. Reía con sus chistes y apoyaba sus decisiones. Jugaba con él al poker y le compraba tabaco.

No podía ver lo mucho que le detestaba, porque su forma de tratarme habría cambiado."

"¿Qué hacías en Tártaro?"

"En un principio movía droga entre gente joven, visitaba a quien tenía deudas, hablaba con los intermediarios. Nunca iba solo, siempre acompañado por matones."

"¿Y después?"

"Un día Eros vino muy cabreado. Sus ojos estaban desorbitados y tenía un aire de locura que acojonaba.

Dijo que creía que su mujer le iba a abandonar. Habían discutido y se le había ido de las manos.

Deberías haberle visto. Estaba furioso.

Quiso hablar conmigo en privado. Fuimos a su despacho y cerró la puerta con llave. Me preguntó que a qué instituto iba y, cuando le contesté, sonrió como el maldito gato de Alicia en el País de la Maravillas.

Me habló de ti, Dafne. Dijo que eras dos años más pequeña. Que eras rubia y que tenías sus ojos. Se tiró horas contándome cómo eras. Había una mezcla de sentimientos cuando hablaba de ti que me confundió.

Quiso que te vigilara. Que me asegurara de que estuvieses bien. Pero, sobre todo, que me encargara de que si tu madre irrumpía en mitad de un día de instituto, no te pudieras ir con ella.

Dijo que tú eras su hija. Que eras suya."

"Eso es..."

"Horrible, lo sé.

Pero lo hice. Me aseguré de que nadie tuviera problemas contigo, pese a que no pude evitar que tú los tuvieras con ellos. Cuando te veía mal, te metía chocolate en la taquilla. Hablaba a los profesores bien de ti. No sé, cosas así.

Empecé a fijarme en ti. Y pasó lo que pasó."

"¿Qué se supone que pasó?"

"Que me enamoré de ti.

Y empezó todo el tema del crush y bla bla bla.

Pero esa no es la cuestión. La gente en Tártaro empezaba a estar harta de tu padre, pero nadie se atrevía a decirlo en voz alta. Incluido yo. Era como si a ojos de Eros todo estuviera bien. Todo iba viento en popa y a toda vela.

Aún me quedaba deuda por pagar cuando decidí actuar. Llevaba ya un año y pico trabajando en Tártaro, y notaba cómo me iba pudriendo por dentro.

Era un día de octubre. Ya empezaba a hacer frío, pero aun así te esperé en mi sitio habitual. Estaba fumándome un cigarro cuando llegaste a la puerta del instituto. Llevabas una bufanda que te tapaba media cara, así que en un principio no me di cuenta. Pero cuando pasaste a mi lado vi que tenías un pómulo morado. Después me enteré de que habías dicho que te habías caído por las escaleras y te habían creído. Pero yo sabía quién había sido. Yo tampoco me había librado de sus golpes cuando la ira le poseía.

Algo se rompió dentro de mí. De pronto me dio igual lo que pudiera pasar. Lo que pudiera pasarme.

Supe que tenía que acabar con él.

Y eso hice.

De nuevo, te ahorraré los detalles más macabros porque, de verdad, no quieres oírlos. Ni yo contarlos.

No fue complicado iniciar una revolución. Solo había que saber pronunciar las palabras adecuadas. Saber manipular a la gente. Ir poco a poco.

No fue un proceso rápido, se necesitaba paciencia. Tardé meses en conseguir mi objetivo. Pero lo importante es que llegó el día en el que me hice con el poder de Tártaro.

Fue el mismo día que conseguí tener a Eros de rodillas, con un cañón de una pistola apuntando a su sien, suplicando por su vida.

Todos pedían venganza. Querían ver su sangre derramándose por el suelo. Querían su cabeza.

Pero cometí el error de tener piedad. Le dije que se fuera y que nunca volviera.

Lo hice por mi familia. Por mí. Por ti."

"Oh, Luca."

"Y esto es solo el principio de la historia, ninfa. Yo que tú me pediría otro café."

Otp | ✓Where stories live. Discover now