22: Siempre.

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Peeta.

Luego de la gran fiesta que Snow preparó para nosotros, por fin volvemos a casa, preparados para que en unos días saquen a los nuevos cosechados.

Me descalzo y tiro la ligera camisa a cualquier lado de la habitación que ahora comparto con Lime. Me dejo caer de espaldas a la cama, recargando la palma de mi mano sobre mis ojos.

Desde el año pasado todo en mi vida dio un feroz giro. Ver a Katniss morir fue un gran dolor que me hizo ser la persona que ahora soy, pero luego reaparece Lime. Salimos electos en los temidos Juegos del Hambre. Llegué a creer que me había traicionado pero solo intentaba salvarme la vida. Ganamos Los Juegos del Hambre y eso destruyo una gran parte de nosotros que jamás se recuperará. Panem dando pequeños signos de rebelión. Todo es tan...confuso, Lime me hace sentir nuevamente como mi antiguo yo. Katniss me convirtió en otra persona pero aún así no puedo olvidarla.

-¡Peeta!- aparto la mano de mis ojos y observo los celestes orbes de Lime mirarme. Sonríe como una niña- ¿Qué pensabas?- se recuesta a mi lado, recargándose su cabeza en la palma de su mano.

-Cosas sin sentido- le resto importancia. Su sonrisa decae hasta transformarse en una tensa mueca.

-Quiero hablar contigo.

-¿Qué pasa, Lime?, ¿Te ocurre algo?- ella niega soltando una tensa y corta risa.

-Es sobre nosotros- alza su hipnotizante mirada- Peeta, si no quieres casarte conmigo, descuida, no me afecta, puedes cancelar...- frunzo el ceño y me recargo sobre mis codos.

-Lime, no digas eso, ya nos comprometimos frente a todo Panem.

-Pero, todavía puedes decir no el día de la boda. De todas formas seremos el centro de atención y aún más- niego.

-Lime, yo me casaré contigo porque te quiero.

Lime.

-Ah, ¿me quieres?. Entonces, eso quiere decir que ya superaste a Katniss, ¿ no?- le sostengo con fiereza la mirada, un ligero temblor invade mi labio inferior.

-Lime, has entendido todo mal, quise decir que hago esto por los distritos.

Todo quedo en un sepulcral silencio. Uno sollozo emana de mi garganta, me cubro el rostro con ambas manos. Sin duda me estoy humillando más de lo que ya me sentía antes.

-Lime...- estira su mano pra intentar tomar la mía. Me aparto rápido de su lado, tomo mi almohada junto a una manta y salgo de aquella habitación.

Corro a la otra punta del sectoe de habitaciones y me encierro cayendo lentamente por la puerta, ¿es necesario ser tan cruel? No, no lo es. Siempre debe hacer algun comentario que me duela. Él es cruel.

***

-Lime, Lime...- abrazo con más fuerza la almohada- Vamos. Lime, despierta- comienza a mover mi cabello, haciéndome cosquillas. Me remuevo.

-Ya- hablo con voz ronca por el llanto.

-Necesitamos hablar- niego.

-No quiero hablar con nadie- él ríe.

-Hablaremos igual. Lime se que esto del matrimonio te cuesta, pero es por una buena causa. Si ustedes se casan nadie morirá, si no lo hacen Snow matará a todos sus seres queridos- palmea mi pierna.

-No me quiero casar con alguien que solo se preocupa por él mismo y por alguien que ya murió- él suspira.

-Mira. Imaginemos que tu Peeta fuera Katniss y tú él, estás enamorada de él desde pequeños, entonces el va a la arena. Lo ves morir y derrepente tu mejor amigo de infancia te insiste en que olvides a Peeta. ¿Lo harías?

-No- murmuro apenada.

-Él no puede olvidar a Katniss de un día para otro. Solo...dale tiempo al chico- revuelve mi cabello y se va del cuarto.

***

A

bro con cuidado la puerta del cuarto de Peeta y entro, saco todo de mi armario, saco toda la ropa y zapatos que puedo y me voy.

Voy camino al cuarto cuando siento unos desgarradores gritos. Suelto de golpe la ropa y corro nuevamente hasta donde Peeta.

-¡Peeta!- me detengo a unos pasos de su cama y le miro. Mi respiración es irregular al igual que la suya.

-Lamento haberte despertado- jadea. Niego tragando saliva.

-Descuida, no estaba durmiendo, ¿estás bien?- él asiente- Buenas noches, Peeta- me giro para poder irme.

-Lime- giro mi cabeza, recargando mis manos en el marco de la puerta.

-¿Si?- él se revuelve incómodo en la cama.

-¿Te quedarías conmigo?- sin dudarlo me acerco hasta la cama, recostandome a su lado.

-Siempre- susurro.

UNA HISTORIA DIFERENTE.➹Peeta Mellark.Where stories live. Discover now