27: Ya no paramos.

7.1K 638 30
                                    

Peeta y yo caminamos hasta una habitación diseñada para practicar con hologramas, Peeta marca dos tributos en la pantalla táctil, me entrega un cinturón de cuchillos y yo le acomodo el suyo junto a las lanzas.

-¿Estas listo?- él asiente.

-¿Tú?- asiento para luego entrar, las puertas de cristal se cierran tras de nosotros.

Estamos en el medio de la sala, a oscuras, cuando unos rayos interrumpen mis pensamientos.

Un holograma corre hacia nosotros, tomo el cuchillo y se lo lanzo sin titubear. Peeta tiene a sus propios rivales, nos colocamos espalda contra espalda y giramos de vez en cuando para matar a los que no podemos. Nos agachamos a la vez ya que dos hologramas nos tiraron una lanza y un cuchillo cordinadamente, cuando terminamos de matarlos a los dos estamos agotados, las luces se encienden revelando a todos los tributos pegados al vidrio observandonos con la boca abierta, Wiress, la del 3, aplaude emocionada, le sonrío mientras salimos de aquella sala, Johanna Mason se nos acerca

-Lo han hecho...bien- nos mira de arriba a abajo para luego marcharse.

-Vamos a la zona de camuflaje. Es una suerte que haya aprendido a glasear pasteles- rio.

-¿Recuerdas nuestro pastel, el que intentamos vender a tu padre?- él asiente sonriendo.

-Era un verdadero asco, se nos había caído unas ¿4 veces?- niego.

-Fueron 6, las recuerdo- él ríe.

Pasamos todo el día entrenando y nuestras técnicas siguen intactas solo que ya no me podía mover con tanta agilidad debido al problema en mi pierna.

Cuando llegamos a nuestro piso caminamos hasta nuestra habitación para bañarnos, me bañe primero y luego Peeta. Salgo del cuarto con mi pijama puesto, un pantalón blanco y una franelilla color pomelo, mi cabello recogido en un desordenado moño, Effie al verme ignoro mi vestuario y me entrega una cajita.

-Aquí tienes, querida- sonríe y vuelve a tomar asiento.

Estamos un largo rato compartiendo con todos y cuando todos ya se van a dormir nosotros nuevamente subimos a la azotea y desde ese día ya no paramos de demostrarnos el amor que nos teníamos mutuamente.

Todos los días ibamos a entrenar, cuando llega el día de las sesiones privadas Cinna y Portia nos separan para vestirnos.

-Okay, Lime, esta vez haz lo que quieras- murmura Cinna.

-Bueno- él palmea mi hombro y salimos de la habitación Peeta me espera para luego bajar juntos por el elevador, esta vez no sujeto la barandilla, ya me estoy acostumbrando al elevador pero cada que veo hacia abajo siento ese molesto cosquilleo en mi barriga.

Entramos en la pequeña habitación donde estan todos los tributos esperando que les llamen. Nos sentamos en nuestros correspondientes sitios. Recargo mi cabeza en el hombro de Peeta mientras este juega con mi mano.

Uno a uno van pasando los tributos, igual a la vez anterior, Peeta pasa primero por lo que me quedo sola con el perturbador silenció.

-Louise Aime Fayolle, el favor de pasar a su sesión privada.

Froto mis manos y me levanto, las puertas se abren y por ellas sale Peeta.

La sala esta vacía y huele a pintura fresca pero no veo por ninguna parte pintura, los vigilantes me miran enseguida, cosa que no ocurrió la vez pasada.

-Puedes comenzar- ordena Ravenel, mirándome con seriedad y los brazos cruzados sobre su pecho.

Camino a paso apresurado donde los muñecos de prueba, tomo dos y los coloco en el piso, tomo una lanza y pinturas, clavo la lanza en el pecho del muñeco y tiro pintura roja alrededor, el otro muñeco lo dejo sentado y tiro pintura roja sobre la pierna metálica derecha, recuesto la cabeza del primer muñeco sobre el otro muñeco y me levanto del piso, todos los vigilantes estan levantados y gritan cosas totalmente enojados, Ravenel me mira directamente a los ojos con una sonrisa de lado, hice una pequeña reverencia y me largo sin importar que me hayan dado el permiso o no.

Entro en el elevador y miro mis piernas manchadas de pintura roja al igual que en las manos. Bajo del ascensor al llegar a nuestro departamento, camino hacia un Avox.

-¿Me puedes llevar comida al cuarto? por favor- ella asiente y se va a la cocina, camino hasta mi cuarto y me quito la ropa remplazandola por algo más suelto y cómodo, me recuesto en la cama y espero a que llegue la Avox.

UNA HISTORIA DIFERENTE.➹Peeta Mellark.Место, где живут истории. Откройте их для себя