UNA HISTORIA DIFERENTE.➹Peeta Mellark.

11: Te quiero.

Thom atraviesa una lanza en el pecho de Noha, ella alza la mirada para verle, esta en shock. Cae al piso con estrépito. Grito desgarradoramente.

Thom se va corriendo del lugar.

-¡NOHA!- grito arrastrándome hasta su lado.

La miro incapaz de tocarla por miedo a que la lastime más.

-No. No. No- niego rotundamente.

La mancha escarlata de extiende por su pecho y sus lágrimas salen sin césar.

-Noha- sollozo tomando su cabeza- te quiero- susurro rendida, apoyo con delicadeza mis labios en su frente- te quiero.

Y sin más dejo de sentir su respiración, su risa, sus apretones de manos, sus sarcasmos o sus tonterías, su buen animo aún estando en la arena, ya no estaba conmigo.

Suena el cañonazo anunciando su muerte.

Tiro de mi cabello mordiendo mi labio, grito tirando mis manos a los costados. Ella no debía morir de esta manera, no en manos en alguien tan vil como Thom.

Me levanto con el dolor recorriendo cada centímetro de mi cuerpo. Tomo la lanza ocupándola como soporte y claro que mi cinturón de cuchillos, los dos que quedaban.

Me alejo de la cornucopia, conteniendo los sollozos.

***

Cojeo hasta un árbol, camuflo mi cabello con la tierra y me preparo mentalmente para subir. Estaba tan mareada a causa del dolor que ya solo podía soltar suspiros.

Ya al estar oculta entre las hojas me obligo a apretar el nudo sobre mi pantorrilla, ni si quiera quiero ver como esta, me amarro con la correa del cinturón a la rama y me dejo llevar por el llanto al poco rato me duermo.

***

Despierto al tener una pesadilla, miro confundida el sello del Capitolio en el cielo, Aler es el primero en aparecer, Noha le sigue, la chica a la que mate del 7, la chica que Aler mato del 10 y el del 11.

Resoplo girando mi cabeza sintiéndome completamente desorientada y mareada, el mundo de la inconsciencia me atrapa.

***

Despierto al sentir mis tripas rugir. Veo a mi alrededor confundida, quiere comida.

Busco frutos entre las hojas hasta que los encuentro y ya me da igual si son venenosas o no, las como.

Me desato y bajo como puedo del árbol hasta ya estar en el piso. Caigo de bruces, me quedo un momento así alzando la vista para ver a mi alrededor. Me levanto pero vuelvo a caer, lo sigo intentando hasta que me mantengo en pie.

Saco la espita de mi cinturón y saco agua, la tomo y me aprovecho de limpiar la herida. Al terminar acomodo la espita en mi cinturón y me devuelvo para subir el árbol.

Unas trompetas hacen que chille sorprendida.

-Tributos hubo un ligero cambio de planes- miro a mi alrededor confundida- Las nuevas reglas permiten tener dos vendedores del mismo distrito. Gracias por su atención y, que la suerte este siempre de su parte.

Sacudo la cabeza sintiendo todo dar vueltas. Subo con todas las fuerzas que puedo y me amarro.

-Peeta- cierro los ojos- Peeta...

***

P

asos, eso es lo que escucho. Mi corazón se acelera de miedo, ¿vienen por mi?.

Me asomo para ver quién es. Una mata de cabello rubio atrapa mi atención.

-

¿Peeta?- murmuro- P..- rompo una rama y la tiro- Peeta- digo lo más fuerte que puedo.

-¿Lime?, ¿eres tú?- asiento- Contesta- resoplo- Subiré- siento el ruido de las ramas ante su peso, a los segundos tengo a Peeta frente a mi.

-Hola- murmuro cerrando los ojos con una cansada sonrisa.

-¿Qué te ha pasado?.

-Estoy bien- siento más movimiento y luego unos cálidos brazos rodear mi cuerpo, no hago nada, solo sonrío.

-¿Quién te ha hecho eso?- pregunta horrorizado.

-Estoy cansada- murmuro.

-Tranquila, estarás bien. Bajemos de aquí.

Él baja antes que mi, yo bajo con cuidado tras él.

Al llegar al piso, él me rodea la cintura con su brazo.

Caminos sin soltar palabra hasta llegar a una pequeña cueva, Peeta me recuesta en el piso y luego se va a cubrir la entrada.

-Tengo frío- murmuro temblando.

-Ven, acomodate en mí- sin rechistar me apego a su cuerpo.

-Gracias- murmuro antes de caer nuevamente en el mundo de la inconsciencia.