Dark Fate [Diabolik Lovers]

XXIX★Despedida

-Así que eso es lo que decidiste -mencionó Kou, había pasado una a semana desde lo sucedido en el baile, por lo que decidí ir a la mansión Mukami a contarle a Kou sobre mi decisión-. Entonces ya no podre pelear por ti.

-Lo siento, Kou -baje la mirada, sentí la mano de Kou rosar mi mejilla.

-Hey, no te pongas triste -me sonrió con ternura-. Desde un principio sabia que no tendría oportunidad -volvimos a ver el interior de la casa, en donde estaba Yuma junto con Shientsu, seguramente informándole sobre la noticia-. ¿Cuándo se marcharan?

-Mañana -solté un suspiro-. Carla quiere llegar lo más pronto posible -volví a ver las luces que se veían a lo lejos.

-Ya veo -volvió a ver al cielo-. ¿Ya se lo dijiste a Subaru-kun? -negué levemente.

-Si lo veo antes de subir al avión seguramente me querré quedar -sonreí con tristeza, Kou acaricio mi cabello.

-Deberías se pensarlo bien antes de tomar una decisión -asenti levemente, pero sabia perfectamente que no había nada en que pensar, debía estar al lado de mis hermanos.

-Konoe-sama, Shientsu-sama -llamo a la puerta el familiar que nos había traído-. Ya es hora de irnos -ambas asentimos al mismo tiempo, Shientsu abrazo a Yuma con fuerza para después darle un beso.

-Dale esto a Jade -mencione en el momento que le entregaba una carta a Kou-. Nos vemos, espero que encuentres a alguien que te valore -bese su mejilla al momento que le daba un abrazo, sentí a Kou tensarse por un momento para después aceptar mi abrazo con temor.

Después de despedirnos de los Mukami subimos a la limusina para volver a la mansión, donde fuimos recibidas por Shin, el cual tenia un rostro un tanto serio.

-Le voy a extrañar -suspiro Shientsu al momento que volvía a ver por la ventana.

-No te preocupes, estoy segura que te esperara el tiempo que sea necesario -sonreí levemente mientras también miraba por la ventana, vi las luces pasar, pronto estas luces serian cambiadas por las de Gran Bretaña.

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-¿Dejo algo para mi? -pregunto extrañada una ojinegra en la mansión Sakamaki.

-Sí -suspiraron al otro lado de la línea-. No le digas a Subaru-kun que te llamé, a decir verdad quería decirte algo que él no se puede enterar -la peliazul con negro miro a su alrededor, rogando que nadie de la familia se diera cuenta de su conversación por teléfono-. Konoe se marcha a Gran Bretaña.