18 - A ti te encantaba ese gilipollas.

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Sé que hay gente que no lee estas notas y por esa razón, solo en este capítulo y porque es importante, lo pondré arriba. Hoy es viernes, la razón por la que publico hoy es porque mañana sábado me voy  de vacaciones y no voy a tener wi-fi. El otro sábado tampoco voy a poder actualizar pero la buena noticia de todo esto es que publico este capítulo junto al 19 por la razón que mencioné y porque se lo merecen. 

Así que no quiero comentarios la semana que viene diciendo que no actualicé. 

Están avisados!

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Narrador Omnisciente:

Habían pasado unas horas desde que Rubius se encontraba tratando de pasar un nivel de los cojones en la Play 4. Se había cabreado y puesto nervioso gracias al maldito juego. Apretaba con odio los botones del mando y hasta llegó a gritarle a una de sus gatas por meterse en el medio de la pantalla.De repente alguien toca su puerta y lo hace lanzar una maldición.

- ¡Joder! ¿Quién es ahora? – Se levanta del sofá en una postura encorvada y abre la puerta. Lo que ve frente a él lo deja totalmente boquiabierto. Todo el cabreo que llevaba encima se había esfumado y ahora se sentía confundido.

¿Qué hacía él aquí?

- ¿Me dejas pasar o qué? – dijo Alex luego de analizar a Rubius con una mirada de culpa. Se sentía totalmente avergonzado por cómo se había comportado con él pero tenía sus razones.

Rubius se hizo a un lado y observó cómo su amigo caminaba hasta sentarse en el sillón donde estaba él hacía unos segundos. Lo siguió y se sentó a su lado. Estuvieron unos segundos en silencio.

- ¿Q-quieres... algo de beber? –preguntó con nerviosismo el dueño de la casa. Se relamía sus labios una y otra vez, jugaba con sus dedos y comía sus uñas en tan poco tiempo.

- No gracias –

Rubius hizo una mueca y se llevó la mano al cabello rascándolo sin saber qué cojones hacer. Hace unas horas ese tipo lo había insultado, le había gritado. Nunca se hubiera esperado su visita.

- Quiero disculparme... Y no sé si es porque el gilipollas de Mangel me llenó la cabeza o porque de verdad quiero disculparme – empezó Alex con fastidio en su voz.

- Cualquiera de las dos razones me da igual – respondió mirando al suelo – Lo importante es que estás aquí –

A Alex se le aguaron los ojos de tan solo escuchar eso. Estaba muy sensible sin mencionar que había llorado cuando Mangel le había dado una charla después de que Rubius se había ido. Se había comido la cabeza de camino a aquí y necesitaba hablar. Necesitaba de largar todo de una forma tranquila y no a los gritos como hacía unas horas.

Bajó la mirada aún con las lágrimas retenidas y empezó a hablar – Tengo tantos recuerdos de ti, tanto tiempo juntos, tantas gilipolleces – sonrió – Tenemos tantas historias, teníamos muchas más por delante... - se detuvo porque ya no aguantaba y un nudo se formó en su garganta.

Rubius acariciaba su hombro mientras recordaba – Lo sé – asintió.

- Si lo sabes... - levantó su mirada hacia él con las lágrimas ya cayendo por sus mejillas - ¿Porqué te fuiste? – su voz se quebró.

Parecía ser que a Alex le había afectado mucho la partida de Rubius. Nunca lo había demostrado pero se había sentido vacío cuando Rubius se había ido. Pensó muchas cosas de él, lo mandó a la mierda en varias ocasiones, otras lloraba porque sentía que lo había abandonado pero cuando se enteró de que había vuelto, el alma le volvió al cuerpo. Pero fueron solo unas horas hasta que vio que ya no era el mismo. Sintió como si lo hubiera perdido para siempre.

Cambio de Roles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora