12 - No me dejas... respirar.

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El cielo seguía teñido de azul oscuro a las cuatro de la mañana. De suerte algún taxi había a esa hora y no se dejaron esperar las señas exageradas de _____ en medio del frío con un tío medio muerto a su lado. Y digo medio muerto porque aún se sentía débil y tenía ese color pálido en la piel. Si seguía tomando frío tendrían que volver a entrar al hospital.

Después de las señales de humo que ____ le hizo al tachero, este paró. Los dos subieron apresurados hacía el interior del coche un poco más cálido que la intemperie. Luego de unos segundos de indicarle a señor que manejaba la dirección, se encontraban de camino a la casa de ____.

- Yo tengo casa - protestó Rubius con un tono un tanto odioso que a ____ le tocaba la moral.

- Yo tengo sueño y frío y no me estoy quejando, hombre - y eso había sonado como una queja.

- Lo siento, pero quiero ir a mi casa ¡Señor! - Rubius llamó la atención del tachero.

____ un poco más y le metía un guantazo. - ¡Yo pago el taxi, yo mando! - se hizo escuchar autoritaria - Disculpe señor - se disculpó con el inocente que no tenía por qué escuchar esta discusión. - Deberías darme las gracias al menos - musitó mirando por la ventana. Un silencio después de eso se dejó escuchar.

- ¿Perdón? - Rubén se hacía el desentendido, pero tenía más que claro que ___ solo hacía todo esto para ayudarlo.

- Nada, no importa - bajó la mirada a sus manos, daba igual.

Estaba por demás decir que el ambiente en ese coche era tenso. Hasta el taxista podía sentir la tensión en el aire, aire que ____ no podía respirar. Sentía que si no abría la ventana moriría asfixiada, respiraba pesado y necesitaba tener un momento de tranquilidad para poder dormir. Si, aún pensaba en dormir.

Por otro lado, Rubius, solo podía estar cabreado ¿Por qué? La necesidad de volver a su casa, en su cama, con sus gatas y su oscuridad. Todos alguna vez quisimos volver a casa porque necesitábamos estar en ella después de un día horrible.

Situación: Pésima.

A pesar de todas estas emociones negativas de parte de ambos, aún estaba aquella pizca de... ¿Cómo decirlo? Es que ni ellos sabían lo que les pasaba, en realidad, Rubius si lo sabía. La situación sería totalmente diferente si ____ no hubiera perdido la memoria ¿Cómo serían las cosas? Esa era la pregunta que Rubius se hacía solo en su habitación. Tal vez sería peor. Las cosas no terminaron bien para ellos dos y él no quería que siguieran así. En momentos agradecía que ____ hubiera perdido la memoria pero por otra parte, obviamente lo maldecía.

El trayecto a la mansión se hacía cada vez más largo, parecía ser a propósito. Finalmente se introdujeron en aquel barrio de ricos y el pobre taxista dejó a sus pasajeros. Rubén le echó una mirada a ____ quien ignorante caminó hacia la puerta de rejas. Su figura desde atrás, esa sudadera unas tallas más grandes que su delicado cuerpo y el jean gastado que lucían sus piernas. Seguro le hacía frío y es que salió tan rápido que solo pudo coger esa sudadera de Willy y poco más. Rubius se la quedó observando hasta que su voz lo despertó de su trance.

- No me gustaría que murieras congelado - esas palabras le hicieron sentir un poco mejor por como lo había dicho su amiga - A parte desde ahora me haré cargo de ti y tengo que asegurarme que estés bien - una sonrisa acompañó esa oración... una sonrisa sincera, la primera después de lo del hospital.

Pero... ¿Qué acababa de decir? "Desde ahora me haré cargo de ti". Rubius no pudo decir nada que fue empujado dentro de la mansión, la cual estaba iluminada solo por las luces de las pequeñas lámparas de noche.

- Oye...

- Sácate el abrigo - ____ mandaba a Rubén como a un niño, se estaba tomando muy en serio lo que acababa de decir. El pobre obedeció y dejó el abrigo en donde estaban los demás.

Cambio de Roles.Where stories live. Discover now