14 - ¿Ni siquiera me saludarás?

402 24 8
                                    

El día era precioso a pesar de ser invierno. El sol calentaba lo que antes era frío y derretía el hielo del agua de los pájaros. Estaba perfecto para dar un paseo por allí ¿Y quién necesitaba salir al exterior? Claramente Rubius. La medicina que Mariel había llevado para él había surgido efectos rápido y es que esa mujer tenía la respuesta a todas las enfermedades o malestares. Era como la típica abuela que hace gualichos para todo. Había tardado mucho tiempo y ____ le había hecho un interrogatorio pero ella no dijo nada.

- No quiero salir, estoy bien aquí –

- Según lo que me comentaron, usted señor estuvo mucho tiempo metido en su casa sin salir –

- ¡Que estoy bien, joder! –

- ¡Que no, joder! –

La discusión se escuchaba en toda la casa, Mariel se sobresaltó.

- ¡Cuiden sus palabritas! – se escuchó desde la cocina.

Finalmente Rubius no hizo más que resistirse y pisó el jardín del frente. El sol le provocó un leve dolor de cabeza y en un acto reflejo tapó su cara con sus manos. ____ lo seguía por detrás cuidándolo.

- ¿Ves lo que pasa cuando salgo? –

- Eres un vampiro –

Caminaron por el barrio de la gente con dinero hasta llegar a un parque muy bonito que había cerca de la mansión. Tenía una fuente con la estatua de algún hombre histórico y todos los caminos llevaban a ella. Había, también, un pequeño lago con un puente que lo cruzaba por estética, los dos jóvenes se dirigieron allí.

Mientras caminaban no decían nada, solo sonreían. Llegaron al puente y observaron los típicos peses naranjas nadar con tranquilidad por allí. Apoyaron sus manos sobre la baranda y ser dejaron llevar; este era un momento muy relajante después de todo lo que pasó.

- No quiero arruinar tu tranquilidad – dice Rubius – Pareces muy relajada pero... - Extendió su mano hacia los pechos de ____ - Se te ha bajado – y con sus dedos sosteniendo la tela de su camiseta la levantó tapando parte de su brazier.

El color rojo en el rostro de ____ era muy evidente por donde lo vieras. Rubius rio – Que mona – susurró luego.

- Eres un gilipollas – Rio luego ____.

- Pero así y todo me cuidas –

____ volteó la vista con una sonrisa pintada en el rostro, se veía feliz, se veía como antes. Rubius no evitó sentir un nudo en la garganta pero tragó con fuerza y se obligó a mirar para adelante.

"Parecía una tía con la que no querrías tener ningún tipo de relación. Su rostro reflejaba nada más que aburrimiento y cabreo pero eso hacía que Willy soltara una carcajada.

- ¿Sigues cabreada? – le preguntó, yo solo miraba sonriente la situación. A veces creía que parecía un gilipollas por sonreír tanto.

- ¡Es que tío no puede ser! ¡No me lo creo! ¡Es que no me lo creo! – protestó el calco de el gran Guillermo.

- Te he dicho que no fue mi culpa – dijo y luego me miró – Se me cayó Coca-Cola sobre su vestido de fiesta – me explicó, yo asentí porque ya entendía la cara de mala gente de la tía esta. Willy me había dicho muchas veces que tenía una hermana pero nunca la había visto."

_____ miró a Rubius y se quedó sonriendo así por unos segundos.

" - ¿Ru..bén? – Escuché una suave voz detrás de mí. Me di la vuelta y me encontré con la cara somnolienta de ____. Dejé el café que estaba preparando en la mesada.

Cambio de Roles.Where stories live. Discover now