17 - ¿Cómo podría dejarlo atrás?

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No pudo seguir hablando pues Mangel había estrellado su puño contra el rostro de Alex. Abrí los ojos de par en par cuando lo vi tirado en el piso con una mano en su mejilla.

- ¡Detente joder! ¡Eres un maldito gilipollas! – parecía que toda la furia que yo contenía, él la había expulsado hasta por las orejas. - ¡Tú estás equivocado y tú por no abrir tu puta boca en todo este tiempo! – señaló a Cheeto.

Traté de ayudar a Alex para que se levantara pero golpeó mis manos y lo hizo él solo. Cheeto se levantó del sillón y se fue a su habitación mientras Mangel le gritaba más cosas. Me dirigí hacia él.

- Hey basta –

- ¡No puedes decir esas cosas tío! ¿Sabes con quién hablas? ¡Rubén Doblas! ¡Tu mejor amigo! – seguía gritando.

- Mangel detente –

- ¡Te ayudó miles de veces, te acompañó siempre y así le pagas! –

- ¡Mangel! ¡Deja ya! No importa, estoy bien, en serio – cogí su brazo y lo miré a los ojos para que supiera que estaba siendo sincero. Miré a Alex y traté de ver algo de él que yo conocía. Nada. – Lo lamento – me disculpé antes de salir disparado hacia la puerta.

Joder ¿Qué fue eso? Vale, sabía que ellos no me veían igual que antes pero esto fue demasiado. No sabía que le había afectado tanto, no me lo había esperado de Alex. Él lloró cuando yo estuve muy mal en mi apartamento, eso había sido real pero entonces ¿Por qué cambió tan rápido de actitud?

Me afecta verlo así, saber que ese pequeño flacucho con el que compartí muchos momentos importantes en mi vida ahora me odia es... triste. Creo que así puedo definir todo lo que me está pasando: Tristeza. Pero saldré adelante, como lo hice después de todas las cosas que pasé. Creo que soy lo demasiado fuerte para seguir solo en esto.

No quiero involucrar a Mangel y que quede mal por estar conmigo así que creo que lo mejor será dejar a todos.

Tomé un taxi y llegué a mi casa luego de unos minutos. No me sentía con gustos de grabar y no lo hice. Me preparé algo caliente para tomar y lo llevé a mi habitación. Me tiré en mi cama boca arriba observando el techo, viendo cada detalle pero a la vez sumergido en mis cosas. Creo que hacía mucho no tenía un momento tranquilo y tenerlo ahora era gratificante. Me sentía liviano, me sentía en otro mundo, como si fuera un espectador de mi vida analizando cada cosa que pasaba.

Pensé que dejar a todos atrás, total todo lo que hice ahora fueron problemas. Pensé en volver a Noruega, sacar mi pasaje por tercera vez y es que joder ¿Qué me detuvo para irme de una puta vez? Volvería con mi familia, con la que siempre me apoyó. Volvería con Cath, aunque... ella dijo que quería venir aquí.

También tengo la boda de Luzu y Lana pero seguro que a ellos ni siquiera les importo como para percatarse de mi presencia en la iglesia. Aquí ya no me quieren, no soy bienvenido en donde crecí y donde me formé.

Me levanto de la cama y voy donde mi chaqueta en una silla. Busco en los bolsillos y cojo el paquete de cigarrillos en mis manos. Los había dejado pero volví al "ruedo". Puse uno en mis labios mientras cogía el encendedor y lo acercaba al cigarrillo pero el ruido del móvil me interrumpe. Me dirijo con el cigarrillo en la boca a atender lo que –por el ringtone- es una llamada. No me fijo en la pantalla y simplemente atiendo.

- Si – digo esperando la voz del otro lado.

- Rubén... Rubius, ya no sé quién eres – la voz me sorprende más que a nada. – Pensé que no contestarías, ha pasado mucho tiempo –

Abrí mis ojos de par en par y por accidente dejé caer el cigarrillo de mis labios.

- ¿Guiller...mo? –

Cambio de Roles.Where stories live. Discover now