Un dia de compras

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-Yo quiero estos, por favor- gritaba Oli, mientras estiraba del brazo de Daniel.

-¿Que es lo que quieres?- le dijo este irritado.

-Ema, escuchaste lo que me dijo.

-Daniel- lo rete.

-No eres mi madre- dijo. Yo lo mire desafiante- mejor me callo- asenti con la cabeza.

-¡Quiero esos zapatos! Voy a morir si no los tengo.

-Ni lo sueñes, estan carísimos.

-No valen tanto.

-¿Piensas que cago plata?

Luego de eso se empezaron a pelear, saque mi atención de ellos y busque con la mirada a los demás. Luego de que las chicas comenzarán a correr como locas nos separamos y cada uno fue por su lado.

-Ema-me miraron los dos, seguramente esperando a que yo decida quién tiene la razón.

-Daniel, no la trates asi- Oli asintió y lo miro con suficiencia- y Oli esos zapatos son muy caros- Daniel hizo lo mismo con ella.

-Y esos-señalo otros que estaban al lado de los que ella queria.

-Valen lo mismo- le dijo Daniel.

-No, son más baratos.

-30 dolares menos.

-Para vos todo es caro.

-Y para vos todo barato.

-Idiota.

-Caprichosa.

-Ema- volvieron a decir al unísono.

-Arreglense solos- me aleje de ellos para ir a buscar a los otros.

-¿Extrañandome?- di un pequeño salto en mi lugar y me di la vuelta. No me sorprendió cuando vi a Nick.

-En tus sueños.

-Te compre algo.

-¿En serio?

-Si, después de lo que te paso, pense que te gustaria- saco de su bolsillo una cajita y me la extendió. La tome y la abri, adentro habia una fina cadenita de oro con una E como colgante.

-Me encanta- le dije, sorprendida por lo que me habia comprado- ¿te costo demasiado?

-No te preocupes por eso, esta bien.

-¿Me lo pones?- le dije, dándole el collar. Me di la vuelta y me corri el pelo, para que me lo pudiera poner. Senti su cálida piel tocando la mia.

-Acá hay amor- grito alguien. Los dos nos dimos la vuelta y vimos a los responsables. Estaban todos juntos parados a unos metros de nosotros. Me reí.

-Vamos a comer.

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Habíamos llegado a la zona de comidas del centro comercial. Al llegar, fuimos a buscar una mesa para sentarnos.

-¿Qué quieren comer? Comida Italiana, pastas, sushi- empecé a nombrar los tipos de comida que vendian en los locales.

-McDonald's- gritaron todos.

-¿Con toda la comida que hay quieren hamburguesas?- pregunte incrédula a lo que todos asintieron- esta bien, busquemos la comida. Steve, Becka cuiden la mesa.¿Qué hamburguesa quieren?

-Un cuarto de libra- hablo Becka.

-Lo mismo.

-Bueno, vamos- caminamos hasta el local y nos formamos en la fila.

Cuando estuvimos primeros, pedimos las órdenes.

-Yo quiero una cajita feliz, con un jugete de el oso panda Po- hablo Daniel a la cajera.

-Lo siento señor, ya no hay mas de esos. El nene se llevo el último.

Daniel volteo y vio a un nene de unos 8 años jugando con el muñequito. Luego se acercó a él.

-Disculpa nene, yo quiero ese, ¿me lo puedes dar?.

-No, es mio.

-Vamos, damelo- agarro el juguete pero el chico no lo saltaba y empezaron a estirarlo. Daniel gano y se quedó con el muñeco, pero el nenito empezó a llorar.

-Holly- grito a lo que ella se acercó- tiene mi jugete.

-Eso es de él

-Ahora es mio- hablo Daniel y le saco la lengua. La mujer le pego con su bolso y se lo saco.

-Descarado- dijo y se fue con el nene.

Luego de esa escenita, estábamos comiendo mientras charlábamos de cualquier cosa.

-Este jugete es de niña- dijo Daniel señalando su jugete de Hello Kity.

-Dacelo a tu prima- conteste irritada.

Seguimos hablando, y luego de tirar los residuos en el tacho seguimos caminando.

Al pasar por una librería pare y me adentre en ella. Literarmente era enorme. Me quedaría a vivir aqui si fuera por mi.

Arriba de una mesa estaba Leal. Amaba la trilogía de Divergente, me había leido los dos primeros y solo me faltaba este.

Lo agarre como si fuera oro y estaba dispuesta a abrirlo y leer un página, pero alguien me hablo.

-Ema, ya nos vamos, andando- me di la vuelta y vi a Daniel y a Nick.

- Si, vamos- dije desanimada dejando el libro. Estaba muy caro.

Salimos del local y comenzamos a caminar hacia la salida.

-¿Y Nick?- pregunte.

-Se quedo viendo algo, ahora viene.

En la salida Nick nos alcanzó. Volvimos a tratar de entrar en el auto pero esta vez Oli no manejo, si no fue de acompañante con Becka.

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Me empezó a subir la blusa lentamente hasta quitármela por completo, luego hizo lo mismo con mis pantalones. Puso sus manos por mi espalda y empezó a desabrochar mi brasier mientras yo me removia incómoda y grite con todas mis fuerzas.

-Sueltame, por favor- Me desperté de golpe, con un sudor frio recorriendo mi frente. Esa fue la peor noche de mi vida, y no me la podía quitar de la cabeza. Comencé a llorar, no podía detener las lagrimas que corrian como cataratas por mis mejillas. Estaba temblando, me senté con mi espalda apollada en el respaldo y empece a valanciarme para atras y para adelante. Parecía una loca encerrada en un manicomio. Seguramente tenia un aspecto terrible, el de una chica destrozada. Las lágrimas no paraban. La sensación de sus manos apretando mis muñecas. De repente la puerta se abre, alguien entra y me abraza. Sabia perfectamente quien era.

-Tranquila- acarició mi pelo con dulzura.

-No puedo Nick. Me da miedo de que si me duermo, sueñe con él- le conteste- quedate conmigo- él me miro, pero luego asintio. Me corri para dejarle un lugar donde despues se acosto. Apoye mi cabeza en su pecho y el siguio acariciando mi cabello. Mis ojos se cerraban lentamente y el sueño me invadia denuevo.

-Tranquila, estoy aqui. No dejare que nada malo te pase- fue lo último que escuche antes de sumergirme en un profundo sueño.

Una chica en DeltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora