Culpables | Dylan O'brien

Capítulo 19: Impacto.

—Creo que es todo —dice Alexa cerrando su equipaje y mirando todo el cuarto por si se le olvidaba algo.

—Llevaré esto —tomé el bolso y esperé a que ella saliera de la habitación para cerrar la puerta.

Decidimos volver a casa antes de que caiga el sol.
La acompañé bajando las escaleras hasta llegar al salón para así despedirnos de toda la familia, allí saludamos por última vez a cada uno de ellos, quise evitar a Thomas pero nos despedimos de igual forma, él estaba animado ya que yo me iba del lugar.

Imbécil.

Luego abracé a mi madre y seguí por la tía Greta y Jacob, busqué a Kiara con la mirada entre toda la gente mientras Alexa se despedía de ellos, pero no estaba, eran las 16:32 hs y aun no la había visto desde anoche.
Llevé las cosas hasta el baúl del auto y Alexa se acercó.

—¡Oh no! olvidé mis zapatos, los que dejé al lado de la cama, volveré en un momento —dijo caminando en esos tacones.

Cielos, subir escaleras con esas cosas debía ser un infierno.

—Espera —dije antes de que ella ingrese nuevamente a la casa—. Iré a buscarlos yo, tú entra al auto y espera aquí ¿de acuerdo?

—Gracias cariño —sonrió—, pero date prisa, no quiero que conduzcas de noche, la ciudad esta a varios kilómetros de aquí y ya son prácticamente las cinco de la tarde —agregó metiéndose en el auto.

Volví a la casa y subí las escaleras, crucé el pasillo y extendí mi mano hacia el picaporte, abrí la puerta y al momento en donde estaba por ingresar al cuarto, noté que Kiara estaba observándome al final del pasillo vestida con una de las horribles camisetas de Thomas que le quedaba hasta mitad de los muslos, nos separaban dos habitaciones de distancias.

—¿Ya te vas? —preguntó recostando su hombro por la pared, estaba despeinada.

—Si, solo vine a buscar algo —contesté sin poder dejar de mirarla. Sus ojos eran mi perdición.

—Que tengas buen viaje.

—¿Por qué no fuiste a despedirme? Sólo faltabas tú, te busqué allá y no estabas.

—No me gustan las despedidas.

—¿Entonces vas a quedarte ahí?

—No, ya me voy —dijo dando media vuelta.

—Ven a despedirme, Kiara —ordené.

—Oblígame —giró sobre sus talones para volver a mirarme—. Yeti

—Ven aquí —dije y comencé a correr hacia ella pero al verme tomar velocidad, comenzó a escapar.

—¡No me alcanzaras! —reía mientras corríamos por los pasillos de la casa como si fuéramos niños de seis años.

—¡Vuelve aquí mocosa! —exclamé agitado pero no me rendí y seguí corriendo detrás de ella. Extendí mi mano y pude alcanzar a tocar su brazo pero no fue suficiente como para detenerla. Tropecé y caí sobre mis rodillas, apoyé mis manos sobre el suelo y tomé aire, yo estaba realmente agitado, malditos cigarrillos.

—Deberías abandonar la carrera —vi sus pies frente a mi y levante la mirada, ella se arrodilló para quedar a mi altura.

—No abandonaré nada —la sostuve del brazo antes de que vuelva a alejarse—. Te tengo.

—Porque yo me acerqué —contestó sin intención de quitar mi mano de allí—. De lo contrario no hubieras llegado a mi.

—Entonces cada vez que te acerques, no te dejaré ir.