-Lo que yo siento por ella también es así, pero la diferencia es que ella no piensa en qué pasará con Maia si nos separamos. –Me pasé las manos por la cara, cada vez más frustrada.

-La diferencia es que tú piensas en que se va a acabar, ella no. Tú tienes miedo, y ella no. ¿Piensas que no es la adecuada? –La pregunta me dejó congelada, sin saber qué responder, ni replicar.

-Creo que... -Comencé a hablar después de unos largos y agónicos segundos. –He pasado mucho tiempo sola, y esta es la primera relación estable que he tenido. La gente rompe, sale, se pasan años juntos antes de casarse después de varias relaciones, y me da verdadero miedo que a Lauren y a mí nos pase eso.

-Ed y yo nos conocemos desde el colegio y empezamos a salir a los dieciocho. Nos casamos a los veintidós, y ahora tenemos un hijo.

Maia salió del colegio con esa bonita mochila rosa, su falda a cuatros y el jersey burdeos, corriendo hacia Lauren que se agachaba para abrazarla.

-Si no estás segura de casarte con ella ahora, ¿por qué le das ilusiones a Lauren sobre ser su madre?

-Porque quiero que lo sea, créeme. –Lauren cogió a Maia en brazos, y la veía tan encariñada con ella, y a mi hija con Lauren, que no podía imaginar un día en que dejasen de abrazarse.

-Pues tienes que dejar de pensar, de hacerle falsas ilusiones si en tu mente, lo vuestro no va a durar mucho.

*

Lauren's POV

-¿Cómo llevas la vida? –Dinah se sentó al lado de Ally en el sofá, que ya tenía algo de tripa y se le notaba bajo el jersey.

-Bien, genial. Esta noche dicen el equipo al completo que va a Brasil, ¿no estáis emocionadas? –Le tendí una taza de café a Dinah, y a Ally le serví un té caliente, que ella cogió con las manos y colocó sobre su tripa.

-Claro, voy a estar un mes en la playa viéndote jugar al fútbol. –Dinah levantó la taza con una sonrisa. –Aunque en realidad, me refería a Camila. –Justo cuando tomé asiento frente a ellas, solté un suspiro.

-Bien, genial. ¿Por qué preguntas eso? –Sonreí un poco ladeando la cabeza, mirando a la rubia con el ceño fruncido.

-Venga, Lauren, que nos conocemos. Sé que te quieres casar con ella. –Pasé una mano por mi pelo intentando apaciguar la repentina sensación de confusión y, para qué mentir, algo de tristeza.

-Haré lo que ella quiera hacer, es su hija, y yo sólo quiero que no se la quiten. Es todo. –Susurré mirándome las manos, frotándolas entre ellas para tener algo donde mirar y no mantener la vista fija a la de Dinah.

-Pero te casarías con ella, ahora mismo, sin pensarlo un segundo, ¿verdad? –Sonreí con ternura, asintiendo mirando a Ally que formuló la pregunta.

-Es normal que tenga dudas, es... Es algo muy serio. –Ladeé la cabeza con un semblante algo más serio.

-Esa niña sería tu hija, Lauren. –Negué, frotándome los pantalones con nerviosismo ante todas las preguntas que hacían.

-No, yo sólo quiero que se quede con su madre, sea con mi apellido o con el de Camila. Yo sólo seré... Lauren, ya está. Y si Camila decide ir a juicios, la apoyaré y contrataré los mejores abogados.

-A ver, Lauren... Un padre puede no ser biológico. Imagínate que Troy me dejase, y cuando naciese yo tuviese otra pareja que me ayudase a criarlo, mientras que Troy se desentiende, ¿quién sería el padre? –Ally tenía las dos manos puestas en la tripa, y Dinah rodó los ojos.

a coat in the winter; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora