Bea la fea ||gemeliers||

Capitulo veintiocho.

-Me voy a casa - le digo a Alejandro una vez alejados de la cafetería - mi madre me reclama.

-¿Quedamos esta tarde? - dice él.

-Claro, a las cinco y media en el parque - le doy dos besos y me voy para mi casa.

Camino hasta mi casa y no hay nadie en la calle como es posible, llego a ella y ayudo a mi madre a limpiar, hacer la comida, etc.

Después comemos mientras hablamos del próximo concierto de Pablo, de si vamos a acampar y lo normal.

Cuando terminamos subo a mi habitación y me tiro en la cama.

¿Como estará Dani? Le deje un poco en evidencia en la cafetería.

-¡Tris! - me saca la voz de mi madre de mis pensamientos - ¡baja! ¡Tienes visita!

Quién narices es ahora.

Me levanto perezosamente y avanzo hasta la escalera bajo cuatro escalones y me asomo a ver quien es.

Mierda, estoy muerta.

Como si nada y sin hacer ruido me doy la vuelta dispuesta a subir, pero me interrumpen.

-Ni se te ocurra, ya te he visto - dice Dani.

-Hola Dani - digo bajando un poco más - ¿qué quieres?

-Nada, ¿puedo subir? - me pregunta caminando hacia la escalera.

-Mmm sí, sube - digo y camino hacia mí habitación con el detrás.

Una vez dentro se sienta en la cama y me mira.

-Ahora me soltarás todo el rollo de que te he dejado en ridículo ¿no? - le pregunto sentándome en la silla.

-No - dice en un tono relajado.

-¿No? - pregunto asombrada y el niega con la cabeza - entonces ¿que pasa?.

-Simplemente pasa que tenía ganas de verte - dice y sonríe.

-Ah - contesto seca - quizás deberías ir a ver a Alicia.

-La he dejado.

Abro los ojos un poco anonadada. Pero estoy llena de felicidad, por qué esta él, que si no, estaría saltando de un lado para otro.

-¿Sí? Pobre - digo sarcástica.

-Lo de la cafetería ha sido genial, bueno, si no se hubiera enterado todo el mundo de que le había puesto los cuernos mejor, pero... - dice y se ríe - me gusta que te hayas puesto celosa.

-Yo no me he puesto celosa - digo - solo he dicho las cosas claras.

-¿Por qué no te creo? - dice sonriendo.

(...)

-Buenos días alumnos - dice la profesora de francés entrando por la puerta - si os portáis bien durante la clase, os diré una sorpresa que se cien por cien que os va a gustar.

Ahora nos dirá que tenemos que hacer un trabajo.

Pasamos toda la clase en silencio, y hablando por notas con Dani, para que nos diga la sorpresa tan ideal.

-Bueno chicos, ¿quereis saber la sorpresa? - dice ella alzando una ceja y riendo.

Toda la clase chilla un "¡si!" menos yo que me limito a asentir con la cabeza.

-¡Nos vamos a París! - grita emocionada.

Miro feliz y sonriendo a Dani que me mira igual.
Por qué presiento que el viaje a la ciudad del amor va a ser genial.