Absuelto

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Fugde se levanto y preguntó mientras fulminaba con la mirada a Harry.
-- ¿Es usted Harry James Potter, residente en el número cuatro de Privet Drive, Little Whinging, Surrey?
—Sí —respondió él.
—¿Conjuró usted un Patronus la noche del dos de agosto? —inquirió Fudge.
—Sí —contestó Harry—, pero...
—¿A sabiendas de que no le está permitido utilizar la magia fuera de la escuela hasta que haya cumplido diecisiete años?
—Sí, pero...
—¿Y tiene usted quince años?
—Sí, y...
—¿Dónde aprendió a hacer eso? ¿En el colegio?
—Sí, el profesor Lupin me enseñó en mi tercer año porque...
—Impresionante —opinó Madame Bones mirándolo con atención—, un verdadero Patronus a esa edad...
—¡Lo hice por los Dementores! —exclamó Harry en voz alta antes de que alguien volviera a interrumpirlo.
El silencio que se apoderó de la sala.
-- ¿Dementores en Little Whinging? —preguntó Madame Bones con
sorpresa.
— Déjame que te lo explique.-- dijo Fudge con una sonrisa burlona.-- Este chico ha encontrado una excusa fenomenal. Los muggles no pueden ver a los Dementores... Así sólo cuenta tu palabra, sin testigos...
—¡No estoy mintiendo! —gritó Harry, — Había dos Dementores y mi primo los sintió y salió corriendo...
—¡Basta! ¡Basta! —ordenó Fudge con expresión altanera—. Lamento interrumpir lo que sin duda habría sido una historia muy bien ensayada...
Dumbledore carraspeó. El Wizengamot volvió a guardar silencio.
—De hecho, tenemos un testigo —dijo Dumbledore.
—Me temo que no tenemos tiempo para escuchar más mentiras,
Dumbledore. Quiero liquidar este asunto cuanto antes...-- comenzó a decir Fudge.
—Quizá me equivoque —repuso Dumbledore cortándolo en tono agradable—, pero estoy seguro de que los Estatutos del Wizengamot contemplan el derecho del acusado a presentar testigos para defender su versión de los hechos, ¿no es así? ¿No es ésa la política del Departamento de Seguridad Mágica, Sheffield?
—continuó, dirigiéndose a _________, la cual, con mirada mordaz respondio.
—Así es, Completamente cierto.-- miro a Fudge incrédula y enseguida pregunto— ¿Dónde está esa persona?
—Ha venido conmigo —afirmó Dumbledore señalando a la puerta, por la cual, la señora Figg entró asustada y más chiflada que nunca.
La señora Sheffield se levanto y sonoramente pregunto
—¿Nombre completo? — a la señora Figg.
—Arabella Doreen Figg —respondió con su temblorosa voz.
—¿Y quién es usted exactamente? —siguió preguntando con voz altiva.
—Vivo cerca de donde vive Harry Potter.
—No tenemos constancia de que en Little Whinging vivan más magos o brujas que Harry Potter —saltó Madame Bones.
—Soy una squib —aclaró la señora Figg.
—¿Una squib? —intervino Fudge.-- ¿los squibs pueden ver a los Dementores?
—¡Por supuesto! —exclamó la señora Figg con indignación.
—Muy bien —continuó __________ leyendo el pergamino—. ¿Qué tiene que contarnos?
—Había salido a comprar comida para gatos, al final del paseo Glicinia, a eso de las nueve, la noche del dos de agosto —contó como si se hubiera aprendido lo que estaba diciendo—, cuando oí ruidos en el callejón que comunica la calle Magnolia con el paseo Glicinia. Al acercarme a la entrada del callejón, vi a unos Dementores que se deslizaban hacia dos chicos.
—¿Cómo eran? — inquirió el señor Sheffield.
— Eran grandes, muy grandes. Y
llevaban capas. Los sentí. Todo se quedó frío, y era una noche de verano muy calurosa, créame. Y sentí... como si no quedara ni una
pizca de felicidad en el mundo... y recordé... cosas espantosas.
Su voz tembló un momento y se apagó.
—¿Qué hicieron los Dementores? —inquirió __________ con voz suave.
—Atacaron a los chicos —afirmó la señora Figg— Uno había caído al suelo y el otro sacudió la varita y consiguió hacer un Patronus que
arremetió contra el primer Dementor y luego ahuyentó al que se había abalanzado sobre su primo. Eso fue..., eso fue
lo que pasó —terminó la señora Figg de manera no muy convincente.
—Muy bien —dijo Fudge—. Ya puede irse.
La señora Figg, asustada se levantó y produciendo un ruido sordo.
—No sé qué decir —replicó Madame Bones— Ha descrito los efectos de un ataque de Dementores con gran precisión....
—¿Dos Dementores deambulando por un barrio de muggles y tropezando con un mago? —inquirió Fudge con sorna.
—Creo que ninguno de nosotros piensa que los Dementores estuviesen allí por casualidad —lo interrumpió Dumbledore sin darle mucha importancia.
Una voz cantarina resono por toda la sala.
—Estoy segura de que no lo he entendido bien, profesor Dumbledore — era la bruja cara de sapo—. ¡Qué necia soy! Pero ¡por un brevísimo instante me ha parecido que insinuaba usted que el Ministerio de la Magia había ordenado a los Dementores que atacaran a este muchacho!
—Si es cierto que dos Dementores atacaron a Harry y a su primo se deduce, por lógica, que alguien del Ministerio ordenó el ataque —aventuró Dumbledore con educación.
La sala quedo en silencio durante mucho tiempo, pasados 5 minutos, ___________ se levantó, comenzó a enrrollar el pergamino y preguntó.
—Los que estén a favor de absolver al acusado de todos los cargos...
Muchas manos, más de la mitad, quedaron suspendidas en el aire, entre ellas, las manos de los Sheffield, las cuales, vacilaron pero no cedieron.
—Los que estén a favor de condenarlo...
Fudge levantó la mano; lo mismo hicieron media docena más.
Fudge los recorrió a todos con la mirada. Luego bajó la mano, respiró hondo dos veces y dijo con la voz alterada por la rabia contenida:
—Muy bien. Muy bien... Absuelto de todos los cargos.
—Excelente —dijo Dumbledore con contundencia. —. Bueno, debo irme. Que tengan todos un buen día.
Y salió majestuosamente de la mazmorra.

Destino de una Sheffield/Gaunt T5Where stories live. Discover now