Capítulo 22 "¿Celos?"

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     Vi como mi mamá entraba a la habitación, se veía cansada. Me sentí culpable por eso.

—Joscelin, ¿Cómo sigues? —dijo acercándose a mí fríamente. Eso me dolió.

—Hola mamá, estoy bien. —susurré intentándole dar un abrazo pero no me dejó tocarla — ¿Qué sucede mamá?

— ¿Qué crees que me sucede? ¿Cómo te atreviste hacerme esto, Joscelin? —dijo con voz decepcionada y furiosa.

Sentí un nudo en la garganta al escuchar en la forma en la que me hablaba.

—Perdóname mamá. —murmuré agachando la cabeza.

— ¿Sabes algo? —dijo levantándome la mirada. Yo con mis ojos inundados por las lágrimas —. No vivirás en nuestra casa. Ya hablé con tu papá te irás a vivir con él, no quiero que estés cerca de Leonardo. —dijo soltándome y caminando por la habitación de un lado a otro.

—Pero mamá...

—Pero nada Joscelin, ya la decisión está tomada. Cuando salgas de aquí irás directo hacia la casa de tu padre. —dijo para luego retirarse. Dejándome sola.

Escuché la puerta abrirse de nuevo. Era el doctor.

—Hola señorita Wilson ¿Cómo se encuentra? —me preguntó sonriéndome.

—Bien. —dije sin ánimos.

—Bueno... su rostro dice lo contrario, en fin aquí les dejo las pastillas que necesita, tienes que tomar esto por un mes cada ocho horas. —exclamó dándome muchas pastillas.

—Esto es mucho ¿Ya la pagaron? —pregunté tomándome una de las pastillas. En serio eran demasiadas.

—No se preocupe señorita, su novio ya pagó todo. —quedé sorprendida ¿Mi novio?

— ¿Qué novio? ¿Se refiere a Leonardo? —pregunté sorprendida pues no era novia de él.

—Sí, quizá en tres días le demos de alta, pues todo se encuentra muy bien. —dijo haciendo unos apuntes en una libreta —. Ahora descanse. —espetó para luego retirarse.

Cerré los ojos intentando dormir, pero se me aparecía la cara de Derek. Mi cuerpo completo se estremeció.

¿Qué habrá pasado con él? Espero y no intente buscarme de nuevo. Tendré que hacerle caso a mi mamá para ganarme su confianza de nuevo aunque yo creo no lo lograré. En esos pensamientos logré dormirme.


Derek Shell


—Señor, se llevaron a Joscelin. —dijo uno de los guardaespaldas.

— ¡No me digas! —grité desesperado, me dolía toda la maldita cara.

— ¿Qué ha pasado aquí? —escuché que llegó Daniela.

Todo estaba hecho una mierda en la planta baja de la casa, suerte que Víctor decidió quedarse en la ciudad.

—Leonardo. —habló el guardaespaldas que no sabía cómo se llamaba.

— ¿Qué sucede con Leonardo? —me preguntó Daniela.

—Se llevó a Joscelin. Límpiense este desastre. —repliqué hacia el hombre, el cual asintió y se retiró.

Ella se acercó a mí besando mis labios, pero la separé, no tengo ánimos de nada.

Tengo que buscar a Joscelin, este donde este la voy a encontrar porque ella será mía y si no lo es no será de nadie.

Salí de la casa dejando a Daniela ahí. Conduje hasta la casa de mis padres.


Joscelin Wilson


—Despierta, mi princesa. —escuché la voz de Leonardo.

—Hola, Leo. —dije soñolienta, sonriéndole de manera tierna.

—Te traje esto. —susurró dándome una caja.

Cuando lo abrí era un celular. Quedé sorprendida pues eso le debió costar mucho.

—Gracias. —murmuré dándole un abrazo el cual respondió complacido.

—Joscelin. —escuché que abrieron la puerta. Era mi mamá estaba enojada, en su mirada pude notar lo triste y decepcionada que estaba por mi comportamiento.

—Hola mamá. —dije en modo de saludo, pero no me contestó solo se le quedo mirando a Leonardo fijamente.

—Hola Charlotte. —saludó Leonardo.

— ¿Qué es lo que les pasa a ustedes dos? —preguntó acercándose a nosotros. Nos miramos extrañados, pero yo sabía a lo que refería.

— ¿Dé qué hablas? —preguntó Leonardo ignorando la pregunta de mi mamá.

—Bien sabes de que hablo, Joscelin acaba de salir de un momento traumático y tú ya piensas llevártela a la cama, te desconozco Leonardo en cinco años nunca pensé que fueras capaz de hacerme esto. Y tu Joscelin como pudiste caer tan bajo, para acostarte con tu hermanastro. —exclamó.

En serio eso me dolió y mucho sentí una opresión en el pecho al escucharla decir eso, lágrimas caía por mi rostro.

No lo soportaba, tenía ganas de desaparecer y olvidarme de todo y de todos.

—Escucha Charlotte, no trates a Joscelin así, ¿Qué te sucede a ti? Se supone que eres su mamá, deberías estar con ella, como dijiste paso por un momento traumático. —dijo Leonardo mirando serio a mi mamá.

—Pues ella dejó de ser mi hija al saber que te le metías entre sus piernas y que esperaba un hijo tuyo. —hizo una mueca —. Ah que espectáculo que hiciste anoche, golpeando al pobre Derek, ¿Qué tenías? ¿Celos? Solo por esta desvergonzada que se acuesta con el que se le cruce.

—Charlotte, al que tú llamas pobre, violó a tu hija. —la voz le salió dolida a Leonardo, y el rostro de mi mamá se descompuso completamente. Pero no dijo nada y salió de la habitación.

No puedo creer lo que acaba de decir mi mamá, nunca me perdonará ya me dolían los ojos de tanto llorar pero no podía detenerme y menos ahora con lo que acabo de escuchar.

—Tranquila, mi princesa. —susurró Leo con algo de tristeza en su mirada —. En tres días te darán de alta podemos...

—No. —dije interrumpiéndolo —. Mi mamá dijo que mi papá me vendrá a buscar viviré con él.

— ¿Qué? —exclamó él con el ceño fruncido.

—No podré verte.

—No te preocupes, te di este teléfono —dijo, señalándolo —. Te estaré llamando, mira ya están todos los contactos programados el de Amanda, el mío, el de Jorge y de Armando con Charlotte. —susurró enseñándome los contactos.

—Gracias en serio, te amo. —susurré besando su mejilla, él sonrió.

—Yo más. Tengo que ir para la empresa eso está hecho un desastre ya que ninguno de nosotros estábamos asistiendo. Luego te llamo. —acarició mi mejilla para luego retirarse.

Mi Sexy Hermanastro [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora