Mi Sexy Hermanastro [+18]

Capítulo 7 "Día en la Playa"

    Leo se encontraba en mi habitación, en toalla y su abdomen desnudo, es tan perfecto.

— ¿Qué haces aquí? —pregunté recostándome al umbral de la puerta.

—Esperándote princesa. —dijo él acercándose a mí y besándome con pasión y necesidad.

Coloqué mis manos alrededor de su cuello respondiendo a su beso, mientras él colocaba sus manos a mi cintura pegándome a su cuerpo, al parecer le gustaba esa técnica.

El beso subía de intensidad, mientras me acostaba en mi cama.

Se posicionó sobre mí, sentí su erección entre mis piernas, mi respiración se aceleró cuando comenzó a quitar mi blusa y a tocar uno de mis pechos a través de mi sostén.

Él se quitó la toalla quedando solo en bóxer, se separó de mí y siguió con mi falda. Estaba tensa.

—Tranquila. —susurró con voz ronca.

No dije nada, siguió besándome lentamente, y acariciándome desde mis pechos, bajando hasta mi abdomen, sentía unas sensaciones extrañas, pero placenteras.

Gemí entre sus labios cuando bajo hasta mi vagina y comenzó acariciarlo de manera lenta, mil y una sensaciones recorrían mi cuerpo. Él me miraba con adoración y deseo.

— ¡Alguien por aquí para que me ayude con los paquetes! —escuché a mi madre gritando desde abajo.

Aparté a Leonardo de mí, me levanté exaltada volviendo a ponerme mi ropa, mientras Leo me miraba riéndose.

—Eres un idiota. —dije para salir hacía donde estaba mi mamá.

Bajé las escaleras y vi a mi madre con unos paquetes, la ayudé llevando estos a la cocina.

—Y ¿Leonardo? —preguntó curiosa.

—Creo que está en su habitación. —contesté nerviosa, ya que él se quedó en la mía.

—Está bien. Iré a cambiarme para ir a la playa son las 13:15, tu deberías hacer lo mismo, y le avisas a Leonardo que también se arregle ya que Armando vendrá por nosotros a las 14:00.

Fui hacia mi habitación y el estúpido todavía estaba allí acostado en mi cama.

—Dice mi mamá que te arregles, que nos vamos a pasar un día en la playa. —dije sin mirarlo, estaba buscando que ponerme en mi armario.

Vi un short blanco, una blusa que dejaba mi abdomen a la vista sin tirantes color verde y mi traje de baño de dos piezas, blanco.

Sentí sus dientes morder suavemente el lóbulo de mi oreja, poniendo sus manos en la parte baja de mi abdomen.

—Te deseo tanto. —dijo él en un susurro sensual, que hizo estremecer mi cuerpo.

—Bueno, pues ese deseo tendrá que esperar —dije girándome besando sus labios, creo que me estoy volviendo adicta a ellos —. Ahora ve a cambiarte o a vestirte. —dije separándome de él con tono de voz divertida.

—Está bien, no sabes lo que te haré en la playa. —exclamó guiñándome un ojo y saliendo de mi habitación.

No sé que pasa conmigo, se supone que no debería hacerle caso. La verdad siempre he pensado en tener una relación desenfrenada y prohibida. No sé pero él me hace sentir sensaciones que nunca mi cuerpo había experimentado, y me gusta.

Me duché, me coloqué el traje de baño, luego el short y la blusa y unas sandalias blancas y mis lentes de sol.

Salí de mi habitación, bajé las escaleras llegando a la sala, en la que se encontraba mi madre, Armando y Leonardo.