Mi Sexy Hermanastro [+18]

Capítulo 10 "Empresarios Egocéntricos y Orgullosos"

       Me encontraba el cocina, tomándome un vaso de limonada, pensando en Joscelin, estaba haciendo una tarea; es tan exquisita.

—Disculpe señor, lo llama su papá. —escuché a Gissel con un teléfono en sus manos, mirándome coquetamente, siempre me miraba así.

—Hola. —dije en el teléfono.

—Leo tenemos reunión de la empresa. —habló Armando en la línea.

— ¿A qué hora? —pregunté.

—A las 20:30.

—Está bien. —dije cerrando la llamada.

Le di el teléfono a Gissel, la cual me miraba con deseo. Ella tiene casi mi edad y es muy atractiva pero no me interesa.

Iba pasando por la sala cuando tocan el timbre de la puerta principal, me dirigí a abrirla.

—Buenas noches, ¿Se encuentra Joscelin? —dijo el mismo chico que vi con ella hoy en el instituto.

— ¿Quién eres? —pregunté frunciendo el ceño.

—Soy Derek Shell amigo de Joscelin. —dijo respondiendo a mi pregunta.

—Un gusto Derek. —exclamé en forma de saludó un poco seco —. Puedes pasar a esperarla.

Él entró y se sentó en el sofá a esperar a Joscelin, mientras yo subía por las escaleras hacia la habitación de ella.

Toqué la puerta, ella me contestó con un «pase», entré y la vi. Estaba hermosa con un vestido turquesa que le daba arriba de sus rodilla todo se moldeaba perfectamente a su cuerpo, tenía un escote en forma de V adelante que dejaban ver poco de sus pechos. En la parte de atrás también era escotado... unos tacones blancos, un ligero maquillaje, y su peinado que era una trenza... Dios sí que estaba hermosa.

Me acerqué a ella por la espalda con mis manos en su cintura, besando su cuello. Se giró y besó mis labios.

Cada vez que me besaba, sus labios me embriagaban.

—Te esperan abajo. —dije separándome un poco de ella.

— ¡Derek! —murmuró ella mirándome a los ojos y luego saliendo de la habitación, la seguí hasta abajo.

Me encontraba ahí viendo como hablaba con ese tal Derek.

—Derek te quiero presentar a Leonardo, mi hermanastro. —dijo ella señalándome.

Demonios. No me gustaba que me dijera hermanastro.

Él extendió la mano para estrechármela lo cual hice aunque no quisiera conocer a ese Derek.

—Nos vemos Leonardo. —dijo despidiéndose de mí con un puto beso en la mejilla. ¡Maldita sea! Me hierve la sangre, no me gustaba verla con él y que saldrían solos ¡Los Dos! Pero intente controlarme.

— ¿A dónde van? —pregunté.

—A cenar —Respondió ella distraída — .Adiós.

Salieron de la casa solo los vi irse.

Subí a mi habitación, me duché, salí con una toalla a mis caderas. Vi a Gissel en mi habitación.

— ¡Gissel! —exclamé sorprendido — ¿Qué haces aquí?

—Solo vine a dejarle su ropa, que acabo de llegar de la lavandería. —dijo ella igual de sorprendida.

—Oh gracias. —murmuré para tomar la ropa. Dicho esto se retiró.