Mi Sexy Hermanastro [+18]

Capítulo 20 "Trato Con La Mafía"

     Charlotte estaba preocupada en los brazos de Armando mientras yo estaba con Amanda y Jorge también preocupados.

Contraté a unos guardaespaldas y a unos amigos para que la buscaran. Armando insistió en meter a la policía en esto.

Dios no sé qué haría si algo le pasara a Joscelin y a mi hijo. Maldita sea que no sé qué haría.

—Ahora vuelvo. —me despedí de todos, ya que iba para donde mi amigo que se estaba encargando de la búsqueda de Joscelin.

Iba conduciendo cuando le marqué a Carlos.

—Carlos ¿Cómo vas? —le dije desde que contestó la llamada.

—Adivina hermano. —escuché que dijo serio.

—Habla de una buena vez.

—Ya sabemos dónde está Joscelin, Marco está con ella...

—Espera, ¿Estás diciendo que ya saben dónde está Joscelin? ¿Y qué esperan para ir a buscarla? —repliqué casi gritando.

—Cálmate hermano, esa gente es peligrosa, al parecer el ex novio de ella, Derek Shell tiene trato con la mafia al igual que su hermano.

— ¿Eso quiere decir que Derek es el que la tiene secuestrada? —murmuré con los dientes apretados.

—Ven a mi casa, te contaré todo.

—Muy bien. —dije cerrando la llamada.

Seguí conduciendo hasta la casa de Carlos.

Joscelin Wilson

Desperté con un dolor horrible de cabeza, con mis manos y piernas atadas con unas cuerdas.

Estaba en una habitación, en una cama, no pude observar los detalles de esta, todo estaba en penumbras.

Abrieron la puerta.

—Al fin despiertas zorra. —escuché esa voz, Daniela.

— ¿Dónde estoy?

—Eso no importa ahora. —dijo ella acercándose a mí, y encendiendo la luz, parpadeé varias veces desorientada para acostumbrar mi vista a la luz. Retrocedí lo que pude. Agarró mi mentón con mucha fuerza para que la mirara —. Escúchame bien, vas a pagar muy caro por haberte interpuesto entre Leonardo y yo. —gritó soltándome para luego abofetear mi rostro, maldita intenté soltarme pero lo único que causé fue lastimar mis manos.

Sentí el sabor metálico en mi boca, sangre.

—Adelante, si me haces algo solo lograrás que te odie más.

—No me digas, niña estúpida; piensas que él te ama. —dijo con una voz irónica.

—Vete a la mierda. —espeté con odio.

Intentó golpear mi abdomen pero se lo impedí, tiro fuertemente de mi cabello, haciendo que un gemido de dolor saliera de mi garganta.

—Déjala. —escuché la voz de ¿Derek? Ella solo lo miró y siguió halando de mi cabello —. He dicho que la sueltes —dijo él acercándose a ella para besar sus labios, ¡Que asco! me volvieron esas náuseas asquerosas.

Ella salió cerrando la puerta, dejándome sola con él.

— ¿Qué tal tu estadía? —susurró sobre mi oído.

—Eres un enfermo.

—Entonces amaste a un enfermo —dijo sonriéndome psicopátamente —. Si es que lo hiciste. —susurró en tono de voz tristes.