La familia Jauregui estaba rota desde muchos años atrás, yo sabía muy poco sobre lo que había sucedido. Lauren había vivido en McAllen, Texas, cerca de nueve años con su madre y sus abuelos. Su hermana menor había vivido en San Diego con su padre y sus abuelos paternos toda su vida.
Yo no los conocía, a ninguno de los integrantes de su familia. Yo no conocía el hogar de los Jauregui porque ella no había querido llevarme hasta entonces, todas las reuniones y las noches de películas habían sucedido en mi casa, todo siempre en mi casa; mis padres ya se habían acostumbrado a la idea de ver a Lauren, mi nueva mejor amiga, siempre en nuestro hogar y muchas veces cenaba con nosotros.
La noche de año nuevo ella la había decidido pasar con sus amigos, celebrando la llegada del 2012 y las miles de aventuras y experiencias que la vida le tenía preparadas. Yo en cambio, me quedé con mi familia en una reunión donde los hermanos de mi madre se encargaron de cuestionarme sobre mis objetivos en la vida. Esa era la noche, lo había decidido, el momento ideal para confesar lo que había descubierto una noche atrás; ahí, donde ella no estuviese de frente y donde al no escuchar esas palabras de vuelta dolería tanto.
Faltaban escasos minutos para que las 12 de la mañana llegaran acompañadas de todos los gritos de júbilo, los fuegos artificiales y los buenos deseos. Leía una y otra vez, y otra y otra vez, las palabras que había escrito "Hagamos de este año, nuestro año. Te amo."
¿Qué podría pensar Lauren al leer aquello?
Yo tal vez me lanzaría desde un quinto piso para evitar responderlo, para evitar romperle el corazón a alguien a quien no amaba... pero ¿Ella que haría?
Veía el reloj, o la mitad del reloj de mi pantalla del celular, avanzar, los minutos se acortaban, el momento se acercaba.
¿Y si ella no sentía lo mismo por mi? Ella no lo sentía... lo sabía bien. Llevábamos poco más de un mes juntas, poco más de un mes en el que yo había intentado conquistarla y sabía que no me había esforzado lo suficiente. En realidad, no sabía lo que era esforzarse por conquistar a alguien, sólo había sido yo misma con mis manías y mis torpezas, con mis tartamudeos y mi ansiedad.
¿A quién demonios podría conquistar con eso?
Estaba jodida. Jodida y enamorada de una maravillosa mujer que jamás podría sentir algo por mí.
El momento llegó y mientras todo el mundo contaba del doce al uno yo me debatía entre enviar o no enviar ese mensaje de texto.
¿Y si se asustaba?
¿Y si me rompía el corazón?
¿Cómo cambiaría nuestra relación después de eso?
¿Y si me confesaba que jamás podría enamorarse de alguien como yo?
¿Y si rompíamos?
Mierda.
Cerré los ojos y deje escapar hasta el último aliento de mi alma mientras pulsaba la tecla enviar.
Enviar y que pase lo que tenga que pasar.
Guarde mi celular en mi bolsillo mientras la primera en correr a abrazarme era mi mamá. Mis tías, mis tíos, mis primos y mis hermanas también se aproximaron con sus buenos deseos, como siempre Alejandro fue el último y medio nos dijimos un te quiero en medio de un abrazo incomodo que no duró ni tres segundos.
Mi celular había vibrado tres veces dentro de mi bolsillo, pero estaba lo suficientemente nerviosa como para revisar si había sido ella quien se había encargado de contestar. Quería vomitar, quería gritar... necesitaba regresar el tiempo y no enviar ese mensaje, necesitaba saber cuál había sido su respuesta. Necesitaba ser valiente.
Tres mensajes nuevos era lo que anunciaba la media pantalla de mi celular, tres.
¡Tres!
Los dos primeros, para mi suerte, se trataban de mensajes de buenos deseos de Ally y de Jacob, los conteste de inmediato sintiendo como la sangre comenzaba abandonar los dedos de mis manos. Sabía de quien era el tercer mensaje, sabía que era ella... y quería llorar y vomitar, y llorar y gritar y vomitar más, deseaba no haber enviado ese mensaje, deseaba que ella no hubiese contestado ese mensaje.
Me encerré en el baño, como cada vez que tenía un ataque. Tenía que leer ese mensaje sola y si tenía que vomitar, lo haría en el lugar adecuado.
"Hagámoslo, también te amo (K)(L)"
¡Santa mierda de Dios!
Escribir que leí ese mensaje cerca de quince veces es exageradamente poco. Lo leí una y otra vez hasta que mi corazón dejó de latir tan rápido, lo leí hasta que pude creerme lo que estaba ahí escrito. Lo leí sin dejar de sonreír, lo leí deseando poder besarla en ese momento, deseando un abrazo suyo y deseando que ese momento jamás se terminara.
Lauren Jauregui me había dicho que me amaba ¿Qué más podía pedirle al mundo?
No fue hasta unos cuatro o cinco días después cuando la pude ver, una tarde de películas en mi casa... ni siquiera vivos la película, nos pasamos la tarde besándonos y diciéndonos lo mucho que nos amábamos. Y aún así yo no podía creer que ella me amase.
¿Este desastre de persona era amada por ella?
Sí, tenía que aprovechar cada instante que ella pudiera decirlo con su propia voz antes de que se diese cuenta que no era amor lo que sentía por mí.
Todo ese primer mes del nuevo año había sido maravilloso, habíamos comenzado a tener salidas al cine, habíamos seguido yendo a la playa en las noches para disfrutar del mar y las estrellas, del silencio que acompañaba nuestro momento. Nos habíamos conocido más, nos habíamos adaptado la una a la otra y yo me enamoraba cada día más de ella, de sus detalles, de sus pláticas, de cabellera más alborotada de la mía y hasta su manera de conducir.
Poco a poco, todo el mundo a nuestro alrededor se había dado cuenta de que eramos una pareja, una pareja real. Yo había estado muy asustada de que mis amigos me juzgaran por mis preferencias, por ser una persona homosexual, había estado muy asustada de que el mundo se enterara de eso... pero cada día a su lado me daba cuenta de lo poco que me importaba que alguien me juzgara por ello, no me importaba lo que alguien tuviera para decir sobre mí. Lo único importante era que estaba enamorada de Lauren Jauregui... y seguir manteniéndolo un secreto para mis padres.
Ellos no tenían que saber nada.
~~~
Acabo de darme cuenta que llevaba desde Agosto sin actualizar, mierda, ahora entiendo porque me mandan tantos mensajes con amenazas de muerte entre otras cosas.
Lamento haber estado con un bloqueo del escritor tan largo, aquellas que escriben saben que no es tan fácil salir de uno.
Prometo seguir tomando mucho café para seguir actualizando muy seguido.
Nydia.
