CAPÍTULO 39: ISABELLA MARIE SWAN MARCA LA DIFERENCIA

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Outakke 2: Isabella Marie Masen Swan, marca la diferencia

Pov Edward

—Parece que alguien tiene prisa por irse hoy a casa –me dijo Emmett mientras íbamos de camino a los vestuarios, al darse cuenta de que miraba mi reloj por milésima vez en lo que iba de día.

—Lo que pasa es que le gusta presumir de ese reloj que le regaló su esposa –dijo con sorna Riley siguiéndole el juego. Desde luego vaya tres pares de patas para un banco se habían juntado. Entre Jacob, Emmett y Riley había veces que no ganábamos en calmantes para las agujetas. Los tres eran tan para cual, bromistas, socarrones y al final siempre, conseguían hacernos reír.

—Quien le ha visto y quién le ve –añadió Bianca, una de mis compañeras —, antes del verano pasado le teníamos que sacar de aquí a garrotazos y ahora es el último en llegar y el primero en salir. Definitivamente esa esposa tuya me cae fenomenal, Isabella Marie Masen Swan marca la diferencia.

—No puedo estar más de acuerdo –le respondí con la mirada pérdida en mis pensamientos.

Antes del verano anterior, apuraba en el trabajo todo el tiempo que podía, hasta que un desesperado Emmet me sacaba de ahí y me llevaba a su casa a cenar con Rose y mis sobrinos. En otras ocasiones era mi muy desesperado padre el que me sacaba a rastras de la oficina. Yo aceptaba cualquiera de las dos invitaciones y procuraba quedarme con ellos todo el tiempo que pudiera... o que me dejaban... por lo general una muy autoritaria Tanya me llamaba para que fuera inmediatamente... a cumplir con mis deberes de esposo, me decía.

Pero hoy era un día completamente distinto, Tanya no estaba y yo tenía que ir a recoger a mi esposa, sí señor, mi esposa, al hospital para después irnos en el coche a celebrar nuestro primer aniversario de bodas, de nuestra segunda boda. El aniversario de la primera ya lo celebraríamos el 13 de agosto. Reí ante el pensamiento, debíamos ser la única pareja en el mundo que tenía dos aniversarios de boda que celebrar.

Hoy era para mí un día verdaderamente especial. La llevaría a cenar a uno de los hoteles más lujosos de Seattle y luego había alquilado una habitación. Pasaríamos allí toda la noche y tenía algún que otro plan en mente de como pasarla, esperaba que lo último que hiciéramos fuera dormir, para eso ya tendríamos tiempo en nuestra casa, ¿digo casa?, no eso no era una casa era nuestro hogar. Si, nuestro hogar, definitivamente Isabella Marie Masen Swan, marcaba la diferencia entre casa y hogar. No podía sentirme más feliz.

Entré al vestuario junto a los demás, me quité el uniforme y me puse un traje color negro con una camisa azul celeste y a juego una corbata del mismo color aunque de un tono un poco más oscuro para que resaltase. Dude un poco mirando las esposas que estaban enganchadas a mi uniforme. ¡Qué demonios!, pensé, llevo más de un año con esta fantasía y parece que Bella me leía el pensamiento o tenía la misma fantasía que yo, ya que últimamente no hacía más que lanzarme todo tipo de sugerentes insinuaciones que provocaban una erección tan fuerte que mis pantalones no solo molestaban sino que corrían serio peligro de estallar. Pero no se pueden tener cierto tipo de "actividades" con dos niñas en la casa, así que esta noche... sería la noche... me dije cogiendo las esposas. Las guardé en el bolsillo de mi chaqueta intentando que nadie se diera cuenta... pero fracasé.

—¿Dónde vas con eso?, ¿vas a detener a alguien? –me preguntó un Emmett muy divertido.

—¿No me digas que se lleva las esposas? Ummm teniente Masen, hace usted bien, a lo mejor las necesita, no se sabe lo que se puede encontrar uno por ahí –dijo Bianca desde el otro lado del biombo que separada los dos vestuarios. Era una oficina pequeña con pocos empleados y todos nos llevábamos bien, no había secretos entre nosotros, era una condición indispensable. Para hacer bien nuestro trabajo teníamos que confiar plenamente los unos en los otros, de eso a veces, dependía nuestra propia vida. Pero... en ese momento me sentí como a un niño pequeño pillado haciendo una travesura. Bianca y el resto de las chicas, junto con mi esposa se habían hecho muy amigas... será que le ha contado algo....Bella llevaba unos días muy traviesa

RECUPERANDO TU AMORWhere stories live. Discover now