CAPÍTULO 34: EN LOS MONTES DE OLIMPYC

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Capitulo 33: En los montes de Olimpyc

Pov Edward

—Te juro que Emmett me va a oír —dijo Rosalie, toda enfadada–. Edward ¿tendrías mucho inconveniente si te quedas sin hermano?

—Creo que sería más problemático para ti que para mí –le dije riéndome–pero no olvides que tenemos a una especie de monstruito saltando y corriendo a todas horas haciendo público el embarazo de la dos.

—Umm, no creo, Alice está bastante histérica pero se corta delante de los niños, sigo pensando que ha sido Emmett.

—Cría fama y échate a dormir —dije yo entre risas.

Habíamos llegado a donde tenía aparcado el coche y senté a Gaby en la silla especial. Me despedí de Rose y salí rumbo al hospital. Cuando llegué Bella ya me estaba esperando en la puerta, estaba preciosa con ese conjunto especial que se había puesto para la excursión. A lo mejor eran las ganas de verla con su tripita porque era consciente de que estaba de poco tiempo, pero juraría que ya se le notaba un poco. De hecho ya se empezaba a quejar de que la ropa no le abrochaba, lo que había dado a Alice la excusa perfecta para salir de compras y había vuelto con ese conjunto para la excursión en tono azul que la quedaba a las mil maravillas.

—Hola —le saludé mientras salía del coche deprisa para abrir su puerta, puede parecer exagerado pero quería mimarla, cuidarla, protegerla. Le di un beso en los labios, y la ayudé a entrar.

—¿Qué tal el día?

—Bueno si cuentas que he tenido que lidiar con un montón de mamás histéricas presionando para que el hospital ponga una denuncia contra la empresa de catering del colegio por lo de la salmonelosis—me contó desesperada—. Lo más gracioso es que el hospital ya la ha puesto pero como no callaban y no nos dejaban hablar... hasta que Carlisle ha cogido un silbato que Alice le dio un día y siempre lleva consigo como si fuera un amuleto y lo ha hecho sonar. Entonces ¡Por fin! Se han enterado... y lo mas gracioso es que yo como madre las comprendo pues yo reaccionaria igual, lo malo es que no dejaban hablar se lo decían todo ellas. Pero lo peor del caso no es tener que lidiar con las mamás no, lo peor son las abuelas, que son todas médicos frustrados y de todo saben. Aunque también supongo que cuando yo sea abuela me comportaré igual. Me acuerdo un día allí en Jacksonville que estuve a punto de darle el estetoscopio a una para que auscultara al niño...—yo la escuchaba divertido pero mi hija también estaba escuchando...

—Abu Renée es así y abu Esme también, ¿verdad mamá?, yo os he oído a abu Carlisle, a la tita Alice y a ti, decir muchas veces que ellas son los médicos jefes ¿a que sí?

—Bueno sí... – contestó mi Bella un tanto violenta—, pero te advierto que como se lo digas...

—Sí, si ya lo sé me quedo una semana sin ver películas de video o sin jugar videojuegos...

Bella empezó a bufar por lo bajo, rodando los ojos al mismo tiempo, y yo no pude evitarlo y me eché a reír pero la sonrisa se me congeló en la cara al ver la mirada envenenada que me dedicaba mi Bella.

Después de unas cuantas paradas para ir al servicio y comer algo por el camino, llegamos por fin a nuestro destino. El camping era fabuloso, en la entrada una recepcionista muy amable nos recibió.

—Que niña más mona —dijo la mujer—, ¿no tienes hermanitos?, tienes que decirles a tus padres que encarguen uno a la cigüeña.

—Sí señora, pero lamento decirle que a los niños no los trae la cigüeña, crecen y luego salen de las tripas de las mamás, los papás se los ponen ahí después de quererlas mucho...

RECUPERANDO TU AMORWhere stories live. Discover now