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Daiki golpeó con fuerza la puerta de la casa desde detrás de la cual llegaba la música. Kate parecía que quería arrancarme el brazo de tanto apretarlo y tirar de el.

De los tres, ella parecía la más ilusionada.

La puerta se abrió y tuve el sentimiento de entrar en una disco y no una casa de dos pisos.

-No bebas mucho, no quiero hacer de niñera-gruñó Daiki antes de entrar y perderse entre la gente.

No reconocí a nadie, y lo más raro es que la mayoría eran chicos. Había muy pocas de género femenino.

En fin, mejor para nosotras, hay menos competencia.

Cerré la puerta detrás mío y Kate volvió a arrastrarme en alguna dirección.

Hacia el bar.

Bueno, es lo primero en una fiesta.

- Esto es genial! - gritó Kate por encima de la música. Le señaló al chico detrás de la barra dos dedos y el nos trajo dos cervezas.

Bribdamos-Salud.

Estábamos hablando de estupideces junto al barman, que por nuestra suerte hablaba inglés cuando de repente soy agarrada.

-Amane ven!!! Te voy a presentar a la generación milagrosa! -reconocí el pelo rosa de Satsuki.

Miré a Kate y ella me señaló que me vaya así que me dejé arrastrar por la loca pelirrosa que parecía pasada de copas.

Nos paramos delante de un sofá donde estaban sentados algunos chicos.

-Ese es Kise -rubio supercaliente-Murasakibara-gigante con pintas aburridas- y Midorima. A Kuroko ya lo conoces. ¿Y Akashi?

Chillé-Teneis a cuatro ojos en el grupo!!! -solté lo primero que me vino a la mente.

La verdad es que mi filtro desaparecía después de beber.

Ahora no me importaba, ni mañana  lo iba a recordar.

-Vaya Aominechi, no sabia que tenias una hermana tan linda-arrastró Kise. -Encantado de conocerte Aominechi versión femenina.

Algo las cejas-Llamadme Amane.

Resulta que el rubio era el único divertido con el que podía hablar.

Es el propietario de la casa y el organizó la fiesta, también es modelo.

-Oye-grité en su oído, la verdad es que no se en cual momento pasé a estar sentada en su regazo, pero lo estaba-¿Donde esta el b-baño?

Tartamudeando y arrastraba las palabras como nunca.

Todo era muy divertido, las luces parpadeaban, la música era genial. Creo que es la mejor fiesta a la que alguna vez he asistido. Kise me señaló la escalera y dijo algo que no oí.

Con un suspiro me levanté tambaleándose un poco sobre mis tacones de infarto que me hacían las piernas muy largas. Más de lo que eran, o por lo menos eso es la que me dijo Kisechi.

Se me pegó su Chi hasta ponérselo a todo. Sofachi, suelochi, escalerachi....Aominechi con Kagamichi muy juntitoschi.

Me paré y fruncí el ceño intentando enfocar mi mirada.

Llamé dos veces a la puerta abierta haciendo sobresaltar a ambos chicos en la cama y se separaron como rayos.

-¿Amane?-preguntó Daiki dubitativo.

-Eso... -arrastré sosteniéndome del marco de la puerta-Burcaba el baño... Y si me lo decís os dejo a hacer vuestras... Cosas-parpadeé.

Si, cosas...

Me reí sin razón alguna cuando Daiki corrió hacia mi señalando alguna puerta del pasillo.

-Amane ¿Estas bien?

-Perffffectamete-reí sin razón alguna.

Es que mi hermano tenía cuatro ojos. Por dios era muy gracioso.

-Os dejo pendejos, usad proteccionnnn.... Y eso-me rasqué la nuca-Me voy bitchessss-cerré la puerta dejando a Daiki con la boca abierta y fui hasta la puerta que me señaló.

Justo cuando la iba a abrir esta ya lo estaba y delante mio estaba el ángel más hermoso que he visto.

-Hola Tepppei-intenté sonreír lo más seductoramente que pude.

-Amane¿Estas borracha?.

Señalé con los dedos -Un poco, es que ya sabes, es muy divertido aquí-me tambaleé  y sus brazos me rodearon.

-Cuidado, deberías volver a casa.

-¿Que? No! Nunca-agarré su camisa con mis puños-Además, tengo algo para ti.

-¿Y q....?

Pero no le dejé acabar cuando ya lo estaba besando.

SisterWhere stories live. Discover now