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Dos minutos

Volví a consultar el reloj que nada cambió.

Tamborileaba con los dedos sobre la mesa y teniendo en cuenta las miradas que me enviaban los alumnos no les gustaba mi ritmo.

Pues no es mi problema.

Volví a consultar el reloj.

Un minuto.

Por dios, ya no podía estarme quieta en mi asiento. Quería ir al recreo ya. Estirar las piernas y molestar a algún que otro alumno.

Una nota cayó encima de mi escritorio libre, ya recogí los libros hace tiempo.

Fruncí el ceño y disimuladamente desdoblé la nota encontrándome con una letra casi ilegible.

Hola¿impaciente por salir? ¿Te vienes a la azotea con los del basket ?
Kagami

Resoplo, en realidad esos del basket me empezaban a cansar. Solo porque era su mánager no significaba que éramos amigos.

Incluso si aceptara ir no tendría de que hablar con los otros. No los conozco, y si ser sincera tampoco quiero.

Mentiroooosaaaaaaaaaaaaa

Vale, si quería conocerlos pero seguramente se sienten obligados a invitarme donde sea solo porque soy nueva.

Y su sexy mánager.

Me estoy obsesionado con esa palabra.

Al otro lado de la bolita escribí: No

Y la tiré hacia el escritorio del pelirrojo justo cuando sonaba la campaña.

¡Por fin!

Con mi mochila en el hombro salí afuera y caminé al patio del colegio.

Hoy me levanté temprano y me dio tiempo a prepararme un bocadillo así que no tenía que volver a la loca cafetería que era más ruidosa que cualquier cosa.

Me senté en un banco y saqué mi comida.

Pero antes de que pueda dar el primer mordisco mi móvil vibró.

Por un lado estuve tentada a ignorar pero tenía curiosidad de quien era.

QueseaKatequeseaKate.....

No, era de Satsuki.

SatsukiMomoi: ¿Qué le hiciste a tu hermano? Está más obediente de lo normal.

Sonreí. Era porque ese pendejo no creía que podía cocinar, así que le dije que haga todo lo que le diga Momoi y... Me llevará y recogerá llevándome en su espalda. Hoy por la mañana fue un paraíso ser cargada por él y no caminar, pero que pena, es solo para este mes y ya.

Yo: No te acostumbres, solo será así un mes así que aprovecha.

Me reí internamente, espero que Satsuki le diga hacer algo gracioso y lo grabe para después reírnos juntas.

De pequeñas siempre lo hacíamos. Digo, apuestas en las que podíamos ganar 100%, aunque él no se quedaba lejos.

Suspiro y miro mi bocadillo.

Puede que tenga a mi hermano, Satsuki, Riko y puede que mis amigos europeos... Pero me sentía más sola que nunca.

El patio empezaba a llenarse de grupos de alumnos conversando alegremente sobre algo.

Bah, al carajo todo.

Guardé el móvil y con bocadillo en una mano y refresco en otra, caminé de vuelta hacia el edificio de la escuela para dirigirme a la azotea.

Si se sentían incómodos con mi presencia no era mi problema, porque el pelirrojo supuestamente me invitó.

Después de preguntarles a varios alumnos sobre la azotea abrí la puerta de esta de una patada y entré.

El sonido de las risas y charlas me recibieron y no tardé en encontrar el grupo de alumnos con quienes compartía el amor por basket.

-Hey chicos-los saludé con una sonrisa.

-Amane! -chilló Risa y palmeó el lugar a su lado-Izuki nos contaba una anécdota. Tienes que oírla! -dijo para volver a soltar una carcajada.

El zumo en su mano estaba a punto de derramarse y parecía que la chica ni se daba cuenta, ni de la mirada del capitán que la observaba como la octava maravilla del mundo.

Me derrumbé sobre el suelo de forma poco femenina y en eso atraje los ojos de Hyugo.

Subí las cejas y sobreí un poco para mirar un segundo a Riko y volver mis ojos al capitán.

Mi sonrisa se hizo más grande al ver su incomodidad y ¡un pequeño sonrojo!

-Bueno a ver, -empezó Izuki atrayendo la atención-Aquí va otro.

SisterWhere stories live. Discover now