10

7.3K 679 28
                                    

Cuando salí del gimnasio junto al equipo vi a mi hermano esperándome en la entrada.

Fruncí el ceño, nuestra apuesta acabó hacia dos meses, si, dos veces me llevaba a la escuela y de ella a casa en su espalda, así que no tenía por qué venir, pero me emocioné cómo pequeña y corrí hasta mi hermano pendejo y me tiré, literalmente, sobre él.

Por poco caemos.

-Por Dios mocosa-me abraza para después despeinar me pelo, aparentaba estar molesto pero me sonreía -¿Cómo estás?

Subo un hombro.

-Aomine-oigo la voz de Kuroko detrás mío y esta vez solo me sobresalto ligeramente y no chillo.

Ya me iba acostumbrando a su poca presencia y sus repentinas apariciones de la nada.

Me aparto y me pongo al lado de mi hermano.

-Tetsu-asiente hacia el peliceleste-Kagami.

-Imbécil-saluda el pelirrojo también con un asentimiento.

Ya conocía su historia y el por qué de la rivalidad.

Mi hermano perdió un partido.

También fue una razón para burlarme de Daiki e inconscientemente obligarlo a entrenar. Satsuki me dijo lo que solía hacer en vez de entrenar: nada.

Mi hermano ni se enteró de mi plan y ahora entrenaba casi todos los días.

-Vamos a tomar algo ¿Os apuntais?-pregunta Hyugo mirándonos.

Miro a Daiki y este se encoge de hombros. Sabía que si quería porque nosotros no teníamos nada en casa y ninguno quería ir a comprar.

-¡Nos apuntamos!-anuncio por los dos.
===

La tarde pasó muy agradable e incluso me divertí. Sobre Daiki no puedo decir lo mismo ya que o estaba hablando conmigo o discutía con Kuroko o Kagami. Más con el último.

Pero aparte de eso todo iba bien, hasta que salimos y en el camino de vuelta no topamos con una cancha de baloncesto, y claro que mi hermano retó a Kagami.

Chicos, son más desesperantes que las colas del baño en una fiesta.

Se quitaron sus chaquetas y corrieron hacia el lugar. Y empezaron a jugar desde el primer segundo de pisar el campo. Resulta que Kuroko siempre tiene un balón en la bolsa.

Hyugo y Teppei, junto a Kuroko y yo caminamos a sentarnos a verlos despidiéndonos de los otros que prefirieron irse a casa.

Me apretujé en mi jersey para coger algo de calor pero empezaba a congelarme.

Estúpida ¿por que no cogiste el abrigo hoy por la mañana?

Suspiré. Creí que con el jersey del uniforme estaría bien.

Me puse en pie-¿alguien se anima a jugar también?-dije llamando la atención de los tres chicos. Necesitaba moverme para entrar en calor.

-¿También juegas?-preguntó Teppei poniéndose de pie.

-Sip-corría hacia la cancha donde ambos pendejos corrían como locos, se quitaban el balón cada dos por tres haciendo que ninguno pueda anotar.-Pendejos! -les grité -vamos a jugar también!

Después de hacer un equipo, que por cierto Teppei se ofreció para ir conmigo y Daiki, yo sin evitarlo me emocioné. Sabía que no era por mi pero soñar no esta prohibido.

Tenía que llamar su atención ¿y que mejor manera que en basket?

Decidimos con piedra, papel o tijeras quien sacaba el balón y les tocó al equipo de Kagami.

-Es un poco raro jugar contra ti-oí a Hyugo delante de Teppei.

Yo tenía que jugar contra Kuroko. Y viendo su estilo dudaba como iba a hacerlo contra el Phantom de Seirin.

Y empezamos.

Después de media hora entendí por qué todos del club le tenían miedo a mi hermano, y a mi me decían hermana de ese Aomine.

El pendejo era un meteoro en persona. No había quien lo parara.

Miento, Kagami se encargaba de mi hermano para que no le deje pasar ni anotar, y el pendejo muy orgulloso no pensaba dar ni un maldito pase.

Así que como un rayo me acerqué a él y yo misma le quité el balón para tirar un triple.

Ambos orangutanes me miraron con boca abierta.

Resoplo- Puedo llevar falda pero con mi equipo ganamos 4 temporadas así que tu-le doy una colleja al moreno-No seas egoísta, el partido es tres por tres.

-Y vamos ganando-anuncia Teppei sonriendo a un irritado Hyugo.

Volvimos a jugar después de eso.

Daiki seguía siendo un poco egoísta pero por lo menos pasaba el balón de vez en cuando.

Y durante el partido, también entendí por qué todos respetaban a Teppei. Me refiero al equipo de Seirin. El tipo merecía el respeto. Era listo y no se como, pero sabía perfectamente cuando dar un pase o encestar.

Varias veces durante la hora que jugamos tuve que abofetearme mentalmente por babear y me enfocaba en el juego.

Nadie sabía sobre los puntos pero estaba claro que mi equipo ganó.

Después del partido los chicos de Seirin se fueron a sus casas pero nosotros dos, o sea Daiki y yo, nos quedamos jugando un poco más.

SisterWhere stories live. Discover now