»9: Reaccionar:

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Desperté, la cabeza me daba vueltas, sentía el cuerpo pesado y un raro sabor en la boca. No sabría describirlo más que raro. No parecía algo que hubiese probado antes.

—¿Abuelo?—lo llamé, a pesar de mi confusión sabía que estaba en cama, en el cuarto donde papá solía dormir.

La puerta del baño se abrió, y tras ella Calum se materializó, sus ojos denotaron algo cerca del alivio, y un suspiro, que sí fue de alivio total, se le escapó.

—¿Qué haces aquí?—pregunté con voz rasposa y con demasiada severidad. Más de la que pretendía.

—Arthur salió. Me dejó para que estuvise al pendiente, ya sabes por si se te ofrecia algo, bonito.—dijo él tomando asiento en el sillón de la habitación. Decidí obviar el molesto adjetivo, definitivamente no iba a gritarle que dejara de llamarme así. En parte porque no tenía fuerza suficiente como para hacerlo y en parte porque una rara, y totalmente ajena, parte de mi le agradaba. Soy todo un dilema.

—¿Qué sucedió?—entonces, tras varios minutos de silencio, pregunté.

—Perdiste el conocimiento al caer de la tabla, en palabras simples-dijo él—. Luego de eso te cargué hasta aquí. Por cierto, pesas más de lo que aperentas, bonito.—y sonrió. Sentí un raro hormigueo en la panza. Juro que quise no parecer afectado, pero su sonrisa pudo más y me le uní.

VENEZUELA INCLUIDA EN EL #THENEWBROKENSCENE. SOY FELIZ, COÑO.

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Un verano en 50 palabras - cakeOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz