Capítulo 19

87.3K 5.8K 308
                                    

Acerco su rostro al mío y beso con suavidad sus labios. Armen no dice nada, me deja ser, cierro los ojos y suspiro, disfrutando del roce de nuestras bocas, de la cercanía de nuestros cuerpos, de saber que no estoy fuera de lugar y que mis sentimientos no son del todo ignorados.

―Hay algo que tengo que decirte ―susurra transmitiendo tensión, la cual enciende la alerta en mi cabeza. Al mirarlo confirmo que algo no va bien. Está inquieto y sus ojos acentúan su intranquilidad. ¿Qué ocurre?

―Dime. ―Retrocede llevándome con él, hasta que estamos completamente sentados sobre el mueble. Ha colocado mi ropa en su sitio y sostiene con firmeza mis manos.

―Hay problemas en la ciudad. ―Lo supuse. Me incorporo mirándolo con detenimiento.

―¿Qué clase de problemas? ―Niega desviando la mirada.

Mi mente imagina los peores escenarios. Siempre han ocurrido conflictos. No solo con los impuros y repudiados, también en algunas ocasiones disputas entre nosotros y los vampiros, pero la expresión de Armen y todo el hermetismo que han manejado junto con Irina y Uriel me lleva a pensar que no es algo ordinario. No es algo tan simple como una riña. También está el hecho de que Anisa no ha venido. ¿Dónde ha estado todos estos días? Ella nunca se separa demasiado de él.

―Gema... ―dice ofreciéndome su mano. Niego retrocediendo un par de pasos. Por primera vez, rechazo su llamada. Me obligo a no ceder, cruzándome de brazos y lo miro con una mueca de disgusto. No puede dejarme fuera como la ocasión anterior cuando se supone que Pen intentó atacarlo. Además, si hay conflictos en la ciudad, ellos son mi gente y tengo derecho a saberlo.

―Puedo entender cualquier problema que esté ocurriendo ―digo con determinación. Sonríe ligeramente y mueve la cabeza.

―Eso es lo que temo. ―Frunzo en ceño, extrañada ante su comentario.

―¿A qué te refieres? ―cuestiono un poco a la defensiva.

―Te lo he dicho antes, eres muy curiosa. ―Sacudo la cabeza mientras mi malestar crece. ¿Está intentando distraerme? ¿Por qué no puede decirlo y ya?

―¿Qué pasa? ―insisto con obstinación.

―Tu familia está bien ―asegura sin perder la calma. Eso no hace otra cosa que alimentar mis sospechas.

―Armen. ―Desde luego que me importa mi familia, pero creo que esto no tiene que ver solo con ellos―. ¿Qué pasa? ―Me observa unos segundos y con gesto resignado asiente.

―Hubo otro ataque de impuros y una revuelta de personas al mismo tiempo.

¡¿Qué?!

Parpadeo, antes de mirarlo totalmente confundida. ¿Al mismo tiempo? Son las últimas palabras las que captan mi atención. ¿Qué trata de decir?

Asiente despacio, confirmando mis pensamientos. ¡Eso no puede ser!

―No ―murmuro sacudiendo la cabeza―. Eso es imposible.

―¿Por qué? ―Lo miro ofendida. ¿Realmente piensa que los humanos se han aliado a esas cosas? No, ¿por qué harían eso? No, sencillamente no.

―Los impuros jamás se unirían a los humanos. Eso no tiene sentido. Somos su alimento. ―Se pone de pie y avanza hacia el ventanal.

―Lo sé, pero en las dos ocasiones que han entrado a la ciudad, alguien también ha penetrado el muro y ese alguien es humano. ―¡No! ¡No! Mi mente lucha por encontrar argumentos que puedan refutar lo que ha dicho―. Es demasiada coincidencia ―susurra―. ¿Cómo es que ellos sabían que los impuros atacarían? ―pregunta sin esperar una respuesta. "Demasiada coincidencia". Ahora comprendo la actitud de todos conmigo. Supongo que ningún donante podría ayudarlos a llegar a Armen, solamente yo. Pero en todo caso, ¿no resultaría más lógico que los impuros se unieran a los de su misma especie, en vez de a nosotros? No, eso no tiene lógica, ninguna.

La donante (#1 ) *Resubida*Where stories live. Discover now