Capítulo veinte y cinco.

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- ¿Por que no me dijiste qué tus padres querían verme? -agarro del brazo a Colín y lo jalo a una esquina de la casa para hablar mejor.

-Sí me dejaras verte o hablarte te lo hubiera dicho, cariño -dice Colín sonriendo y poniendo su mano encima de la mía.

Frunzo el ceño, ¿de que estaba hablando?

-No entiendo de que hablas, Colín -digo confundida-. Explícate.

-Me llego un mensaje diciéndome exactamente eso, que no queras verme por un buen tiempo para tener tiempo contigo misma y reencontrarte.

-Yo nunca te mande un mensaje, mucho menos en un numero que ha de ser desconocido.

Colín me miro con preocupación llenando en sus ojos, la angustia era un sentimiento conocido y con el cual en ocasiones estaba familiarizada, justo como en este momento. Yo me sentía así, no podía controlar todo lo que pasaba a mi alrededor, solo pasaba y en esos momentos no sabia que hacer porque siempre me he cuidado de las personas. Así que si a Colín le llego un mensaje diciendo cosas que probablemente yo nunca dije, si me daba miedo y me preocupaba mucho.

Escucho a Colín suspirar, el me envuelve en sus brazos lo que yo no lo rechazo y lo acerco mas a mi dejando mis brazos en su cintura, envolviéndolo. Lo que mas me gusta de estar con Colín es la seguridad que el me da cuando me mira, me besa o solo me abraza, con cada pequeña cosa que el hace por mi, todo se vuelve un poco mejor. Yo soy un poco mejor.

-Sea quien sea que nos quiere separar no lo va lograr -susurra.

- ¿Como puedes estar tan seguro? -le pregunto escondiendo mi cabeza en su pecho.

-Porque no dejare que nadie nos separe, porque tu eres mía y de nadie mas, Whitney.

Sonrió. Esta era las clases de cosas que Colín suele decirme para hacerme sentir mejor, estas son las clases de cosas de las cuales me enamoran un poco mejor de este hombre.

- ¡Colín! ¿podrías dejar a la chica para que la conozcamos? -dice una melodiosa voz, nos separamos para ver a una mujer de ojos verdes bajos y cabello castaño oscuro mirarnos con una sonrisa.

La mujer camina hacia nosotros, me doy cuenta de que Colín y esta mujer tiene mucho rasgos familiares. La mujer me mira a los ojos, me da su mano y yo me sorprendo cuando me jala para darme un abrazo fuerte.

-Oh cielos, eres demasiado bonita como para estar con mi hijo -dice la madre de Colín-, ¿como es que le hiciste caso a Colín? Tu deberías estar con alguien mejor.

Colín ríe y me jala suavemente hacia el. Su madre y el se miran con amor, ternura, al parecer entre ellos si hay una relación estable de cariño. No como mi madre y yo, si nos amamos pero en algunas ocasiones parecemos no demostrarlo. Es triste.

-Mama te presento a mi chica, Whitney te presento a mama, la mujer que no sabe contar ni un chiste -dice Colín, acercándome a su cuerpo como si estuviera listo para protegerme.

-Soy graciosa, otra cosa que tu no lo ves -me miro a mi y pude leer por su expresión que quería hablar conmigo sin Colín presente, lo cual me daba miedo. -. Soy Al Findlay, mucho gusto en conocerte Whitney.

-El gusto es mio señora.

-Oh, por favor, no me llames señora me haces parecer mas vieja de lo que ya estoy -dice, sacudiendo su mano sin importancia.

Asentí.

- ¿Pasamos a comer? Tu padre quiere conocer a la chica quien cautivo a Colín, es un milagro que no seas una modelo o actriz.

Pequeña Mentira #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora