Cambio de Roles.

15- No quiero que esto termine.

Se levantó de su asiento seguro de sí mismo, cogió la perilla de la puerta y al abrirla toda su seguridad y sus palabras se cayeron al piso. Él estaba ahí, con su pantalón de dormir y una camiseta azul oscuro, su cabello revuelto y una cara de cabreado que ni Dios le quitaba. Samuel se había quedado boquiabierto sin saber qué decir porque realmente no se lo esperaba.

- No me mires así - se dispuso a decir Guillermo que estaba más seguro que Samu quien no pudo decir nada - Oye, al menos di algo -

- ¿D-decir algo? Hasta hace un segundo quería decirte de todo y ahora... -

- ¿T-te... Te pongo n-nervioso? - aquella preguntaba había sonado más nerviosa de los labios de Guille y es que le costaba estar en plan cachondeo con su amigo. Vale, que tenía que aceptar la realidad pero era difícil. Se había propuesto aceptarla a la fuerza, decirle las cosas en la cara a su amigo y todo aquello se había esfumado al verlo parado frente a él.

- Creo que tú mismo te pones nervioso - Samu volvió a tener una posición un poco más arriba de lo que estaba al saber que no era el único inseguro. - Vamos, hablemos como corresponde- hizo un movimiento con su brazo indicando que pasara a su habitación.

Guille intentó mantener la postura e ingresó pasando a un lado de Samuel.

- Ponte cómodo porqu...

Las palabras del moreno fueron detenidas por lo menos esperado para los dos. Los labios de Guillermo se unieron a los de Samuel como dos piezas de rompecabezas que estuvieron perdidas toda su vida esperando a ser encontradas para estar juntas. Un beso tímido, suave, un tanto desesperado. Las mejillas de Guille estaban teñidas de rosa cuando se separaron.

Les costó unos segundos darse cuenta de lo que había pasado, bueno, más a Samuel que se encontraba con un empane mental gigante. ¿De dónde había sacado fuerzas este tío para besarle de esa forma? Hasta hace unas horas estaba decidido de que muerto antes de gustarle un hombre y ahora se encontraba besando a uno.

- ¡Lo siento! ¡Lo siento mucho! Joder, lo siento - repetía alejándose hasta que sus piernas tocaron la cama y se dio cuenta de que no podía salir huyendo. Samuel tapaba la puerta que estaba a medio cerrar.

- No te entiendo - musitó después de unos segundos - Realmente no te entiendo... ¿Cómo quieres que olvide todo si me provocas? -

- ¡Yo no te provoco! - levantó sus manos con cara de asustado. Asustado de lo que podía hacer sin autocontrol.

- Quiero que te decidas, quiero que lo hagas aquí y ahora... - levantó su mirada que se encontró con la de Guille - Si tú puedes olvidar todo lo que pasó hazlo, pero si no puedes sabes que podemos arreglarlo. Podemos hacer algo con todo esto -

- ¡Es difícil! - las lágrimas estaban a punto de salir - ¡Es difícil para mí! Entiéndeme -

- Te entiendo más de lo que crees y sabes que por eso no hice esto hace tiempo. Solo quiero que dejes de pensar con la mente de tus padres y pienses con la tuya -

Guille se sentó en la cama sin dejar de mirar el suelo inmerso en sus pensamientos porque, sí, Samuel tenía razón. Todo este tiempo pensando en los demás, en qué pensarían, en qué dirían pero nunca pensó en lo que él opinaba de todo esto. Levantó la miraba y se encontró con esos ojos que fueron sus compañeros en todo momento y se cuestionó si lo que quería era eso. Lo había besado sin pensarlo, podría haber sido su cuerpo que si hacía lo que él quería y estaba desesperado por hacerlo. O talvez se estaba volviendo tan loco que lo hizo y ya.

- Tú quieres decir que... Te diga lo que yo siento - murmuró Guille sin dejar de mirarlo. Samuel asintió.

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