Capítulo VIII

141 26 4
                                    

||Bryan||

—Hijo, cariño. Llegarás tarde —me avisa mi madre detrás de la puerta de mi habitación.

—Okey, Má. Gracias —digo perezosamente.

Escucho el sonido de sus zapatillas resonando a lo largo del pasillo hasta las escaleras.

El resto de la semana pasada no he ido a la escuela debido a que me enferme de varicela y mi madre quiso quedarse a cuidarme pero se lo impedí, quería aprovechar el tiempo para pensar en lo de Elisa.

Tengo mi rostro enterrado en mi almohada así que me giro y quedo boca arriba, aún no abro mis ojos. Me siento en mi cama y me estiro como un gato.
Abro mis ojos y por fin salgo de mi cama, me dirijo al baño y realizo las actividades que siempre realizo en el baño. Ya envuelto en una toalla sobre mi cintura, procedo a mi actividad favorita de la mañana, cortarme. Abro el espejo del lavamanos y me encuentro con mi confiable amigo, el cutter. Lo empujó hacia arriba y así sale una parte de la tan conocida navaja. Ahora la coloco cerca del interior del codo derecho, con ayuda de mi otra mano la presiono contra mi piel, respiro profundo y muevo mi mano derecha hacia abajo. No pasa ni un segundo cuando mi sangre color escarlata comienza a brotar de mi piel.
Se siente tan bien. Tomo un poco de papel higiénico y lo coloco sobre la sangre que se ha acumulado, la limpio y tiro el papel ensangrentado en el cesto de basura.

«Que bien, hoy no levantaré sospechas. No se nota mucho.»

Guardo el cutter el compartimento de detrás del espejo, cepillo mis dientes y salgo del baño. Me dirijo a mi armario y lo abro, busco algo que ponerme y me decido por unos de mis viejos jeans de color rojo, una camisa blanca con puntos pequeños azules, mis confiables Converse blancas tipo bota y un suéter negro que en medio de este tiene a un lobo gris de ojos color avellana.

Si... Bueno, tengo una extraña obsesión con los lobos... Y no sé el por qué. Desde pequeño me han llamado la atención o al menos eso me ha contado mi madre. A ella no le gustan mucho y no sé por qué.

Cojo me celular y lo meto en el bolsillo izquierdo trasero de mis jeans, tomo mi mochila y es aquí cuando recuerdo lo que paso ayer por la noche.

« ¿Qué tipo de ser sobre-natural será ella? »

« ¿Qué habrá querido decir sobre que yo tampoco soy humano?»

Trato de quitar esos pensamientos de mi mente y salgo de mi habitación.
Bajo trotando las escaleras y encuentro a mi madre hablando por celular en la puerta de la entrada, la cual está abierta y aparentemente no se ha dado cuenta de presencia.

—No... Aún no es tiempo... Él sigue siendo el mismo... No... Él no será como ustedes... Unos monstruos... No me cambies de tema, Richard... pues yo tengo derecho de llamarte así...Pues porque soy la madre de tu hijo —creo que mi madre estaba peleando con alguien. Y ese alguien era mi padre.

Mi madre nunca me dijo como era mi padre. Ahora sé que se llama Richard y que no le gusta que le llamen por su nombre.

— ¿Es mi padre? —cuestiono mientras frunzo el ceño.

Ella voltea hacia mí con una expresión bastante sorprendida.

—Eh... Luego hablamos —le dice mi madre a "mi padre" para después colgar—. Kevin, es hora de irnos.

Cuando me llamaba por mi segundo nombre significaba que algo no anda bien y que está enojada.

Frunzo más el ceño pero me limito a asentir y a salir de casa. El camino a la escuela es mucho más incómodo de lo que esperaba.

Ella por Él ~Bryan Mouque~ #ConcursoOreoWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu