-Hey, peque -saludó la de ojos verdes revoloteando su pelo cariñosamente-.

-¡Hola Lauren! Ahora justo hablábamos sobre la relación secreta entre tú y Camila.

La mayor abrió exageradamente los ojos fingiendo sorpresa.

-Eso es imposible. ¿Sabes por qué, peque?

-¿Por qué? -preguntó con curiosidad-.

-Porque no hay ningún secreto que Camila y yo escondamos.

-¿De verdad?

-Claro. Todo lo que ves en las cámaras y fuera de ellas, es la pura verdad.

-Entonces... ¿no os amáis en secreto? -persistió mi hermana-.

-No, peque, pero somos mejores amigas y por eso nos queremos, como tú quieres a tu BFF del cole, ¿no es así?

Sofi asintió enérgicamente y dio por finalizada la conversación tras volver animosa con los otros. Me sentí gratificada en ver cómo Lauren consiguió apaciguar el dilema sin mentir a Sofi en ningún momento, sólo encontrando las palabras adecuadas. Me encantaba la relación cálida y cercana que había entre ellas, con esa confianza, como si también hubieran crecido juntas. Era algo que siempre adoré.

-Gracias -le dije sonriendo-. A veces siento que la decepciono...

-¿Crees que la decepcionas por no salir conmigo?

-No lo sé -admití-. Esta no ha sido la primera vez que Sofi lo insinúa, y nunca sé cómo responderle.

-Ten paciencia con ella, se le pasará.

-Un Camren shipper nunca deja de ser un Camren shipper -reí levemente-.

-¿Qué hay, pareja? -saludó Chris, el hermano de Lauren-.

-¿Vienes a incordiar? -farfulló ella-.

-Hola Chris -saludé mientras él se sentaba a mi lado y pasaba un brazo a mi alrededor-.

-Camila, te ves aún mejor que la última vez que te vi.

-Gracias -reí divertida-.

Chris a veces era así conmigo, era algo que le gustaba hacer. Sin embargo, sólo él y yo conocíamos el verdadero motivo por el que lo hacía: amaba poner celosa a Lauren. Sorprendentemente, siempre lo conseguía de una forma u otra. Esta vez, la mayor se arrimó un poco más a mí, como marcando su territorio.

-Oye, ¿por qué no te vas con Sofi a jugar a las muñecas? -espetó-.

-Después. Me apetece estar con Camila ahora.

Siguieron discutiendo sobre mí pero dejé de prestarles atención. Tenía un Jauregui a cada lado, pegados literalmente a mí. Me incliné un poco hacia atrás para que pudieran verse entre ellos. Ambos estaban reprochándose el uno al otro, a veces intentando darse algún manotazo que pasaba peligrosamente por delante de mi cara.

Solía sentirme una intrusa cuando estaba con los Jauregui, pensando que no me pertocaba estar allí. Sin embargo, ahora me sentía de lo más cómoda. Al fin de al cabo, considerémoslo debidamente, ¿quién tiene la suerte de ser reclamado por dos Jaureguis a la vez?

-Ella es mía. Por eso existe Camren y no Camris.

-Yo haré que exista Camris -repuso él sacando pecho con orgullo-.

-Chicos... -empecé antes de ser interrumpida-.

-Camz, dile a este chavalín que no malgaste su tiempo.

-¿A quién llamas tú chavalín? Soy un macho alfa desde que nací. Puedo conquistar a Camila cuando quiera, si no lo hago es porque siento lástima por ti.

Lauren rió con sarcasmo y algo de amargura. Empezaba a irritarse de verdad.

-Nunca podrías querer a Camila como la quiero yo.

Sabía que en parte se estaban picando en broma, pero las palabras de la oji verde me hicieron perder el rumbo de la discusión una vez más. El corazón me latía más rápido en el pecho. Esto me sucedía cada vez que Lauren declaraba su estima por mí en voz alta (y eran pocas veces). Mis latidos se disparaban haciéndome sentir abrumada, encendiendo mis mejillas, y en caso extremo, encendiendo todo mi cuerpo.

-Ogh, uno no puede ligar cuando hay una pelmaza por el medio -refunfuñó Chris-. Me voy. Por cierto, Camila, tenéis una casa preciosa, espero que puedas invitarme algún otro día.

Sonrió con su típica sonrisa de media luna y se marchó. Yo negué divertida, "este chico es todo un personaje...". Luego me giré para ver a Lauren. Para mi sorpresa, sus mejillas también estaban acaloradas, yo diría que por culpa de una mezcla entre vergüenza y cólera desenfrenada.

-Este tío es imbécil -bufó-.

-No le hagas caso, boba, sólo lo hace para chincharte.

-¿Te crees que no lo sé? Es un puto idiota... -estaba realmente mosqueada.

-Lauren -dije suavemente mientras ponía una mano en su mejilla y la obligaba a mirarme-.

Sólo con aquél gesto las facciones de la chica mayor ya se relajaron. Noté cómo la tensión de su cuerpo se disipaba rápidamente, a la vez que sus pupilas dejaron de verse contaminadas por la ira y se retornaron en una especie de calma y sosiego. Me miró fijamente.

-¿Qué? -murmuró-.

-¿Qué de qué? -pregunté confusa-.

-Me has llamado. Has dicho "Lauren".

-¿Ah sí?

-Sí -rió ella. Nos miramos durante unos instantes hasta que ella volvió a hablar-. A mí también me encanta tu casa...

- Vuelve cuando quieras. A ti no te hace falta invitación.

La siguiente semana empezaría el ciclo de nuevo. Conciertos, entrevistas, conciertos, y más entrevistas. Crucé los dedos deseando estar preparada para afrontar la reacción del Camren Boom aquí. Era hora de toparse con la realidad. "Sólo un poco de coraje, Camila", me dije, "esa es la clave".

FIN DEL FLASHBACK

The Boom • CAMREN •حيث تعيش القصص. اكتشف الآن