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-¿Lo habéis comprendido todo?

Lauren asintió. Yo copié sus movimientos a pesar de que no había escuchado básicamente nada de lo que el hombre nos había explicado.

-Perfecto entonces. Podéis pasar a los camerinos, os darán la ropa para el photoshoot.

Nos prepararon una serie de conjuntos con diferentes tipos de estilos, con cada uno las fotos tendrían un carácter diferente. Por ejemplo, empezamos con los conjuntos informales, así que las fotos buscaban en nosotras naturalidad. Más que posar, íbamos charlando y sonriendo divertidas mirando a la cámara, a veces ofreciendo posturas rutinarias y corrientes, otras veces más graciosas, poniendo los ojos bizcos o sacando la lengua. El objetivo de la primera ronda era conseguir nuestro lado más natural, divertido y tierno, lo más normal en una "pareja" joven.

Llevábamos haciendo photoshoots durante toda nuestra carrera y ya nos sentíamos bastante experimentadas. De Camren ya habíamos hecho dos antes, por suerte ya no sentíamos nada de pudor, al contrario, nos lo pasábamos genial haciendo un poco el tonto y bromeando todo el rato.

La siguiente ronda cambió el tema: la sensualidad. El primer conjunto eran un par de vestidos ceñidos. El mío era gris claro, casi blanco; el de Lauren negro con discretos detalles plateados. Ahora, las fotos buscaban pequeños contactos sutiles, con caricias, roces, juegos con las miradas, etc. Por lo general era Lauren quien me tocaba y yo, la que se dejaba acariciar (los brazos, los hombros, mi torso descubierto), me rodeaba la cintura, perfilaba mis caderas situándose detrás de mí, recorriéndolas de arriba abajo, con una mirada profunda hacia la cámara. Estaba claro que Lauren adoptaba el papel de "hombre" en caso de haberse tratado de una pareja heterosexual.

El segundo conjunto eran unas ropas de ir por casa, anchas, cómodas y modernas a la vez. Cambiaron el tapiz blanco y decoraron el fondo representando una especie de salón. Nosotras debíamos acomodarnos al sofá e interactuar entre cariñosamente y sensualmente con naturalidad. Esta fue la parte que más nos costó representar, debíamos encontrar un matiz entre tierno y sexy. En mi opinión, la mejor foto de esta ronda fue en la que yo recostaba mi cabeza sobre los muslos de Lauren mientras levantaba el brazo y mis dedos rozaban su mentón, en una especie de caricia. Aunque, para ser sinceros, la clave de la foto era la mirada de la chica de ojos verdes. En ella descubrimos el matiz.

La sesión acabó. Había resultado tan divertida como siempre, no dudé un segundo en ir a saludar a todos los maquilladores, modistas, fotógrafos, y al equipo entero para darles las gracias.

-Chicas, lo habéis hecho de maravilla -nos felicitó Ellen-.

-¿Cuál es la sorpresa final de la campaña? -pregunté emocionada, recordando la sorpresa que nos había prometido-.

-Pues veréis, es una sorpresa para la que tendréis que practicar un poco...

-¡Lo tengo! -exclamé-. Es algo sobre cantar, ¿cierto?

-Cierto -rió-. Más concretamente: Lauren y tú cantaréis un dueto.

Al instante nos miramos, ilusionadas. Parecía mentira que tras años cantando "juntas" en grupo, se nos hacía tan especial que de repente fuéramos a interpretar algo juntas, sólo nosotras dos.

-Podéis escoger la canción que queráis -concedió Ellen-, pero procurad que tenga una letra clara y directa con un mensaje significativo que pueda relacionarse de alguna forma con Camren; al final, es de esto sobre lo que trata la campaña.

Asentimos, eufóricas y emocionadas.

-No os olvidéis del mensaje, ¿vale?

No nos íbamos a olvidar. Si escogíamos una buena canción y todo nos salía bien, seríamos trending una vez más, estaba segurísima de eso. Cantar un dueto con Lauren se me antojaba especial incluso a mí... ¿cómo sería para las harmonizers y para los Camren shippers? Estaba deseando ponernos manos a la obra. Esto, si salía bien, podría ser un nuevo Boom.

***

Después de regresar del estudio, Lauren y yo nos instalamos en la librería del hotel donde también había ordenadores. Cuanto antes encontráramos una canción más pronto podríamos empezar a ensayarla, no había tiempo que perder: la cantaríamos mañana por la tarde en un concierto benéfico donde actuarían otros cantantes. El hecho de que fuera un acto benéfico (encima protagonizado por famosos) nos aseguraba una máxima audiencia, estaba claro que Ellen había hecho un trabajo magnífico consiguiendo meternos a nosotras también. No existían palabras para explicar lo mucho que nuestra representante hacía por nosotras, cómo se dejaba la piel y sudaba a mares para conseguirnos cosas tan grandes como esta.

Llevábamos por lo menos treinta minutos buscando en YouTube, pero de momento ni Lauren ni yo encontramos ninguna que nos acabara de convencer a los dos.

-Bfff... -resoplé-, al principio me había alegrado de que Ellen nos dejara escoger la canción, pero ahora casi preferiría que nos la hubiera adjudicado ella.

-Estoy igual que tú -rió levemente, echándose hacia atrás, desperezándose y bostezando.

Yo seguía absorta en mi busca de la canción perfecta con la mirada pegada a la pantalla.

-Qué sexy estás cuando te concentras -oí decir a la morena-.

Se me escapó una sonrisa.

-¿Sólo cuando me concentro? -pregunté juguetonamente sin despegar la mirada del ordenador-.

A pesar de que no la miraba, sabía que estaba sonriendo. Había llegado un momento en que incluso sabía leer sus silencios.

-No tanto flirteo y más buscar canciones, Laurencita.

-No encuentro ninguna... -dijo en un tono infantil mientras acercaba su silla hasta pegarla a la mía. Apoyó el codo en la mesa y la cabeza en su puño, mirándome con su sonrisita infantil.

-Así no puedo concentrarme -declaré-. Provocarás que deje de ser sexy.

-Estás siempre sexy, Camzi -me acarició el muslo-.

-A ver qué haces con esa mano, eh -le advertí-.

-Hará lo que tú quieras -susurró en tono sugestivo, acariciando un poco más arriba del mulso, haciéndome abrir los ojos como platos-.

-Lauren, aquí no.

-Vale. ¿Al cuarto de mantenimiento?

-No, boba -reí-.

-¿En el baño?

-En ningún sitio.

-¿En el jacuzzi? -persistió-.

-¿No te intimido ahora que soy lesbiana?

-La verdad es que... -murmuró acercándose a mi oreja- tú me intimidas siempre... -mordió mi lóbulo haciendo que perdiera el norte durante unos segundos-.

-Lauren...

-¿Sí?...

-Tengo la canción.

Ella se separó de repente con sorpresa, mirando el lugar de la pantalla que mi dedo señalaba. Presioné en la miniatura del vídeo y escuchamos la canción con los auriculares, a pesar de que ya sabíamos de sobras cómo sonaba.

-¿Te parece bien? -pregunté algo ruborizada-.

Asintió, convencida.

-Me parece bien.

The Boom • CAMREN •Where stories live. Discover now