Capítulo 2

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Samuel no recordaba haberse acostado en su cama nuevamente, ni tampoco haber tomado la carta en sus manos. Se había prometido que ya no lloraría al verla, al recordar a Guillermo, él sólo quería tenerlo en su memoria como un hermoso recuerdo y un amor que no pudo ser. Pero no todo es como uno lo planea, ¿verdad?

Recordó que había quedado con Luzu y Frank para ir a la universidad, seguramente habían venido a recogerlo, ya que habían dormido en casa de un primo de Frank, y él se encontraba demasiado dormido como para escucharlos. Rascó su nuca y tomó su teléfono, encontrando dos mensajes de Frank.

<De: Frank

Eh, feo durmiente, visto que alguien se negaba a despertar, nos tomamos el trabajo de venir hasta aquí y ver el tablero por ti.>

Samuel rió y se sintió culpable por que ellos tuvieron que ir solos, la idea la había tenido él y el muy tonto se duerme.

<De: Frank

Felicidades a los tres, ¿no?

-Imagen- >

Se formó una sonrisa aún más grande al agrandar la imagen y ver que sus dos amigos y él habían logrado entrar en aquella universidad. Tanto era el interés por saberlo que no prestó atención al perfil que se veía en la imagen. No lo notó hasta que volvió la imagen a su tamaño original. Su sangre se heló por completo, sintió como si su corazón se hubiera detenido unos segundos y comenzara a latir con demasiada fuerza al instante. No podía ser él ¿O si? Bien, era la misma ciudad, pero ¿tanta la casualidad de que estudiaran lo mismo? En la misma universidad y hayan realizado el curso de ingreso en el mismo momento (pero diferente lugar) ¿en serio podía ser él? ¿Otra vez vería a Guillermo? Su chiqui...

Un sentimiento de alegría llenó su cuerpo, sentía que comenzaría a saltar y gritar por toda la casa, de ir y buscarlo, de decirle que no había dejado de pensar en él ni un sólo día; pero todo rastro de felicidad se esfumó al recordar el dolor que sintió -y siente- al nunca haber recibido una respuesta a sus cartas, de que aunque había puesto su número telefónico en cada una de ellas, él jamás se dignó a llamar, jamás pareció querer contactarse con él. Se sintió abandonado, sintió que "su chiqui" tal vez no lo quería tanto como él lo hizo, incluso pensó que el llanto en el día de su despedida había sido algo fingido, ya que al parecer no le importó demasiado su partida...

Lágrimas de impotencia llenaron los ojos cansados de Samuel, ¿Qué haría ahora? ¿Buscarlo y echarle toda la mierda que tenía guardada en él desde hace años por su culpa, o abrazarlo y no soltarlo jamás? Pues, por como se sentía en ese momento, lo más probable era que le estampara un guantazo en toda la cara, con toda la ira que contenía en él desde hace varios años ya. No sería lo ideal de un reencuentro, pero sería sincero de su parte.

El sonido de la puerta lo sacó de sus pensamientos y secó rápidamente alguna que otra lágrima que había decidido salir. Caminó hasta la entrada para recibir a sus amigos con una enorme -y fingida- sonrisa, ellos no merecían cargar con el desastre de emociones que era Samuel en esos momentos, pero, a.pesar de que intentó ocultar que algo ocurría, amigos son amigos y ellos notaron que algo andaba mal.

–Te alegraste porque logramos entrar. –Dijo Luzu. –pero algo te puso triste. ¿Qué ocurre? –Lo miró acusadoramente.

–Creo que tenemos que hablar de algo... –dijo con angustia. Sus amigos se alarmaron. –algo muy importante para mi.

–¿De algo o de alguien? –Habló Frank, sabiendo que el tono que estaba empleando Samuel era el que utiliza para hablar sobre Guillermo.

–Alguien. –Luzu miró a Frank sin comprender.

Diez Años Después.  [Wigetta]Where stories live. Discover now