Capítulo 9 ; "Voy a decirte como te haré el amor"

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Besos que deberían ser ilegales.

Gracias por aquellos besos antes de dormir, es la razón más importante para llegar a la siguiente noche...

Justin caminaba de camino a casa de Hayley, decidido a invitarle a cenar en su casa y disfrutar de una velada cómoda y agradable acompañada de una película a su elección y gustos.

Después de la noche anterior que habían pasado se había creado un vínculo entre ambos y pudieron eliminar el sentimiento de desconfianza entre ellos, lo que agradecían.

Ningún amor empezará si no lo intentas.

Justin tocó la puerta de Hayley y al verle se sorprendió de tenerlo en la puerta sonriendo hacia ella y le propuso lo que estaba dispuesto a hacer junto a ella aquella noche, ella se miró y se sonrojó por lo que llevaba puesto.

-No sabía que vendrías, ahora vengo. -dijo antes de correr escaleras arriba. -Entra, si lo deseas. -gritó antes de desaparecer por el pasillo que accedían a diferentes habitaciones de la casa.

No puedes renunciar a algo en lo que piensas todos los días.

Poco tiempo después, llegaron a su casa para la gran noche que les esperaba. Hayley y Justin subieron en el ascensor sin soltar sus manos, que se encontraban con los dedos entrelazados.

Justin hizo un gesto con la mano para que saliera ella primero del ascensor, y ella le sonrió en agradecimiento por el acto de caballerosidad. 

Y comprender que tal vez el amor es otra cosa. Es sentirse ligeros y libres. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro, que no es tuyo, que no te toca por contrato, debes merecerlo cada día con pequeños pero significantes actos.

Justin sacó las llaves del bolsillo derecho y abrió la puerta, Hayley avanzó y teniéndola cerca Justin se inclinó y pudo percibir el olor que desprendía su cabello, y cerró los ojos por inercia disfrutando de su olor, ella sonrió sabiendo lo que estaba haciendo, pero siguió explorando la casa.

Justin sonrió cerrando la puerta tras de él, observándola desde su posición pudo observar como inspeccionaba la casa de arriba abajo, maravillada. Ella se dio la vuelta al mismo tiempo que se quitaba la chaqueta con la ayuda de Justin, quién la depositó en el perchero de la entrada. 

-¿Qué te parece? -le preguntó, intrigado.

-Es maravillosa, me encanta -le sonrió.

-Sí, pero le falta un toque... femenino. -susurró lo último mirándola a los ojos, los cuales se fijaron de inmediato en el suelo que pisaban con cada paso, avergonzada y halagada a la vez. 

Mordió su labio inferior, por inercia.

Justin sonrió nuevamente viendo como poco a poco el color de sus pómulos se tornaban de un color rojizo, sonrojada. Se dirigió a la cocina que estaba en el mismo sitio que el salón, específicamente, cocina americana. 

-Qué te parece una película y... ¿tarta? -preguntó Justin al abrir la nevera.

-¿Tarta? -preguntó extrañada. -Creo que viendo una película se comen palomitas, no tarta... -rió, situándose a un lado de él.

-No tengo palomitas, o tarta... o agua. -se encogió de hombros.

Ella se rió tapándose la boca con la mano, sin poder evitarlo.

-Vale... tú ganas. -susurró.

Él asintió con la cabeza sonriente, y agarró el plato en el que se encontraba un el trozo de tarta, ella decidió hacer los honores y situó su cuerpo delante de Justin y cogiendo un cuchillo empezó a cortar un trozo, para después dejarlo encima de un plato que Justin colocó a un lado.

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