Capítulo 5 ; "¿No te alegras de verme?"

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Granja Holly. 

Hayley suspiró nerviosa. 

No era la primera cita que tenía con un chico, pero lo parecía. 

Sus manos temblaban como cuando tenía diez años y se tenía que subir en una atracción demasiado alta para su gusto, y que no tuvo más que remedio de demostrar que era valiente en los momentos de crisis en su interior, y superó sus miedos. 

Pero esto era diferente, demasiado diferente. Justin era uno de los hombres que le había llamado la atención y no físicamente, que también. Pero porque no iba a negar lo evidente, Justin parecía un dios griego y nada más oírle hablar, solo hacía falta que alguien le diera aire, porque se desmayaría en segundos. 

Hayley se miró al espejo que se ubicaba delante de ella y suspiró nuevamente dándose la vuelta, mirándose la parte de atrás. Llevaba un vestido azul eléctrico que resaltaba su figura con tonos negros encima de él, una pequeña y fina chaquetita por encima de él, unas medias de raya negra le amoldaban las perfectas piernas y finalmente unos tacones simples de tacón bajo. 

Su cabello estaba perfectamente liso y giró la cabeza para apreciar la hora del reloj que estaba colgado en la pared, a su derecha. Marcaban las cuatro menos cuarto, lo cual indicaba que solo le quedaban quince minutos para llegar hasta la plaza. 

Tenía tiempo de sobra. 

Agarró el bolso y se lo colocó en el hombro izquierdo antes de coger las llaves de la casa y cerrar la puerta tras de si. Al momento que el ascensor emitió un sonido de la llegada al piso principal movió sus pies rítmicamente hasta la puerta.

-Buenas tardes señorita Mills... 

El conserje Inclinó la cabeza mientras abría la puerta para ella. 

-Buenas tardes Brad. -sonrió. 

Salió a la calle y dirigir sus pasos hasta la plaza que llegaría en menos de lo esperado. 

Giró en una esquina y vio la silueta de un chico a sus espaldas, sonrió instantáneamente al saber que era él, esperando por ella. Miró la hora de su muñeca y se dio cuenta que faltaban diez minutos para las cuatro. 

¿Tenía tantas ganas de verle como ella a él? 

Cruzó el paso de cebra y caminó con paso rápido hasta estar detrás de él, escuchó un suspiro proveniente de él y le tocó el hombro derecho, llamando su atención. Giró sobre sus talones y sonrió al verla delante, tenía tantas ganas de volver a verla como si estar separado de ella, le faltara algo que le llenaba. Después de colgar tras aquella noche de charla, sentía necesidad de volver a escuchar su voz y nunca jamás colgar el teléfono. 

No sabía lo que le estaba ocurriendo pero Hayley tenía algo que su corazón le indicaba que la mirara con otros ojos. No durmió en casi toda la noche, y si lo hizo fueron únicamente horas escasas. Sentía algo en el pecho que le provocaba insomnio. 

¿Sería por ella? 

-Hola, preciosa. -sonrió agachando su cabeza y dejando un casto beso en su mejilla.

Solo tú eres capaz de erizarme la piel con tan solo tocarme.  

-Hola, ¿qué tal? -preguntó mirando a sus zapatos, escondiendo su sonrojo. 

Él sonrió ante su vergüenza sin que ella se diera cuenta. 

-Muy bien ahora que te veo. -comentó, provocando una pequeña carcajada nerviosa por parte de ella.

Sonrió levantando la cabeza.

Se quedaron un rato en silencio y mirándose el uno al otro, sin decir completamente nada. 

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