឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵ ⩇⩇ . ┊ TERMINADO - 𝐔𝐍𝐇𝐎𝐋𝐘

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Giró la cabeza y le dio un beso en la mandíbula a In-ho. El capturó los labios del Pelirrojo en un beso profundo y dominante, su lengua invadió su boca jugando con la suya. Cuando finalmente se apartaron con un gruñido de satisfacción. Hwang rodó sobre su espalda, tirando del omega para que quedara sobre su pecho. Sus brazos lo rodearon, manteniéndolo cerca.

Gi-hun sonrió acurrucándose en su abrazo. Se sintió seguro, protegido, deseado. Todo lo que siempre había querido de un Alfa.

La mano de In-ho bajó hasta su estómago, sus dedos se extendieron posesivamente sobre el vientre plano. — Quiero que lleves otros cachorros. — murmuró, con la voz llena de una oscura promesa.

El mente se aceleró al oír sus palabras, una mezcla de emoción y aprensión la recorrió. La idea de quedarse embarazado lo ataría a In-ho para siempre, que no habría vuelta atrás.

A medida que la mano de In-ho recorría el cuerpo de Gi-hun, su tacto se volvía más insistente, más exigente, la mente del Omega se desplazó al pasado. Recordó la primera vez que se conocieron, en el Prostíbulo donde el trabajaba. In-ho había sido un cliente nuevo, un rico hombre de negocios al que le gustaban las cosas buenas de la vida, incluida la compañía remunerada o al menos eso era lo que escuchaba.

Habían tenido relaciones esa noche.  Pero ninguno de los dos había profundizado demasiado en su vida personal. El había sido "un bailarin", "una prostituta" "un medio para un fin". Y In-ho... Bueno, había sido un misterio, un hombre con un exterior frío y un deseo oculto de dominio.

Pero ahora, mientras yacía en los brazos del alfa, con sus dedos trazando patrones en su piel, se encontró preguntándose sobre el hombre detrás de la máscara. ¿Cómo era su vida interior? Sus dedos se detuvieron en el pecho de In-ho, frunciendo el ceño mientras consideraba las preguntas. Sabía tan poco sobre el hombre que ahora lo abrazaba tan posesivamente, el hombre que se había convertido en su todo.

— Sabes, nunca pregunté — murmuró Gi-hun, su voz suave y pensativa. — ¿Cómo terminaste en el Prostíbulo esa noche? ¿Qué llevó a un hombre rico y poderoso como tú a un lugar como ese?

El pecho de In-ho retumbó bajo su toque mientras soltaba una risita baja. — Curiosidad, supongo. Había oído rumores sobre el establecimiento, sobre el único... talentos de sus empleados. Quería verlo por mí mismo. Además, mi vida se había vuelto monótona, un vacío que ni siquiera mi fortuna y mi estatus podían llenar. — rodeo los ojos con molestia, sus mano reanudó su deambular posesivo, sus dedos trazando la curva de su cadera. — Y entonces te vi — continuó, bajando la voz a un susurro bajo e intenso. — Bailando en ese escenario, tu cuerpo moviéndose con una gracia y sensualidad que me cautivó. Sabía que tenía que tenerte, poseerte por completo.

El corazón de Gi-hun se aceleró ante la posesividad de la voz de In-ho. Sabía que él había estado celoso de que otros tuvieran la mirada en el, que lo había querido para sí mismo desde el momento en que lo vio. — ¡Pero tú me compraste! — protesto el Pelirrojo, sus dedos recorriendo los duros planos de su pecho. — Me hiciste tuyo, ningún alfa se había atrevido a marcarme, aunque tampoco les dejaba.

Los ojos de In-ho brillaban con una mezcla de celos y autoridad. — Te compré, sí — dijo con voz baja y peligrosa. — Pero eso no significa que me gustara ver a otros hombres desear lo que era mío. — Su mano se deslizó hacia abajo para agarrar su trasero, apretando la suave carne posesivamente. — No me importaba el precio, no me importaban las consecuencias. Te necesitaba y siempre conseguía lo que quiero.

Rodó encima de el, inmovilizándolo bajo su musculoso cuerpo. — Esa noche te quite la virginidad de tu culo cuando te encontre — murmuró, rozando su cuello con los labios. — Estabas intacto y además lo disfrutaste.