឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵ ⩇⩇ . ┊ TERMINADO - 𝐔𝐍𝐇𝐎𝐋𝐘

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El Alfa abrió ambas nalgas, exponiendo el estrecho agujero de Gi-hun a su mirada hambrienta. Observó con satisfacción cómo su grueso miembro se deslizaba hacia adentro y hacia afuera, estirando el delicado tejido con cada penetración. La vista era increíblemente erótica y solo sirvió para alimentar su deseo. — Mírate — gruñó, con la voz cargada de lujuria. — Te encanta que te folle aqui ¿No?

El Pelirrojo solo pudo gemir en respuesta, su cuerpo temblando de placer. Las palabras de In-ho, su dominio, su posesión... Todo alimentaba el fuego que ardía en su interior. Se sentía como una marioneta, sus hilos tirados por las hábiles manos del Alfa, bailando al son de su melodía.

Las penetraciones del millonario se volvieron más poderosas, más implacables. Agarró las caderas de Gi-hun con fuerza, tirando de el hacia abajo con cada empuje hacia arriba. El sonido de sus cuerpos golpeándose llenó la habitación, un ritmo primario que se hizo eco de su deseo.

Sus dedos propios encontraron sus pezones, pellizcando y rodando los picos endurecidos mientras rebotaba en la gruesa longitud de In-ho. La estimulación adicional envió sacudidas de placer directamente a su conducto, intensificando la sensación de su polla arrastrándose a lo largo de sus paredes internas.

La cama crujía y gemía bajo ellos, y la cabecera se estrellaba contra la pared con cada fuerte empuje. La habitación se llenó de los sonidos de su placer: el húmedo golpeteo de la carne contra la carne, los gemidos y gruñidos agudos, el chirrido rítmico del colchón y el aroma mezclado de ambos.

— Papi — Gi-hun jadeó, su voz aguda y desesperada. — Oh Dios, papi. Me llegas tan profundo, eres tan grande...no puedo...ya no lo soporto.

Los ojos de In-ho brillaron con deseo posesivo al volver escuchar ese apodo — Sí, puedes — gruñó él, levantando las caderas para enterrarse aún más dentro de el. — Tu pequeño agujero apretado fue hecho para ser estirado por mí.

Se incorporó de repente y se sentó en la cama, rodeó su cintura con los brazos y la atrajo contra su pecho. El nuevo ángulo le permitió penetrar aún más profundamente, golpeando ese punto dentro de el que le hacía ver más haya.

— Dilo de nuevo — exigió In-ho, su voz era un estruendo bajo y autoritario. Dimelo.

Las uñas de Gi-hun se clavaron en sus hombros, su cuerpo temblando de placer. — ¡Papi! — gimió el, con la voz entrecortada y necesitada. — Papi, por favor. Lléname todo...

El agarre de In-ho se tensó, sus caderas se elevaron con una fuerza brutal.— Que Omega más obediente — gruñó, con la voz tensa por la inminente liberación.

Él se inclinó hacia su cuerpo, hundiendo sus dientes en la unión del cuello y el hombro. Gi-hun gritó, su coño llegó a su orgasmo, Sus paredes internas de su canal se apretaron alrededor de la polla del Alfa, ordeñando todo lo que valía.

El pelinegro rugió y su propia liberación le golpeó rápidamente con espesas cargas de semen llenando en el canal convulsivo de Gi-hun, llenándolo hasta el borde de sus entrañas. Continuó metiendo su pene en el ano de Gi-hun, su gruesa longitud palpitando con cada chorro de semen. Lo llenó por completo, su semilla se desbordó y goteó por sus muslos. Solo cuando estuvo seguro de que hasta la última gota estaba dentro de el, finalmente se quedó quieto, se puso de costado, tirando de su cuerpo para que quedara acurrucado contra su pecho. Su mano se posó posesivamente sobre su vientre, sintiendo la ligera hinchazón.

— Te vez tan lindo — dijo en voz baja, sus dedos trazando patrones ociosos en su piel.

Gi-hun se acurrucó en su abrazo, sus ojos se cerraron. Sonrió con ternura apesar de la posesividad de sus palabras, se sentía seguro, querido. En este momento, todo el dolor, toda la crueldad, toda la oscuridad que rodeaba su antigua relación se desvaneció. Solo se oía el calor de sus cuerpos apretados, el latido constante del corazón de In-ho contra su oído en el ahora presente.