឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵ ⩇⩇ . ┊ TERMINADO - 𝐔𝐍𝐇𝐎𝐋𝐘

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Todo lo que quería era sentirse bien, recuperar un poco de control en medio del desorden emocional. Finalmente, eligió una camiseta de In-ho que le quedaba bien, sintiendo cómo la tela le daba una sensación de seguridad. Con un último vistazo al espejo, se preparó para enfrentar la mañana, decidido a no dejar que sus dudas lo dominaran.

Respiró hondo, armándose de valor para lo que estaba por venir. Sabía que a In-ho le gustaría verlo vestido así. Salió del dormitorio, con el corazón latiendo con fuerza en el pecho mientras bajaba las escaleras.

Cuando llegó a la planta baja, lo primero que vio fue a Dae-ho y Min-su sentados en el sofá, está vez con sus mochilas tiradas descuidadamente en el suelo. Levantaron la vista cuando el entró, sus ojos se abrieron de par en par con sorpresa y luego con curiosidad.

Hwang entraba a la sala trayendo unos juguetes de los cachorros, los dejo sobre la mesa pequeña, luego se poso frente al Omega con los brazos cruzados sobre el pecho. Sus ojos se entrecerraron mientras contemplaba la apariencia de este, con una sonrisa en sus labios.

- Parece que alguien está tratando de revivir el pasado - comentó, con la voz empapada de sarcasmo.

La cara de Gi-hun se sonrojó ante el comentario de In-ho, pero levantó la barbilla desafiante. - Sí, creo - respondió el, con voz firme. - Pensé que era hora de ponerme algo más...cómodo.

La mirada de In-ho recorrió su cuerpo, sus ojos se detuvieron en su camisa. - Cómodo, ¿eh? -murmuró con voz baja y sugestiva- ¿O estás tratando de provocarme, Gi-hun?

Dae-ho y Min-su se miraron, sintiendo la tensión en el aire. Dae-ho, el mayor de los dos, se levantó con cautela con mirada escaneante tratando de recordar la persona que tenía en frente. - ¿Papá? ¿Quién es esta señora?

La atención de In-ho se centró en su hijo, su expresión se suavizó ligeramente. - Es...un viejo amigo mío - dijo, con un tono cuidadosamente neutro. - Su nombre es Seong Gi-hun.

Los ojos de Min-su se abrieron de par en par y una sonrisa se extendió por su rostro. - ¡Vaya, es guapo!-exclamó, saltando sobre sus talones-. - ¿Puede jugar con nosotros, papá?

El Alfa vaciló, su mirada se movió entre Gi-hun y sus hijos. ¿Debía decir que no para mantener a Gi-hun alejado de sus niños?. Pero verlo con esa ropa, los recuerdos que evocaban, le dificultaba resistirse.

- Bien - dijo bruscamente, descruzando los brazos. - Pero solo por un tiempo. Y ustedes dos, compórtense. Nada de correr salvajemente.

Dae-ho y Min-su vitorearon, corriendo hacia Gi-hun. - ¡Juega con nosotros! -exclamó Min-su, agarrando su mano- ¡Podemos jugar a la mancha!

El Pelirrojo se echó a reír, su corazón se hinchaba de afecto por los enérgicos niños. Miró a In-ho, con una pregunta silenciosa en sus ojos. Él asintió suavemente.

Mientras jugaba con Dae-ho y Min-su, In-ho miraba desde el sofá, sus ojos nunca la abandonaban. Sintió una punzada de celos mientras los niños reían y se aferraban a el, un recordatorio de lo que había perdido, de lo que todavía anhelaba.

Pero al ver cómo el rostro de Gi-hun se iluminaba de alegría, no pudo evitar sonreír. Su sonrisa se desvaneció, reemplazada por un ceño fruncido mientras los recuerdos de esa fatídica noche de hace cinco años volvían a inundarlo. Recordaba las palabras de disculpa que brotaron de su boca, aquellas palabras vacías, pero no podía evitarlo; el dolor de haber herido a su omega lo consumía por aquel beso con su otro ex. La tensión en el aire había sido palpable, y cada recriminación de Gi-hun lo golpeaba como un puño, recordándole su traición y cómo había destrozado su amor.

Recordo cuando el Pelirrojo se lanzo contra él, golpeando su cara, un estallido de furia mezclada con dolor lo llevó a reaccionar de la manera más oscura. En ese instante, perdió el control, dejando que su lado más salvaje saliera a la superficie, mientras se sumergía en una vorágine de celos y posesividad, sin darse cuenta de que estaba empujando a Gi-hun cada vez más cerca a la muerte.