឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵ ⩇⩇ . ┊ TERMINADO - 𝐔𝐍𝐇𝐎𝐋𝐘

𝙓𝙑𝙄

— Puede que no sea lo que consideras "fuerte" — dijo, con voz firme y clara. — Pero yo amo a Jun-ho, y él me ama a mí. Eso es todo lo que importa. Puede que no entienda todos los aspectos de su vida, pero lo apoyo de maneras que ni siquiera podrías imaginar.

Dio un paso más cerca de matte, sus ojos brillando con desafío. — No me conoces, y ciertamente no conoces nuestra relación. Así que no te atrevas a juzgarme o a decirme de lo que soy o no soy capaz.

Los ojos del Alfa se abrieron ligeramente, no se sorprendió por el repentino arrebato de Gi-hun, sus labios se curvaron en una sonrisa cruel, sus ojos brillaban divertidos — Vaya, la perra sabe ladrar. — dijo, con la voz empapada de sarcasmo. — Parece que el pequeño y delicado omega tiene algo de rebeldía después de todo.

Se acercó más, su aliento caliente contra la oreja de Gi-hun. — Pero no olvidemos tu lugar, ¿de acuerdo? Sigues siendo solo una cosita bonita, dependiente del Oficial para todo. Sin él, no eres nada.

El Pelirrojo maldición en su mente deseando que ese Alfa ya se largara a otro lado. Pero sabía que el tenía razón, que sin Jun-ho, estaría perdido.

El hombre se alejo y gi-hun pidió otro trago, buscando ahogar las emociones que sentía. Para rematar más su noche, El Alfa Hwang In-ho estaba caminando entre la multitud hacia una puerta de la convención con sus dos cachorros... Min-su y Dae-ho, aquellos pequeños que los dejo la noche que se escapó de la mansión del Millonario.

Su pulso se detuvo al reconocer a In-ho. Los recuerdos lo golpearon con fuerza, y su mente se llenó de imágenes de noches oscuras pasadas, de la opresión y la vulnerabilidad que había sentido bajo el dominio del Alfa. Min-su y Dae-ho se veían tal como los recordaba, con los ojos bajos y una postura sumisa.

Rápidamente, se dio la vuelta, deseando que In-ho no lo hubiera notado. Pero ya era demasiado tarde. Sintió una mano firme agarrar su brazo, girándolo para enfrentarse al Alfa. La mirada de In-ho era tan intensa como siempre, y Gi-hun sintió una mezcla de miedo y determinación. Sabía que debía mantenerse fuerte, que no permitiría que su pasado lo definiera nuevamente.

— Vaya, vaya — dijo In-ho, con la voz empapada de veneno. — Mira lo que arrastró el gato. Si no es mi pequeño omega fugitivo

El aliento de Gi-hun se atascó en su garganta mientras miraba a In-ho, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Trató de apartarse, pero In-ho se aferró con más fuerza y sus uñas se clavaron en su piel.

— Te ves bien, dulzura — dijo In-ho, sus ojos vagando por el cuerpo del Omega.

El mayor lo soltó bruscamente y el Omega lo observó para segundos dirigir su mirada a sus cachorros detrás de su Padre, el Alfa siguio su mirada y sonrió. — ¿Que pasa? ¿Esperas a que te saluden?, ellos no saben quién eres.

Sus cachorros tenían un poco de mirada fría pero también de compasión, parecían tener ya 6 años cada uno.

Su cuerpo se tenso mientras miraba a los gemelos, con los ojos muy abiertos por el miedo y la incertidumbre. Se alejaban lentamente, con sus pequeñas manos fuertemente entrelazadas. Estaba claro que In-ho había llenado sus cabezas de mentiras y palabras tóxicas, volviéndolos contra la misma persona que les había dado la vida.

— Por favor — suplicó Gi-hun, su voz quebrada por la emoción. — Déjame hablar con ellos. Solo quiero explicar...

El Alfa rió, un sonido frío y carente de alegría. — ¿Explicar qué? — se burló, su tono lleno de desdén. — ¿Que los abandonaste? ¿Que su linda madre se fue como un cobarde, dejándolos atrás?

In-ho agarró la barbilla de Gi-hun con fuerza, obligándolo a mirarlo a los ojos. La intensidad de su mirada era penetrante, llena de una autoridad que hacía temblar al Pelirrojo — No te necesitan. Me tienen a mí. Soy su padre, y pronto se olvidarán de que alguna vez existió una madre para ellos — declaró, con una frialdad que cortaba como un cuchillo.