឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵឵឵឵឵឵឵឵឵឵ ឵ ឵឵឵឵឵ ⩇⩇ . ┊ TERMINADO - 𝐔𝐍𝐇𝐎𝐋𝐘

𝙓𝙑𝙄

Mientras Jun-ho se mezclaba con los otros hombres de negocios, al rato de un momento el Omega se excusó y se dirigió al bar. Necesitaba un momento para sí mismo, para ordenar sus pensamientos y calmar sus nervios.

Pidió una copa de vino, tomó un sorbo y dejó que el líquido calmara su corazón acelerado. Mientras estaba allí, perdido en sus pensamientos, de repente sintió una presencia detrás de él. Se giró para ver a un hombre alto y ojos oscuros penetrantes que lo miraba fijamente.

— Bueno, bueno, bueno — dijo el hombre, con voz baja y suave. — ¿No eres un espectáculo para los ojos doloridos? Soy Jang Deok-su, ¿y tú eres?

Gi-hun dudó por un momento, inseguro de cómo responder. Se suponía que no debía entablar conversaciones sin la presencia de Jun-ho. Pero sería descortés no hacerlo. ¿No?

— Soy Seong Gi-hun — dijo en voz baja, extendiendo la mano..

El Alfa tomó la mano de Gi-hun, su agarre firme y su toque persistente, no aparto los ojos del rostro del Pelirrojo — Gi-hun — repitió en un susurro, como si saboreara el sonido de su nombre. — Algo común.

— Yo... — tartamudeó, dando un paso atrás sin saber que más entablar en la conversación incomoda— Bueno... estoy aquí con alguien. Mi...mi prometido.

Los ojos de Deok-su parpadearon con sorpresa, luego con comprensión. — Ah, ya veo — dijo, sin vacilar su sonrisa. — Debo decir que estoy impresionado. Hwang Jun-ho tiene un sabor excelente. — Levantó su copa en un brindis. — Y tambien que también Hwang In-ho ¿No es así? El fue tu Alfa anteriormente.

Al escuchar el nombre de In-ho, Gi-hun sintió un estremecimiento recorrer su ser. Era como si el tiempo se detuviera por un instante, y los ecos de un pasado doloroso resurgieran en su mente. Hacía años que no lo oía en voz alta, y la mención de su antiguo Alfa desató una ola de emociones en él.

Recordó los momentos oscuros que había vivido bajo su control, las cicatrices que aún llevaban un peso en su corazón. Aunque había encontrado la felicidad y la seguridad junto a Jun-ho, la sombra de ese Alfa a veces aparecía inesperadamente, recordándole el sufrimiento que había soportado.

— Cómo... ¿Cómo lo sabes? —preguntó, su voz apenas por encima de un susurro. Miró a su alrededor con nerviosismo, como si temiera que alguien pudiera escucharlo.

— Tengo mis formas de recopilar información, — dijo en voz baja. — Especialmente cuando se trata de asuntos del corazón.

Hizo una pausa y estudió detenidamente el rostro del Pelirrojo. — Pero ahora supongo que estás a "salvo". Jun-ho es un buen hombre y se ve que te ama profundamente.

Gi-hun asintió, con lágrimas brillando en sus ojos. Devolvió el parpadeo, esforzándose por no hacer una escena y mantener la compostura. — Gracias — dijo en voz baja, su voz apenas un susurro quebrado. — Eso significa mucho para mí.

Deok-su sonrió mirándolo de la cabeza a los pies — Pero alguien como tu no es un buen chico para el  — dijo con tono discriminante chorreando condescendencia. — Tú eres... delicado, demasiado frágil. Se ve que ese Oficial necesita a alguien fuerte, alguien que pueda estar a su lado y apoyarlo en sus esfuerzos.

Se acercó más, sus ojos brillaban con una mezcla de lástima y desdén. — Acéptalo, Omega. No eres más que un bonito adorno en el brazo de Jun-ho. Una esposa trofeo, por así decirlo. Nunca serás capaz de entender o relacionarte verdaderamente con la vida que lleva un Alfa.

El Omega sintió que una oleada de ira y humillación lo inundaba. ¿Cómo se atrevía este extraño a juzgarlo, a presumir de saber de lo que era capaz? Enderezó sus hombros, encontrándose con la mirada de soo con una nueva determinación.