Primer Latido

2.1K 176 6
                                    

Gritos

— ¿Entonces? —Pregunté al instante que vi a Tristán salir, con la puerta cerrada podía dejar de oírla tan claramente, sin embargo, seguía ahí, un incesante murmullo, y además sabía que seguía sufriendo.

— Tu hermana tenía razón, es un ángel, pero, las marcas de su espalda... —parecía atormentado.

Fruncí el ceño sin recordar ninguna marca, pasé por su lado y abrí nuevamente la puerta, apreté mis puños y sentí mi cuerpo tensarse ante la imagen, aquello me cabreaba, y de qué manera.

Sus manos estaban atadas, al igual que sus piernas, solo fue una medida preventiva para que dejara de lastimarse, pero, aun así, era difícil verla en aquel estado y más escuchando sus alaridos de dolor. Me acerque a ella y quitándole la atadura de una de sus manos, le di la vuelta, levante el camisón que llevaba y observe su espalda al descubierto.

Dos grandes y profundas marcas de donde se suponía estuviesen sus alas se mostraban ante mí, pase mi mano por ellas sintiendo mi sangre hervir, ella se detuvo como por arte de magia, y seguí acariciando su espalda, pensando que así dejaría de llorar.

[...]

— No entiendo, ¿Cómo es posible? —Cuestiono mi hermana

— De la misma manera en la que un vampiro resentido arrancaría tus brazos o piernas.

— Entonces, alguien simplemente se las quito ¿Por qué?

— Eso no lo sé, no tengo información sobre ello, tengo entendido que las alas de los dragones valen mucho en el mercado negro, pero no sé nada sobre los ángeles.

— Marcus, tú te relaciones con los humanos, ¿No sabes nada sobre ello? —le pregunte a mi beta.

— Nada de nada, aunque, tire de algunos cables y me entregaran un libro sobre todo lo importante a saber sobre ellos.

— No quiero parecer pesimista, pero al parecer soy el único que sabe que ella no regresara al olimpo o donde sea que residan los ángeles.

— ¿Por qué lo dices Tristán?

— Esta ciega, no puedo oírnos tampoco y dudo mucho que sus alas vuelvan a salir de repente, es obvio que se las quitaron porque no volverán a crecer.

— Sin embargo, debemos esperar a que los chicos me entreguen el libro antes de tomar cualquier decisión.

— Mi madre cree que debemos terminar su sufrimiento —Escupí las palabras, no era nada justo, ni para ella ni para mí.

— De hecho, algo de razón tiene —Mire a Tristán echando humos, de pronto mis manos están apretadas, y las garras arañando mi piel deseando salir.

Últimamente no comprendía mi comportamiento

— ¿Alguna vez hemos sacrificado a uno de nuestra manada? —Pregunte a ambos, mi lobo quería tomar el control de mí.

— No, pero —Lo corte

— Exacto, no. No lo hemos hecho, entonces no la matare, eso no es terminar su sufrimiento, es asesinato, y yo no asesino a inocentes, mucho menos a alguien que no pueda defenderse.

— No lo decimos con esa intención Alfa, pero incluso con las puertas insonorizadas puedo escuchar sus gritos.

— ¿Y? Sea cual sea la razón ella está sufriendo, debemos entender su raza para así ayudarla, no matarla, desde que cruce la puerta esa noche ella se convirtió en parte de mi manada, yo protejo a mi manada, no les doy la espalda. —Mascullé mientras caminaba tenso hacia la puerta y la cerré de un fuerte golpe.

Legendary Lovers PAUSADAWhere stories live. Discover now