No puedes engañarme (Loki y tú)

Dolor y sangre

Los ojos de Loki mostraron un sentimiento completamente distinto.
Ahora mostraban furia y odio.
Tomó mi cintura con fuerza y me tumbó sobre la cama para besarme violentamente.

Yo gritaba entre sus besos e intentaba soltarme pero él no me dejaba moverme.
Mordió mi cuello haciendome gritar aún más mientras sus uñas se clavaban en mi cintura.
Le suplicaba que parase pero él no me hacía ningún caso, tan solo hacía que me hiciese mucho más daño.
Las lágrimas caían de mis ojos como si fuesen dos cascadas de agua salada mientras él continuaba mordiendo todos los rincones de mi cuerpo.

Cuando estuvo preparado se deshizo de mi ropa interior y de la suya acercando nuestras cinturas para que notrase la enorme erección que tenía en aquel momento.
-Loki por favor- sollocé dolorida -no lo hagas-
-Cállate- dijo antes de darme una bofetada -no eres más que una zorra como todas las demás que han estado conmigo-
-Loki...- Lloré -no me hagas esto por favor-
-Pude haber sido delicado- dijo dirigiendo su duro miembro a mi feminidad -pero ya no será así-

De pronto me penetró con violencia haciendo que gritase de una forma desgarradora.
Sentía un fuerte dolor con cada penetración que hacía mientras sujetaba mis manos por encima de mi cabeza.
En su rostro había una malvada sonrisa, una sonrisa que mostraba que estaba orgulloso del daño que me estaba produciendo en aquel momento.

Sentía asco, dolor, odio y miedo al mismo tiempo.
Loki era un mal nacido que no se merecía que alguien le quisiese.
Tan solo servía para engañar, manipular y destrozar a la gente de la que quería sacar algún provecho.

Cuando Loki llegó al orgasmo, dejó salir toda su semilla en mi interior como si de un río se tratase.
Al salir de mi interior se levantó de la cama y pude ver su ensangrentado miembro antes de irse al baño.
Mire mis muslos que estaban cubiertos de sangre al igual que las sábanas.
Había escuchado que en el caso de las morales tan solo se sangraba un poco la primera vez pero aquello parecía como si me hubiese vuelto a venir lo que ellos llamaban la menstruacción.

Intenté incorporarme pero me resultaba imposible debido al gran dolor de mis piernas.
Cuando tuve la fuerza necesaria me levanté y me contemplé en el espejo.
Mi cuerpo estaba lleno de arañazos, mordiscos y moretones causados por el Dios del engaño.
Unas lágrimas cayeron por mis mejillas al recordar que aquel no era el niño al que conocí y que tendría que acabar con él al ser un gigante de hielo.

ME vestí y cuando escuché que la puerta del baño se abría intenté abandonar el dormitorio.
-¿Te he dado permiso para irte?- dijo Loki.
-No...- dije mirando mis muslos que aún tenían sangre.
-Usa mi baño y lávate- dijo señalando la puerta -como te dije antes dormirás conmigo-
-Vale- dije cerrando los ojos antes de ir.

Al entrar vi que era enorme, estaba repleto de cosas caras, tenía una bañera mucho mayor que la mía, también un gran espejo de cuerpo entero... aunque no me esperaba menos tratándose del baño de Loki.
Preparé la bañera con agua tibia, me metí y me lavé con un jabón que olía a frutas, exactamente las mismas que las de los productos que aquellas muchachas usaron conmigo.

Me sequé y volví a ponerme aquel camisón con cuidado, ya que las heridas me dolían.
Al salir de la habitación, Loki estaba sentado en una butaca de terciopelo verde de espaldas a mí mientras jugueteaba con unas bolas que había creado con su magia.
Me quedé observándole unos minutos y pude ver como dentro de las bolas se podían ver algunas imágenes.
En una pude ver un recuerdo de cuando teníamos dos años y estábamos jugando con unos bloques de construcción.
En otra de ellas pude ver la escena de nuestro primer beso, aquel beso que Loki me había robado el día de mi 18 cumpleaños.
Pero solo una de ellas captó por completo mi atención.

En una bola sobre la que giraban todas las demás, Loki y yo estábamos bailando.
El llevaba un traje de color negro y yo llevaba... ¡¿Un vestido de novia?!.
Aquello hizo que un montón de preguntas se formasen en mi cabeza ¿Realmente Loki estaba enamorado de mí? Si era así... ¿Por qué tenía que hacerme sufrir de aquella manera tan horrible?, ¿Por qué siempre trataba de humillarme o engañarme?... todas ellas eran preguntas que no sabía responder.

Me acerqué a él lentamente con algo de temor a su reacción y pude escuchar que estaba llorando.
Aquello me rompía el corazón porque, a pesar de todo lo que me había hecho, él también tenía sentimientos.
Me arrodillé a su lado tomando la n¡mano que tenía libre y besé su mejilla con suavidad haciendo que aquellas bolas de luz se esfumasen.
-No quería que esto fuese así- dijo él -perdí el control...-
-Tranquilo- dije acariciando su mano con mi pulgar mientras la sostenía -ahora no hay vuelta atrás-
-Lo siento- dijo fijando sus hermosos ojos verdes en los míos con total sinceridad.
-Lo sé- dije acariciando su mejilla.

Cerró sus ojos y tomó mi mano para dar un suave beso en mi palma antes de sentarme en su regazo.
En aquellos momentos, me sentía atraída por Loki y no en la forma de un simple amigo.
Él era un hombre demasiado guapo y atractivo. Además todas las chicas de Asgard se los rifaban a él y a Thor.
Lo que no me gustaba era su afición por las fulanas y el engaño, aunque tal vez yo podía hacerle cambiar.

Acaricié su mejilla con suavidad y él beso mi cabello mientras me sostenía como si fuese una niña pequeña en los brazos de su hermano mayor.
-¿Qué es lo que me estás haciendo?- dijo Loki -una simple Flagardiana y un Gigante de hielo...-
-Sé lo que estás pensando- dije seria aunque no pude evitar soltar una risilla -sería una locura-
-Pero- dijo con una tierna sonrisa -no me importaría cometerla-