No puedes engañarme (Loki y tú)

El sueño

Han pasado cinco años desde que aquella hermosa niña llegó al planeta Asgard.

Ella dormía justo al lado de la habitación de Thor por orden del mismísimo Odin.
Thor, Loki y (T/N)______ eran como hermanos y nunca se separaban.

Narras tú

Me levanté de la cama con mi cabello revuelto como solía hacer y fui a asearme a mi pequeño baño.
Mi habitación era completamente dorada, espaciosa y repleta de lujos pero la parte que mejor representaba mi personalidad era mi baño.
Era pequeño con lo justo y necesario para cubrir mis necesidades, ya que yo no necesitaba muchas cosas.

Cuando me vestí, escuché unos pasos en el pasillo y alguien abrió mi puerta.
Era Serena, mi niñera, que venía a despertarme.
Era una mujer de cabello anaranjado, piel blanquecina y ojos rojizos, era muy hermosa.
-¿YA estás despierta?- dijo ella con una sonrisa.
-Si- dije sonriendo -Voy a despertar a Thor y a Loki-
-Espera- dijo ella -tienes el cabello mal peinado. Ven que te lo arreglo-
-Está bien- resoplé -pero date prisa por favor-
-Vale- dijo con una risilla.

ME senté en un taburete y Serena cepilló mi cabello con muchísimo cuidado.
Una vez que estuve lista, salí corriendo de la habitación y abrí la pesada puerta de mi "Hermano" Thor.
Thor dormía como un tronco y roncando como un poseso, aún así era muy mono.
ME acerqué sigilosamente a su cama y salté sobre su tripa.
-¡Despierta!- dije riendo.
-¡AAAAAAH!- dijo Thor gritando -¡(T/N)_____ no me despiertes así!-
-Lo siento- dije dándole un abrazo como todas las mañanas -Tenemos que ir a entrenar-
-Que asco- dijo él frotándose los ojos mientras se levantaba -voy a prepararme-
-Yo iré a despertar a Loki- dije con una sonrisa antes de salir.

Fui a otra habitación, mucho más lujosa que la mía y la de Thor, donde Loki aún dormía.
Me acerqué y mostré una sonrisa ladeada al ver como dormía.
-Loki- dije acariciando su mejilla -es la hora de levantarse-
-Cinco minutos- dijo tapándose la cabeza.
-No- dije quitándole las sábanas y agarrando su tobillo dando un fuerte tirón -venga arriba-
-¡AY!- dijo antes de caerse de la cama -vale me prepararé-
-Gracias- dije besando su mejilla -nos veremos abajo para desayunar-
-De acuerdo- dijo antes de entrar a su baño.

Corrí al gran comedor donde estaban mi padre y mi padrino Odin y mi madrina Frigga.
-Buenos días- dije con una enorme sonrisa antes de darles un beso y un abrazo a cada uno.
-Vaya- dijo mi madrina -alguien se ha despertado de muy buen humor-
-¿Has despertado ya a Thor y a Loki?- preguntó mi padrino antes de beber un poco de su copa.
-Si- sonreí -bajarán enseguida-
-Princesa- dijo mi padre -hoy entrenarás menos que el otro día-
-¿Por qué?- dije con pena.
-Porque ya no necesitas entrenar tanto- dijo mi padre sonriendo para besar mi mejilla -y eres mucho mejor que los dos hermanos-

Cuando Loki y Thor llegaron tomamos nuestro desayuno antes de irnos a entrenar.
Fue bastante duro aquel día pero aún teníamos la energía suficiente para jugar por los enormes jardines.
Decidimos jugar al escondite y por sorteo le tocó a Thor comenzar a contar.
Loki, se escondió en unos arbustos y yo decidí subirme a un árbol con un espeso follaje que me permitía estar oculta.
Una vez que Thor comenzó a buscarnos, tapé mi boca para no reírme cuando pasase por debajo del árbol.
-Me pregunto donde se habrán escondido- dijo Thor rascando su nuca y con una sonrisa ladeada mientras caminaba hacia el arbusto de Loki por el cual sobresalía uno de sus pies- Hola Loki-
-¡Venga ya!- protestó -¿Cómo me encontraste?-
-Los arbustos no tienen pies- dijo riendo -venga tenemos que encontrar a (T/N)_______-

Los dos se pusieron a buscarme durante un buen rato sin éxito hasta que Frigga nos llamó.
Me colgué boca abajo del árbol y les dí un susto por la espalda antes de soltarme y caer de pie.
-¿Cómo has subido?- dijo Thor.
-Escalando- dije sacudiendo mis pantalones -venga que tenemos que ir a comer-
-Está bien- dijeron a la vez poniendo rumbo al gran comedor.

Cuando estábamos de camino al comedor, me caí al suelo y Loki me levantó con mucho cuidado.
-Vaya- dijo Alira que era hija de un soldado -la mortalita se ha caído-
-Alira cállate- dijo Loki mirándla con rabia -¿Estás bien?-
-Si- dije levantandome -solo ha sido un pequeño golpe-
-¿Seguro?- dijo mirando mi rodilla que sangraba.
-Si- dije con una sonrisa y continuamos nuestro camino.
-No me gusta que se metan conmigo- dijo él mostrando molestia en su rostro -solo yo puedo hacerlo-
-Ya claro- reí -lo intentas pero no me afecta-
-Claro que te afecta- dijo con una sonrisa ladeada -no puedes engañarme-
-Ni tú a mí tampoco- dije sonriendo.
-Eh vosotros dos- dijo Thor frente a la puerta del comedor -no sé vosotros pero yo tengo demasiada hambre-
-¿Alguna ve no la tienes hermanito?- dije riendo.
-Ahora verás- dijo poniéndome sobre su hombro y entrando corriendo en el lugar mientras pataleaba.

Nos sentamos en nuestros correspondientes lugares y comimos tranquilamente.
Los banquetes de Asgard, eran conocidos por ser muy abundantes y nunca te quedabas con hambre.
Todo el mundo reía, comía y bebía haciendo que aquel ambiente fuese muy especial.

Al caer la noche, llegó la hora de irme a dormir pero no podía conciliar el sueño.
-¿Ocurre algo señorita?- dijo Serena que traía una copa con leche.
-No quiero dormirme- dije -vuelvo a tener ese sueño-
-¿Qué sueño es?- dijo ella sentándose a mi lado.
-Sueño con un hombre- dije algo asustada -de pelo rojo como el fuego y ojos tan rojos como la sangre-
-¿Y qué ocurre en ese sueño?- dijo ella curiosa.
-Estoy en un lugar oscuro- dije -hace mucho calor y unas rocas puntiagudas pinchan mi espalda. Escucho como una puerta se abre y aparece ese hombre-
-¿Te dice algo en el sueño?- dijo ella acariciando mi cabello.
-No lo sé- dije suspirando -no lo recuerdo bien-
-Bueno- dijo ella dándome la copa para que bebiese -tómate la leche y cierra tus ojitos. Necesitas descansar para poder jugar mañana con tus amigos-
-Vale- dije acurrucándome -¿Te quedarás hasta que me duerma?-
-Por supuesto- dijo besando mi frente -descansa princesita-

Cerré mis ojos mientras me acurrucaba bajo las cálidas y suaves sábanas hasta que caí en un profundo sueño que me llevaba a un país de fuego y lava.