✓ | A través del tiempo.

Cassiopeia Malfoy.

—¡No! ¡No me dejes sola con Josh! —exclamó una de las encapuchadas—. No quiero quedarme de canguro.

—Naty, no seas tan dramática —dijo otra mientras se ponía en pie—. Después ya vas tú.

—Cassie, vas a causar sensación, te lo digo yo —rió Kath, que estaba sentada junto a su hermana Charlotte.

—Lo sé —respondió con falsa arrogancia mientras se quitaba la capucha. Era una chica algo bajita y de complexión delgada. Tenía el pelo negro corto por un poco más que los hombros. Su piel era pálida y sus ojos negros—. Yo soy Cassiopeia Pansy Malfoy.

Lucius soltó un ruido entre quedarse sin respiración y un gruñido.

— ¡Otra Malfoy mujer! ¡Eso nunca había sucedido antes! ¡Nunca, en toda la historia de nuestra familia, ha nacido una Malfoy mujer! ¡Siempre ha nacido un único hijo varón! ¡Eres una vergüenza para nuestra familia! Tú —gruñó mirando a Lils, haciendo que ésta se asustara pues ya había intentado matar a Ann antes y era un mortífago, además que no se esperaba eso—. La culpa de todo esto es tuya. ¡Tú no tenías que estar en esta familia!

Scorpius se levantó enfadado.

—Aquí la única vergüenza de la familia eres tú —siseó—. Y les dices algo más a mi madre y a mi hermana y te juro que Azkaban será un paseo. O a cualquiera de mis hermanos, y considérate 'abuelo' muerto. 

—Déjalo, Scorp —murmuró Cassiopeia.

—Lils —Draco, al ver a la chica mirando asustada a su padre, tomó su mentón—. Lizzie, mírame —la pelirroja alzó la mirada, todavía en shock por esos gritos inapropiados—. No va a pasar nada, ¿de acuerdo?

—Vale —sonrió, antes de  depositar un casto beso en los labios impropios.

—Todos me llaman Cassie, salvo mi madre cuando está enfadada.

— ¿Me enfado muchas veces? —preguntó la mencionada.

—La mitad de las veces me lo merezco y la otra mitad es culpa de Scor o de Cissy.

— ¡Eh! ¡A nosotros no nos metas! —exclamaron los gemelos.

—Tengo catorce años y estoy en Slytherin. Mis padrinos son tío Blaise y tía Mónica. ¡Y juego como cazadora!

—¿Cazadora? —preguntó Draco—. ¿Por qué ninguno de mis hijos es buscador?

—Porque salimos a mamá —contestó Scorpius, tranquilamente, sonriéndole a su mamá.

—Mi asignatura favorita es pociones, y la que menos, probablemente transformaciones, porque se me da fatal, siempre me confundo de hechizo. Prefiero todo eso de medir las cantidades y tener el libro delante a memorizar hechizos.

—Un momento —la interrumpió Annabeth—. Si tú eres Cassie... ¿eres la mejor amiga de Lily y Kath?

—Exacto —asintió ella.

Lucius volvió a gritar.

— ¡Amiga de una Potter! ¡Te desheredaré!

— ¡Aquí el único desheredado eres tú, mortífago estúpido! —exclamó Scorpius, ya cansado de tanta tontería—. ¡Y te he dicho que no le digas nada a mi hermana!

—Déjale, Pio —le pidió su hermana—. Todavía no sé lo que haré al terminar Hogwarts. ¿Preguntas?

—¿Novio? -preguntó Draco.

—Cuando está en este planeta, sí —contestó, tiernamente, mientras veía como su novio entornaba los ojos y veía algo en medio de la nada—. ¡Josh! —gritó.

—¿Qué? —despertó de su ensoñación un encapuchado. Luego vio quien la llamaba y sonrió cálidamente—. Dime, Cassie.

—No lo pueden ver, pues se presentará después de mi, pero es Josh y es mi novio —contó—. Terminé mi presentación pero quiero explicar algo antes —Lils levantó la mano—. ¿Si, mamá?

—Cuando Orión se presentó dijo que eran cinco hermanos, pero a ti no te mencionó.

—Eso quería explicar, porque Orión no me mencionó. Yo no soy una Malfoy-Potter de sangre. A mí me adoptaron cuando tenía tres años. Mis padres biológicos murieron a causa de la maldición asesina. Ellos eran Gregory y Pansy Goyle, de soltera Parkinson. Ellos me dejaron con mis padres unos días antes de que pasara todo, con una carta explicando con detalles lo que podría pasar y que yo corría peligro. Cuando ocurrió todo, mi mamá adoptiva, o sea Lils, no se pudo negar a eso. . . Pansy llegó a ser una buena amiga en sus tiempos escolares, así que me adoptaron. A pesar de eso, fui criada como una Malfoy más y llevo el apellido de la familia. Por eso soy pelinegra y con ojos negros —la chica suspiró—. Ahora sí, eso es todo.

Cassie bajó del escenario y fue primero hacia la mesa del futuro, donde su novio y le dio un dulce beso y luego fue hacia sus padres, que la recibieron con un abrazo cariñoso.